La gran ilusión de sus vidas

Cuatro alumnos coinciden en su interés por dedicarse de modo profesional a la música

Integrantes de la banda del Conservatorio Javier Perianes ensayan en el auditorio de este centro docente.
Integrantes de la banda del Conservatorio Javier Perianes ensayan en el auditorio de este centro docente.
E. Morán Huelva

19 de mayo 2014 - 01:00

Unos lo tenían muy claro desde bien pequeños; otros empezaron por curiosidad. Después de varios años aprendiendo, la música se ha convertido en un pilar fundamental de sus vidas y todos tienen la ilusión, aunque saben que es difícil, de poder dedicarse a ella.

Los cuatro estudiantes del Conservatorio Javier Perianes se encuentra en el nivel profesional o medio. El más precoz fue Adrián Maestre, quien a los seis años ya estaba en la Banda de Música de Nerva y de ahí pasó al conservatorio de esa localidad. Además de ir ahora al conservatorio de la capital, donde estudia trompeta, recibe clases de francés en la escuela de Idiomas tras haber terminado el Bachillerato. Silvia Pulido empezó a los 8 en el Javier Perianes y confiesa que "entré a ciegas; me gustaba, pero no tenía ni idea de lo que era un conservatorio". Sin embargo, siguió y ahora compagina violín con Derecho.

Abel Martín sintió la vocación por la música desde muy jovencito y comenzó a tocar la batería en un grupo. Sin embargo, le aconsejaron una formación más clásica. Entró en una escuela de Música y de ahí se presentó a las pruebas para pasar directamente al grado profesional o medio del Javier Perianes. Ahora está en 5º de Percusión y sigue colaborando con varios grupos en actuaciones.

Candela Vázquez también entró con 8 años en el Javier Perianes. Esa es la edad en la que se les da preferencia a los aspirantes. Reconoce que en principio la idea no le motivaba demasiado: "Me apunté porque vivía cerca del conservatorio". Ahora está en 6º de oboe y aunque tuvo un paréntesis en el que no siguió estos estudios, ahora tiene como objetivo prepararse las pruebas de acceso al grado superior de música.

Para Adrián, "la música empieza como un hobby y se convierte en algo fundamental en tu vida"; Silvia coincide y comenta que "ya no me imaginaría vivir sin ella". Los cuatro tienen como objetivo el superior. Para ello saben que tendrán que dejar Huelva. Explican que "las pruebas se hacen, por instrumento, en alguna de las ciudades de Andalucía; según la nota que saques puedes pedir destino", comenta Silvia. Son conscientes de que la opción por la música representa decantarse por un estilo de vida que en muchas ocasiones te hace ir a contracorriente. El trabajo surge, la mayor parte de las veces, los días festivos y en horarios en los que no se puede coincidir con la familia o los amigos.

Les encantaría poder contar con estudios superiores en Huelva ya que están muy contentos en el Conservatorio Javier Perianes. Coinciden en que "hay pocos recursos pero el ambiente es formidable y la relación con el profesorado es extraordinaria".

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