Un despertar privilegiado en Aracena
El canto de los campanilleros cada domingo de octubre es una tradición muy arraigada en el pueblo
El canto de los campanilleros y del Rosario de la Aurora son de las tradiciones más antiguas y queridas en Aracena. Y tras siglos de historia, pese a haber solo un coro de campanilleros en los últimos años, el futuro está asegurado con un grupo consolidado, que mezcla veteranía, con adultos que llevan muchas ediciones y no faltan a la cita, y varios jóvenes, de los cuales algunos se quedarán en el coro de un futuro próximo.
También hay miembros del coro de campanilleros que incorporan a sus hijos y hasta nietos para que los jóvenes sientan desde pequeños esta tradición. Entre ejemplos claros está el actual director, conocido en Aracena como J.R, que es hijo del José Guerrita, gran impulsor de los campanilleros de Aracena y creador de la mayoría de letras, fallecido hace algunos años. A día de hoy los más veteranos del coro son los primos Tomás de la Osa y Pepe Chiripa, fieles cada domingo de octubre durante muchos años seguidos.
Una treintena de hombres salen cada madrugada de domingo de octubre por las calles y barrios del municipio, donde la lluvia y el mal tiempo han sido protagonistas en 2015. Precisamente hace dos domingos no pudieron hacer el Rosario de la Aurora junto a la Hermandad de la Virgen del Rosario y hubieron de hacerlo en el interior de la parroquia, con los presentes sentados y el coro cantando sus coplillas, de dos en dos, entre las diferentes estaciones del Rosario que realizaba el cura Longinos Abengózar Muñoz.
La festividad de la Virgen del Rosario está históricamente ligada a los campanilleros con el Rosario de la Aurora. La tradición es despertar a los vecinos para que vayan a la misa, a las 8:00, y después del Rosario, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, y a la Iglesia Prioral del Castillo.
La salida de la Parroquia del coro de campanilleros y la corporación de la hermandad de la Virgen del Rosario se produce, con puntualidad, a las 6:30 de la mañana.
Previo al Rosario, el coro de Campanilleros canta las horas desde las 3:00 de la madrugada o más, aproximadamente, sin la presencia de la Hermandad por los diferentes barrios y rincones del pueblo, al menos los más antiguos, ya que debido al crecimiento de la población y la existencia de un solo grupo cada vez resulta más difícil hacerlo en su totalidad durante los domingos del mes.
Históricamente es una devoción extendida por los frailes dominicos desde mediados del siglo XVI cuando se instalaron en el antiguo Hospital de San Sebastián, a la entrada del pueblo por la carretera de Sevilla, y actualmente iglesia de Santo Domingo, además del barrio que lleva su mismo nombre, siendo de los más antiguos de Aracena. En el siglo XVII destacó la figura de la Madre Trinidad, una de las monjas dominicas del convento de Jesús María y quien promovió a los campanilleros como un reclamo para incrementar la devoción al Rosario. De hecho algunas de las letrillas más antiguas se le atribuyen a ella y de ahí que la Cofradía del Rosario acompañe al coro durante la última parte del recorrido.
Las coplas hacen referencia a los misterios del Rosario, reflejando el devenir del pueblo y sus devociones marianas. El coro cada vez posee mayor variedad instrumental; desde los más antiguos, como esquilas, sonajas, el cántaro, la alpargata, el triángulo y la carrañaca, hasta los más recientes como la pandereta, el saxofón, la bandurria, la guitarra y trompetas y timbales. Tal como indica una de las letras de campanilleros "no le temen ni al frío ni al agua, ni a la malas noches que puedan pasar", puesto que a veces se ven inmersos en noches de frío y lluvia.
El pueblo acude fiel a cada Rosario de la Aurora, donde la mayoría son mujeres. El pasado domingo, el último, fue el más multitudinario porque se sube al Castillo, donde tuvo lugar la misa final para rendir pleitesía a Nuestra Señora del Mayor Dolor como patrona de la localidad serrana.
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