"Confío en que alguien recapacite, entre en razón y pare esta barbaridad"

Está imputado en la operación Traba, que destapó una presunta red encargada de expedir carnés de conducir fraudulentos Mantiene su inocencia y espera que se archiven las actuaciones

Andrés Sánchez Buenaposada, en un instante de la entrevista.
Andrés Sánchez Buenaposada, en un instante de la entrevista.
Raquel Rendón Huelva

05 de mayo 2013 - 01:00

El 19 de febrero de 2009 fue un día "infausto" para el todavía entonces jefe provincial de Tráfico, Andrés Sánchez Buenaposada. La operación Traba, iniciada a mediados de 2008 por la Policía Judicial y orquestada por la titular del Juzgado de Instrucción 3 de Huelva, llegaba a su punto culmen con su detención y la imputación de otras siete personas, la mayoría funcionarios de la Jefatura, entre las que figuran el responsable de los examinadores onubenses y un ex agente de la Guardia Civil. La juez los incriminó (inicialmente y a distintos niveles) por delitos de tráfico de influencias, prevaricación, malversación de caudales públicos, cohecho y falsedad documental. Los motivos: haber favorecido a terceros para que obtuvieran el permiso de conducir de forma fraudulenta o, entre otros, la manipulación de sanciones para agraciar a determinadas personas. Los beneficiarios de la presunta trama de corrupción, según el informe policial, iban desde un concejal a un alto cargo de la Junta de Andalucía, pasando por un mandatario de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Ahora, más de cuatro años después, la Fiscalía pide a la magistrada que sea un jurado popular quien juzgue a los imputados. Una vez las partes se pronuncien sobre la postura del Ministerio Público y muevan ficha, la instructora decidirá si se decanta por esta opción o no, si dicta procedimiento abreviado (puede haber cambios en la cifra de imputados y en los delitos asignados) o si archiva la causa. Buenaposada, quien tiene mucho que decir en todo esto, rompe hoy su silencio de los últimos años y habla para Huelva Información.

-¿Cuántos delitos le imputan?

-Al final creo que se han quedado sólo en dos: prevaricación, que es el clásico de la administración pública, y falsedad en documento oficial. Pero todavía no está claro.

-Qué opina sobre esos cargos que se le atribuyen.

-Que no tengo ni idea. El que esto (la detención) ocurriera una semana antes de jubilarme es como si de pronto hubieran sonado las trompetas y alguien hubiera dicho: "¡Qué se nos escapa vivo!". Porque no tiene sentido que esto le pase a última hora a un hombre que ha dedicado su vida a la función y el servicio públicos.

-En la investigación se le llegó a relacionar con narcos, incluso.

-Aquí hay cosas tan peregrinas como que algún intelectualmente escaso refleja en un informe que a mí me invitaron a la boda de Sergio Mora El Yeyo, ¡algo de locos, absolutamente de locos! Ni yo sé quién es ese hombre ni lo he visto en mi vida. Él cuando fue llamado por la juez declaró que tampoco me conocía. También se decía que me preparaban fiestas muy especiales en Madrid. Mi mujer la pobretica se moría de la risa al leerlo, y yo me moría de rabia porque me parece de una mala fe impresionante.

-¿Sugiere que todo es un montaje?

-No digo que sea un montaje, pero sí es una novela por entregas. En el informe policial hay cosas absolutamente disparatadas.

-En los atestados de las escuchas telefónicas se refiere que se hacían milagros con algunas personas que nunca hubieran obtenido un aprobado en el carné de conducir en ese instante.

-Del tema de los exámenes prácticos no tengo ni idea. Jamás he hecho un examen práctico aquí. En los teóricos sí que entraba a veces, saludaba a la gente, les daba las normas y me iba. Porque, además, así ahorrábamos un funcionario, que tenía que perder allí una hora entera.

-¿Nunca ha favorecido a nadie?

-Aquí se confunden favores con otras cosas. "¿Tú me puedes decir qué ha hecho fulanito?". "Pues espérate que pregunte". "Ha aprobado, o ha suspendido", informaba yo. De las 52 Jefaturas de Tráfico de España y en los miles de organismos de la administración eso es, no te digo que lo habitual, pero vamos, que no tiene mayor importancia. No tengo tiempo de meterme en esos berenjenales de los que hablan.

