La mayoría de los municipios alivia el bolsillo del ciudadano en año electoral
El grueso de los principales ayuntamientos congelarán o rebajarán los impuestos El control de Hacienda en el cumplimiento de los planes de ajuste impide una mayor contención fiscal
2015 está marcado en rojo desde hace ya mucho tiempo por la clase política, sin distinción de signo. El ejercicio que acaba de empezar es año electoral y, como suele ocurrir cada cuatro años, se asocia a una mayor 'generosidad' de los gobernantes, que se afanan con más ahínco si cabe en buscar fórmulas con las que aliviar el bolsillo de los contribuyentes al mismo tiempo que invierten en la captación de un mayor número de votos. Una práctica generalizada tanto a nivel estatal como autonómico y local que en 2015 adquiere, sin embargo, una dimensión especial por el contexto socioeconómico y las peculiares circunstancias políticas que lo rodean.
Este año no será uno más . A diferencia de comicios anteriores, la tarta electoral parece hoy más repartida que nunca. El temor a la fragmentación del voto por la irrupción de nuevas formaciones políticas, alentadas por el descontento generalizado de la ciudadanía, ha redibujado cuanto menos el mapa de la intención de voto hasta el punto de estimular con más fluidez si cabe las buenas intenciones de la clase dirigente, persuadida de la necesidad de un gesto que le permita recuperar un nivel de confianza que se ha deteriorado hasta alcanzar uno de sus cotas más bajas de la democracia.
Y, aunque el abanico de medidas y fórmulas para captar al votante en potencia suele ser heterogéneo, no hay mejor o más agradecido gesto -por efectivo- de quienes mandan en los ayuntamientos que aquel que afecta directamente a los impuestos. Una costumbre tan vieja como recurrente a la que no es ajena la provincia de Huelva, cuyo nivel de presión fiscal se mantendrá al menos como en 2014 o descenderá de forma generalizada. De hecho, la mayoría de los principales municipios onubenses que ya habían sometido a pleno o adelantado una propuesta de ordenanzas fiscales para el año en curso se ha comprometido a congelar o rebajar los tributos y tasas locales, si bien algunos de ellos lo harán después de subidas precedentes.
En este sentido, el grueso de dichos municipios ha aprobado una congelación de los mismos y sólo algunos, como son los casos de Huelva capital, Almonte, Lepe o Palos han apostado por una reducción ya sea porque no están sometidos a severos planes de ajuste que los limiten o bien porque dicha disminución ya estaba prevista en los mismos.
Los vecinos evaluarán en las urnas la gestión de sus gobernantes, que, tras la ingente pérdida de ingresos derivada del urbanismo, se han visto forzados a replantear el sistema recaudatorio en busca de nuevas vías de retribución.
Tras tres ejercicios en los que la recurrencia al alza de impuestos fue una práctica generalizada en la administración local con el fin de cuadrar las cuentas y sanear la economía, las elecciones municipales del 24 de mayo han propiciado una moderación de las contadas subidas, algunas condicionadas por estar próximas al tope máximo legal permitido, pero sobre todo una congelación generalizada de tasas e impuestos que algunos municipios han adornado con rebajas parciales hasta donde se lo ha permitido el riguroso control del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Y es que, aunque no son pocos los equipos de gobierno de corporaciones locales que, espoleados por la inminencia de los comicios, se habían propuesto un mayor índice de contención fiscal, no han podido finalmente alcanzarlo a causa de la fiscalización del Ministerio de Cristóbal Montoro, en virtud de la cual deben cumplir con lo que recogieron en su día en sus respectivos planes de ajuste.
En los mismos, muchos de ellos revisados al alza para aliviar las arcas en pleno apogeo de la crisis, los tipos impositivos están fijados y aprobados para toda la legislatura con el fin de inyectar liquidez para hacer frente a los créditos con el plan de pago a proveedores.
De otro lado, los municipios que se han visto obligados a subir los impuestos, aunque moderadamente, para ingresar más se caracterizan normalmente por una situación financiera compleja, con dificultades de liquidez.
Entre los principales municipios onubenses que, dentro de los límites legales, han aprobado una rebaja de impuestos destacan especialmente Huelva capital, cuyo ayuntamiento aprobó en sesión plenaria con la abstención de IU y los votos a favor del PP, PSOE y de la concejal no adscrita, Yolanda Cabezas, la propuesta del equipo de gobierno (PP) para la aprobación de la modificación de las ordenanzas fiscales para 2015, que incluyen la bajada de la tasa de basura y del 10% del tipo impositivo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), aunque el PSOE puntualizó que supone una "congelación" ya que dicha bajada se compensa con idéntica revalorización catastral.
