Pinceladas de las minas de Riotinto

Juan Manuel Remesal

Pintor

Pinceladas de las minas de Riotinto
Pinceladas de las minas de Riotinto
Raquel Rendón

08 de julio 2008 - 01:00

Por sus venas corre el río Tinto y en su alma lleva grabados a fuego los paisajes de su tierra roja, de las minas en las que trabajaron sus antepasados y que ahora él plasma dejándo retales de su vida sobre el lienzo. Juan Manuel Remesal nació hace 40 años en Minas de Riotinto. Su infancia fue feliz, de niños correteando por la Corta Atalaya con banda sonora del silbato del tren cargado de mineral. Empezó a pintar cuando apenas había cumplido diez años y jamás abandonó su afición, por la que ahora entrega todo su tiempo. "Nunca había salido a exponer fuera de Huelva, hasta que el año pasado inicié un tour con Canal Sur que me ha llevado por todas sus sedes andaluzas".

En este momento, Remesal vive "uno de los momentos más felices de mi vida en lo profesional". Su exposición en la delegación de la televisión pública andaluza en La Cartuja (Sevilla) "está batiendo todos los récords de visitas y está gustando mucho". Allí se podrá visitar hasta el 2 de agosto toda una retahíla de obras pictóricas que se entremezclan de forma armónica con testigos, maquetas, piedras o lámparas del siglo pasado de las minas calañesas de Sotiel Coronada, El Perrunal y La Zarza, así como de la de San Telmo (Cortegana). En los lienzos, más de 20, el óleo se atreve a dibujar sus rincones favoritos del paisaje de su tierra natal con una inusitada riqueza de colores que hace de su pintura un acontecimiento único. A Juan Manuel le cuesta, por ello, desprenderse de sus obras: "Mis cuadros de las minas encierran muchos sentimientos, por ello nunca perderán valor para mí y no me gusta venderlos". Eso sí, ya le han comprado alguno que otro onubenses como Javier Hunt, secretario general de Upeco.

Remesal dice no sentirse profeta en su tierra. Por ello le gustaría seguir exponiendo fuera de Huelva aunque no descarta proyectos onubenses.Sus antecesores, que el artista riotinteño sepa, no sintieron el mismo impulso que él a la hora de pertrecharse con paleta, pincel y lienzo para plasmar paisajes de fantasía. No obstante, la mayor de sus dos hijas ya empieza a hacer sus pinitos en el mundillo: "Tiene sólo once años y siempre le digo que pinta mejor que yo... Y es cierto, no lo digo porque sea su padre", comenta.

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