Dos familiares de un médico fallecido, demandadas por el robo de bebés

Cuatro afectados piden su imputación por asistir partos y la entrega de las historias clínicas heredadas

Un grupo de afectados por robos de neonatos, en la Casa Colón en 2012.
Un grupo de afectados por robos de neonatos, en la Casa Colón en 2012.
Raquel Rendón Huelva

21 de marzo 2014 - 01:00

El pasado diciembre fallecía en Huelva el ginecólogo que concentraba el mayor volumen de denuncias por el robo de recién nacidos en la provincia, defunción que acabó con las esperanzas de "hallar la verdad" de muchos de los demandantes. Ahora, cuatro familias afectadas se han replanteado su estrategia judicial y han emprendido acciones legales contra dos allegadas del médico desaparecido: se trata de su viuda, que trabajó como enfermera en la clínica privada de Paseo de Independencia que regentaba el tocólogo, y de su hermana, que ejercía como matrona en el mismo sanatorio.

Todas estas víctimas solicitan a los tribunales que reclamen a la viuda por vía judicial la entrega del historial clínico (heredado tras la muerte del médico) de las mujeres que sospechan que sus hijos fueron robados en el paritorio privado. Además, uno de los afectados pide la imputación de esta mujer para que dé cuenta de los hechos que acontecieron en la noche de autos, puesto que ella trabajaba allí como enfermera.

A la hermana del ginecólogo, matrona de profesión, las cuatro familias afectadas la han denunciado para que narre ante un juez lo que sucedió en cada uno de los cuatro partos con final presuntamente funesto y en los que supuestamente estuvo presente o participó de alguna forma. Para la presidenta de SOS Bebés Robados Huelva, Esperanza Ornedo, el testimonio de las dos sanitarias "es fundamental, porque ellas tienen el secreto que el médico se ha llevado a la tumba".

ASCENSIÓN PÉREZ

El hijo de Ascensión, Carmelo Macías, denuncia el robo de su hermana el 8 de febrero de 1971 en la clínica Santa Cruz de la calle Rascón. El embarazo de su madre estuvo controlado por el tocólogo fallecido. Cuando se puso de parto, una matrona le indicó que "he preparado un sitio mejor para dar a luz" porque iba a alumbrar a "un fenómeno". Se negó, pero finalmente la convenció del traslado a la Santa Cruz, adonde fue asistida por el doctor finado, una enfermera y otros dos médicos. Pretendían, denuncia Macías, anestesiarla. Pero no dio tiempo. Se produjo el parto gemelar y Ascensión vio a sus dos hijas "de lejos". Le fue entregada la de menor peso, que estaba al borde de la muerte (aunque ha sobrevivido). De la otra, de 3,5 kilos, le dijeron que había nacido muerta. La familia tenía seguro de deceso, pero la clínica se hizo cargo de todo y la "enterraron a los pies de un adulto", práctica desmentida tajantemente por los propios enterradores de La Soledad. Pide ahora a la viuda del médico que le entregue el historial de Ascensión.

MARÍA SÁNCHEZ

Este caso está a la espera de que el Tribunal Constitucional se pronuncie. La denunciante es una hija de María Sánchez, Belén Mingorance, que concreta que su hermana desapareció al nacer, el 23 de marzo de 1978, en la clínica privada La Merced, propiedad del doctor fallecido. También él controló su embarazo. Llegó de parto y "fue atendida por la matrona y hermana del ginecólogo y por la enfermera y esposa del mismo", consta en la denuncia, donde dice que "la llevaron al cuarto de baño y le dieron dos pastillas para sedarla". Era primeriza, sordomuda y madre soltera. Cuando despertó, le dijeron que la cría era de grandes dimensiones (6 kilos) y que ésa era la causa de la muerte. La clínica se hizo cargo del sepelio, de nuevo a los pies de un adulto, pese a tener la mujer seguro de deceso.

MARGARITA RODRÍGUEZ

Ella y su marido, Juan José Dionisio, inspector jefe de la Policía Nacional de Huelva, son los denunciantes. Sospechan que a su hija se la arrebataron el 9 de marzo de 1974, día de su nacimiento, en la clínica privada del fallecido, quien controló la gestación. Iba acompañada por una tía anciana y enferma y una prima de 14 años. Margarita denuncia que la hermana del tocólogo y él mismo estaban presentes en el alumbramiento, y que la matrona le avanzó que "el parto será complicado". Asegura que la sedaron y le dijeron que la niña había pesado 5,5 kilos. Ocho horas después del nacimiento le indicaron que la niña había fallecido. No le permitieron enterrarla, pese a que también tenía seguro de deceso. Ha demandado a la matrona y reclama la entrega de su historial a la viuda.

FRANCISCA PÉREZ

Su esposo, Juan Campoy, reza como demandante. Francisca, que era primeriza y había tenido el control médico del finado, dio a luz en la clínica La Merced el 26 de agosto de 1974. Le suministraron tres pastillas sedantes, según denuncia. La hermana del fallecido informó a Campoy de la muerte de la niña en el parto por "encharcamiento de pulmón" y de que había pesado 5 kilos. Le mostraron un cadáver enorme. Él sí pudo enterrar el cuerpo. Fue trasladado al cementerio en coche particular y la sepultura se hizo en la fosa común.

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