Las nuevas ordenanzas fiscales incluyen también la congelación del resto de impuestos, tasas y precios públicos, así como el mantenimiento de todas las bonificaciones fiscales.
En lo que respecta a Almonte, donde el PSOE ha presentado enmiendas al presupuesto, el pleno aprobó en noviembre la propuesta del equipo de gobierno (PP) para la rebaja y mejora de una decena de ordenanzas fiscales, entre las que destaca la carga impositiva sobre el impuesto de circulación. Además, se han aprobado otras revisiones a la baja para apoyar al sector de la construcción, como el impuesto sobre construcciones y obras o la fianza de las mismas, y se reduce el coste en la expedición de documentos públicos, entre otras rebajas, además de añadir bonificaciones para colectivos desfavorecidos y una disminución del 60 % del IBI para familias numerosas.
Lepe ha apostado por la disminución de la cuantía de algunos impuestos y tasas dirigida al fomento del empleo en la localidad y a la mejora de la actividad económica, de forma que puedan bonificarse determinadas acciones empresariales encaminadas a la creación de puestos de trabajo.
Asimismo, Palos de la Frontera aprobó una reducción del 5% del IBI, bonificaciones en la plusvalía y cuotas de un euro al año para la basura, despachos profesionales, locales industriales o mercantiles, hoteles y hostales y núcleos de viviendas en fincas agrícolas, así como para el polideportivo, amén de bonificaciones sociales y una bajada de la plusvalía.
También notarán la rebaja los habitantes de Cartaya, aunque es considerada "ínfima" para el PSOE, que ya denunció que el equipo de Gobierno tripartito (Icar-PP-PA) aprobó en mayo un alza de tasas y precios públicos, "en algunos casos del 100%", y "sólo cuatro meses después" anunció una rebaja del 15%.
Entre los municipios que también rebajarán la presión fiscal destaca Bonares, que enlaza un lustro sin requerir de financiación externa, congela por noveno año consecutivo las tasas e impuestos aunque con reducciones del 10% en el gravamen del IBI urbano, del 7% en el impuesto sobre vehículos, del 13,5% en la tasa de construcciones, instalaciones y Obras, del 16,6% en la licencia de obras o del 44,4% en la de primera ocupación, entre otros.
En las antípodas se hallaría el municipio de Ayamonte, cuyos habitantes, según el portavoz del PP, Alberto Fernández, el PSOE aprobó con la abstención de IU y la oposición del PP la subida de tasas municipales a excepción de dos "porque ya estaban en el tope máximo legalmente permitido".
Asimismo, en Isla Cristina se desconoce cómo actuará el Ayuntamiento ya que aún no ha aprobado los presupuestos de 2015 aunque el candidato del PP a la alcaldía, Francisco González, teme que "vuelvan a subir, ya que al estar acogidos a un plan de ajuste pueden subir los ingresos recaudatorios en un 10%".
En lo que respecta al resto de los núcleos de población más poblados de Huelva, casi todos apuestan por una congelación de los tributos, si bien alguno incluye algún tipo de rebaja, como Valverde del Camino, que reduce el IBI al 0,78, lo que supone un descenso acumulado del 25,59% en los tres últimos años desde el 0,90%, o Moguer, que, como en 2014, vuelve a rebajarlo otro 5%.
Así, en este ejercicio La Palma mantendrá congelados sus impuestos pero con una reducción del impuesto de actividades económicas y bonificaciones en el IBI, tasas de residuos, plusvalía, IAE o impuesto de vehículos, al igual que Nerva, que mantendrá el mismo nivel de presión fiscal, o Punta Umbría, que, después de una rebaja para locales comerciales en septiembre, mantiene las tasas.
En la comarca de la Sierra, Aracena disfrutará de una congelación de tasas aunque con algún ajuste en algunas asociadas a los servicios del Patronato Municipal de Deportes y el cementerio al ser deficitarios, en tanto que en Cortegana se mantendrán los impuestos en 2015 pero con un leve aumento del IBI debido a la revisión catastral de 2011, que recoge un incremento del 10% hasta 2020, y no a la modificación al alza del tipo impositivo, que se mantiene.
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