El Pozoblanco ejerce de líder y conquista el Blas Infante
Los de la Puerta de España pierden por primera vez en su feudo, y por goleada

El Pozoblanco conquistó ayer el hasta entonces infranqueable Blas Infante. Era el primer partido de la segunda vuelta y derrota para los de Cándido Rosado, primera de la temporada en casa. No obstante, no es algo que coja por sorpresa, pues el rival era el líder del Grupo X, el Pozoblanco. Eso sí, un triunfo habría dotado a los de la Puerta de España de una moral y unos puntos que podrían haber sido claves para catapultarlos a la zona alta, para dar el salto definitivo desde la zona media a los puestos de los elegidos. Pero no pudo ser.
El encuentro tuvo dos periodos diferentes, aunque a los del Valle de los Pedroches les bastaron los 25 primeros minutos para infringirle al Ayamonte un duro correctivo en su feudo. Ya a los 3 minutos, un fallo defensivo acaba en un centro de Germán que Jorge García se encarga de rematar a la red para adelantar al cuadro cordobés.
El Ayamonte buscó la igualada con una falta de Manolo Barba que no halló puerta en el 10' y un disparo de Rubén Rasco tras una combinación entre Luis Ligero y Pepe Puntas que el meta Díaz desvía a córner en el 15'. Ahí estuvo el empate, pero lo que sí llegó fue el segundo del Pozoblanco, un minuto después. Alfonso Gutiérrez centra y, de nuevo, Jorge García cabecea (0-2). Y nada más sacar de centro, los cordobeses, con un tiro desde lejos ponen en apuros a Manolo, que despeja, el balón queda bombeado y Hugo Díaz marca el 0-3.
Tan sólo corría el minuto 17, por lo que todo apuntaba a una goleada de escándalo en el Blas Infante. Y es que la escuadra de Cándido Rosado, perdida, caminaba hacia una muerte segura. Sin embargo, algo cambió. Los rojillos empezaron a desenvolverse con más orden en la parcela defensiva y los de Rafael Berges no podían acercarse a las inmediaciones de Manolo con tanta facilidad.
Esto también contagió a los atacantes ayamontinos. En el 18' ya avisaba Pablo Bernal desde fuera del área. Su chut se fue ajustado al palo izquierdo de la meta de Díaz. Y en el 24', centro de Luis Ligero que engatilla el veterano Pepe Puntas, que se topa con el acierto del cancerbero.
Pasaban los minutos y, si bien el Pozoblanco no ampliaba su renta, tampoco el Ayamonte acortaba las distancias en el marcador. Algo, esto último, que pudo ocurrir en el 41', cuando Guarte centra desde el lateral y Rubén Rasco engancha el esférico. Díaz, otra vez, desvía a córner. El lepero desperdiciaba una ocasión inmejorable.
Difícil se antojaba la empresa para los de Cándido Rosado en la segunda mitad: 45 minutos por delante para levantar un 0-3 adverso, y ante el líder. Ahora bien, en sólo 29 segundos, Pablo Bernal subía al casillero el 1-3. El premio menor del empate dejaba de ser una utopía. Con la punta de la bota enganchaba un envío al área que despistaba a Díaz para meter a los suyos en la contienda.
El tanto dio alas a los locales, que se volcaron hacia el área rival. Con más fe que calidad despertaron sensaciones de vértigo en el Pozoblanco. Sin embargo, la fortuna se mostraba esquiva con los fronterizos y los minutos pasaban sin que lograran firmar el segundo. En el 57', Guarte, dentro del área, mandaba un centro chut que, muy forzado, conecta Gregorio Molina en el segundo palo. El portero evita que el balón perfore su portería. Y en el 69', un centro de Luis Ligero desde la izquierda supera al arquero, pero el cuero, incomprensiblemente, se marcha rozando el ángulo derecho de la meta. Ya en el 79, cuando el tiempo empezaba a jugar cada vez más en contra, de nuevo el rocianero Guarte remata un pase de Rubén Rasco y Díaz despeja a córner.
De lo que pudo derivar en el 2-3, se pasó al 1-4, la puntilla. En la única jugada de contragolpe con peligro, en el 88', y cuando el Ayamonte estaba con toda su artillería arriba, un despiste defensivo es aprovechado por David Aguayo para 'matar' el envite. Todavía los locales estuvieron a punto de acortar distancia, en el 90', por medio de Rubén Rasco, que, tras superar a la nutrida defensa cordobesa, se estrella con Díaz. Ya no había ninguna posibilidad. Los puntos ya habían volado del Blas Infante.
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