-¿Confía en los funcionarios imputados?

-Los conocía a todos y pongo la mano en el fuego por ellos. Tengo claro que no regalaron carnés de conducir. El coordinador de exámenes es un hombre honesto, eficaz, responsable. No me creo nada de esto.

-Del informe policial, ¿hay algo más que estime un "disparate"?

-Casi todo.

-¿Hay que deducir de sus palabras entonces que la Policía miente? ¿O que manipula?

-No, no puedo decir que la Policía mienta. Se han portado bien y han sido correctos. Pero el informe puede tener una carga de subjetividad de la que no estamos libres ninguno a la hora de ponernos a escribir. Carece de objetividad en alguno de sus puntos, sí. Porque no tiene sentido que yo me dedique a estas chorras. Cuando estudiaba Derecho analizábamos los perfiles del delincuente. Yo no doy ni uno de ellos.

-¿Cómo vivió aquella jornada en que le detuvieron?

-Alucinaba. Estaba en la Jefatura. Jamás había vivido algo así. Lo único que recuerdo es que se presentaron allí con un registro de cabo a rabo, supongo que cumpliendo estrictamente con su obligación y con los protocolos de actuación que deben tener. El trato fue correcto, no hay nada que objetar. Hacían su trabajo en función de lo que tenían que hacer.

-Pero cuando le dijeron: "Venimos a detenerle", ¿cómo reaccionó?

-Me quedé helado. Petrificado. Pero en la administración le puede pasar a cualquiera, sobre todo si das con un intelectualmente escaso que ve fantasmas donde no está más que la sombra normal del trabajo diario que tú pretendes hacer con eficacia y eficiencia. Prevaricar es dictar resoluciones manifiestamente injustas a sabiendas. Desde luego a sabiendas, por mi parte, jamás. Y si las dictas sin saber, dejan de ser injustas para ser negligentes. No he prevaricado en mi vida. He trabajado con eficacia, creo. Me puedo haber equivocado, por supuesto. Pero sólo he tratado de acercar la administración al ciudadano.

-El Ministerio Público ha solicitado a la magistrada que les juzgue un jurado popular.

-Creo que vamos a recurrir eso.

-Prefiere un tribunal profesional.

-Por supuesto. Con todos mis respetos, prefiero a un médico para que me cure que a un enfermero. La formación es importante y el asunto es muy delicado.

-En el informe de la Fiscalía no sólo se hace referencia a esa especie de máquina expendedora de permisos de conducir en que se había convertido supuestamente Tráfico...

-Es de locos.

-...Sino a beneficios a empresas cambiando de lugar ciertos controles en el momento en que iban a trasladar mercancías.

-Eso es competencia de la Delegación de Transportes de la Junta de Andalucía. Ahí se equivocan.

-También habla de sanciones que se les retiraban a personas determinadas.

-Pues depende del tipo de sanción, de los hechos denunciados. Puede que en vez de ser una conducción temeraria realmente fuera una negligencia, y la diferencia es abismal. Pero de ahí a quitar multas, va un mundo. En cualquier caso, yo tampoco tenía tiempo de esas cosas, que las llevaba el departamento correspondiente, el negociado de sanciones.

-¿Se puede calcular cuándo se va a celebrar el juicio?

-Ni idea. Yo confío en que alguien recapacite, entre en razón y pare esta barbaridad.

-¿Incluso antes de llegar a la vista oral? ¿Espera que la juez sobresea el caso?

-Confío en el buen juicio y en la formación jurídica de las personas que tenemos en el Palacio de Justicia. De todos. Y de todas.

-¿Y si la maquinaria no para y se ve en el banquillo?

-No lo sé..., no lo sé.

-¿Y si le condenan?

-Eso es imposible. Condenan a quien ha cometido un delito. Y yo no he hecho más que trabajar. Que alguien puede interpretar eso de otra forma, pues será quien tenga que interpretarlo. Sólo lo acataremos después de recurrir mucho, de luchar mucho.

-Peleará hasta el final.

-Por supuesto. Pero no se puede tener a una persona, a una familia, así. Si yo fuera Antonio López García, que no me conoce ni dios... Pero es que tengo amigos y conocidos hasta en el infierno en esta provincia. Tengo la suerte de que todos los que tenía siguen ahí también.

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