Santa Ana hornea su patrimonio
Más de diez hornos de cal se concentran en las faldas del Cerro Castillejo y constituyen su legadol historia Estas construcciones datan de los años 60 del siglo pasado. Ahora ese trozo de historia se recupera.
Antonio F. Tristancho / SANTA ANA
Muchos años hacen ya desde que los hornos de cal de Santa Ana la Real dejaron de funcionar, de estar vivos creando productos que pertenecen ya, por derecho propio, al patrimonio santanero. La cal, los caleros, su oficio, su vocabulario y sus artilugios, las propias construcciones en piedra y el patrimonio ligado a ellas dieron justa fama a este pueblo incluso fuera de las fronteras comarcales de la sierra. Los años 60 del pasado siglo vieron cerrar la producción de cal para la construcción en los más de diez hornos concentrados principalmente en las faldas del Cerro Castillejo.
Pero, desde hace unos años, el Ayuntamiento que preside José Antonio Ramos está empeñado en recuperar este trozo de la historia de Santa Ana. Lo está haciendo de diversas formas e iniciativas, entre las que se incluye la restauración de los hornos de cal, la creación de una ruta deportiva con este nombre o la publicación de un libro que recoge todo lo relacionado con este legado.
El volumen lleva la firma de Javier Hernández Ramírez, profesor del Departamento de Antropología Social de la Universidad de Sevilla, y se ha presentado recientemente en un lugar muy apropiado, ya que se escogió como ubicación un espacio situado entre los hornos de cal de Evaristo y de Santiago, recientemente restaurados.
La denominación de la obra ha sido muy adecuada, ya que se ha escogido la frase "Tiempo de Hornadas", que evoca tareas propias del viejo oficio, siendo el subtítulo "Etnografía de la actividad calera en Santa Ana la Real", mucho más descriptivo de su contenido.
El acto estuvo organizado por el Ayuntamiento, en colaboración con la Asociación cultural Valle de Santa Ana, y al mismo asistieron numerosas familias santaneras, a las que se repartió un ejemplar del volumen presentado. La mesa estuvo compuesta por el autor, junto al alcalde del municipio, José Antonio Ramos, y un representante de la Diputación Provincial de Huelva, editora del libro. Previamente, se procedió a un paseo por el entorno de los hornos, que ha quedado convenientemente adecentado y listo para la visita turística, a la espera de algunos detalles informativos y de la construcción de un centro de interpretación para el visitante
El origen de este trabajo se inició con la realización de un informe para la inscripción de los hornos de cal en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, al que siguió un estudio encargado por la Delegación Provincial de Cultura de Huelva en el que se proponen una serie de medidas para la puesta en valor del patrimonio industrial santanero, entre las que destacan la restauración de algunas instalaciones y la creación de un itinerario cultural denominado "la Ruta de la Cal".
Fue la Asociación Cultural Valle de Santa Ana la que dio la voz de alarma ante la desaparición de este patrimonio serrano, provocando la intervención de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, quien reconoció más tarde su valor patrimonial inscribiendo quince hornos del municipio en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía (CGPHA) en la categoría genérica colectiva. Santa Ana la Real, situada en un pequeño valle delimitado por el Cerro Castillejo y las Cumbres de la Serrachuela. Limitada por el Norte con Jabugo y Castaño del Robledo, por el Este con Alájar y por el Sur y el Oeste con Almonaster la Real. Santa Ana la Real, situada al sur del Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche, uno de los espacios protegidos más importantes de la Comunidad y que ocupa todo el norte de la provincia con sus dehesas y pequeñas elevaciones cubiertas, predominantemente, de bosques de encinas, alcornoques, castaños y monte bajo, por donde cursan numerosos arroyos, conformando un paisaje de extraordinaria belleza y atractivo.
Con sus tradiciones, sus costumbres, callada y tímida, vuelve porque vuelve, como reminiscencia y es que como alguien dijo alguna vez, Santa Ana la Real te recibe, compañero, aquí tienes la verdad, la paz, la alondra, un sendero. Una copa de amistad que te brinda, un santanero.
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