Un equipo de diez, una grada de once
recreativo | real mallorca
8.415 espectadores presenciaron el encuentro y se hicieron sentir como si el campo estuviese lleno El Decano acumula ya diez encuentros de competición oficial sin perder
En el Nuevo Colombino se unen cada quince días (o semanalmente cuando la Copa y el calendario lo permiten) un equipo de diez y una grada de once. De once porque juega como un futbolista más. Cuando Sergi Barjuan da la alineación se termina en el campo. Mira al graderío y piensa: "Vosotros en el campo y ellos desde fuera".
El conjunto recreativista es de diez, como el número de encuentros en competición oficial que acumula sin conocer la derrota. Camina hacia el récord de doce partidos que logró el Recre de Carlos Ríos. Parece que es el últimos de los logros estadísticos que le falta por pulverizar esta campaña. Si lo logra habrá que echar el balón al suelo, coger aire y tratar de asimilar lo que está consiguiendo este Decano. Los números que cuentan de verdad son los que se firmen en el mes de mayo y junio. Entonces se habrá consumado el sueño o no. Apunta bien el Recre.
Mientras eso sucede, al recreativismo le toca disfrutar. Ya lo merecía. Una afición golpeada en los últimos tiempos y anestesiada por la tierra de nadie de las campañas recientes vuelve a disfrutar y vibrar. Fueron 8.415 espectadores los que acudieron al Nuevo Colombino. Aún están lejos las cifras de otros tiempos, pero el ambiente que se respira es de fiesta cada vez que actúa el Decano. La gente acude con alegría y expectación, no con la resignación que la acompañó hasta hace bien poco. Se nota, se percibe y se transmite. La creación de la grada de animación se encuentra ya en el top ten de las decisiones acertadas en el Recre de la última década. El estadio es otro. Alienta y ayuda sin parar. No sólo eso. Además contagia al resto del campo y hace que esos 8.415 de ayer contasen y apretasen como si fueran el doble. El día que este estadio vuelva a llenarse y anime entero como en los últimos encuentros, el recreativismo habrá tocado el cielo con los dedos.
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