El olor a incienso llega de nuevo
La Semana Santa Chica llena de 'pequeñas' cofradías las plazas y las calles de Aracena
El olor a incienso, los penitentes y pasos al compás de música cofrade volvieron a llenar las calles de Aracena el domingo con motivo de la vigésimo octava edición de la Semana Santa Chica 2012, celebrada en la Plaza Marqués de Aracena.
Durante una jornada agradable en cuanto a la climatología, salvo el frío en los primeros instantes, han procesionado nueve cofradías, seis de ellas en concurso. Cada hermandad procedía de alguna calle o barrio de la localidad serrana. Las caras y gestos de los niños denotaban enorme entusiasmo por la actividad pero también la de vecinos y foráneos que hacían fotografías y miraban perplejos lo que acontecía en torno al paseo.
Esta tradición tiene a los más jóvenes como protagonistas. Los abuelos, padres, hermanos y cofrades se encargan de transmitir esta costumbre para mantenerla viva y es que son ellos los que velarán por las hermandades y cofradías de Aracena en un futuro.
Sin ir más lejos, en la Semana Mayor existen capataces y costaleros que han participado con anterioridad en la Semana Santa Chica y forman parte activa de la organización y jurado.
Los premios fueron otorgados por un jurado compuesto por un miembro de cada una de las hermandades, quienes decidieron a los ganadores sin que pudieran votar a su misma cofradía.
La diferentes hermandades en realizar su procesión partieron desde su barrio de origen hasta el paseo a partir de las doce del mediodía y realizaron su particular estación de penitencia por el recorrido preparado por la organización con una diferencia entre una y otra en torno a los diez minutos. Como cada año, han representado la mayoría de cofradías de Aracena, entre las que se encuentran la hermandad del Cristo de la Plaza, el Divino Redentor Cautivo, la Santa Vera-Cruz y Nuestro Padre Jesús Nazareno, entre otras.
La hermandad ganadora fue la de la calle Rita Pereira con la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Los diversos premios fueron entregados junto a alguna cantidad económica por las autoridades civiles y municipales de la localidad serrana, entre ellas, el alcalde, Manuel Guerra, y los miembros de las hermandades de penitencia además de componentes de la organización del evento.
Tras la entrega de los galardones y con una multitud que abarrotaba la Plaza Marqués de Aracena los niños salían a prisa y corriendo con los pasos a una velocidad desmedida por el paseo para llegar a sus lugares de orígenes y disfrutar de su estación de penitencia con una fiesta de convivencia y hermandad entre todos los niños y sus familiares. De hecho, esta jornada se vive en Aracena de forma especial y los bares y restaurantes cuentan con una mayor afluencia de personas de lo habitual.
Aún entrada la noche se escuchaba en algunos barrios más de un niño tocando el tambor y disfrutando al máximo de la jornada antes de descansar soñando en la próxima edición.
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