Fertilizantes contra Napoleón

La entrega de premios de la Cátedra Aiqbe se convierte en un alegato por la innovación y la ciencia El rector anuncia un Plan Integral de Investigación para los dos próximos años

Foto de familia de los galardonados en la última edición de la Cátedra Aiqbe en la Universidad de Huelva, ayer, en la Facultad de Ciencias Experimentales.
Foto de familia de los galardonados en la última edición de la Cátedra Aiqbe en la Universidad de Huelva, ayer, en la Facultad de Ciencias Experimentales.
Javier Ronchel Huelva

22 de junio 2016 - 01:00

Napoleón y fertilizantes. La mezcla, de entrada, choca. Pero tiene su explicación. Hace año y medio habló de ellos un Nobel de Química, el alemán Stefan Hell, para referirse al injusto maltrato de los descubrimientos de la ciencia. "Algunos acontecimientos históricos están completamente sobrestimados en su importancia. El papel de Napoleón, por ejemplo, fue sin lugar a dudas muy importante, pero, si me preguntas a mí, seguramente lo fue más la invención de los fertilizantes. Sin ellos, la gente habría muerto de hambre o se habrían matado unos a otros a finales del XIX por no poder alimentar a sus hijos".

El profesor Juan Pedro Bolívar recuperó ayer aquellas palabras de Hell para reivindicar la ciencia tras recoger el premio Cátedra Aiqbe de investigación en el área científico-tecnológica. De hecho añadió una frase que, dijo, debe recoger el sentir de todos los involucrados en labores investigadoras en la Universidad: "Sólo las sociedades que sitúen en un lugar preferente de su escala de valores la dedicación a la ciencia y la tecnología serán protagonistas de su futuro".

En ello anda Huelva. La Cátedra Aiqbe representa desde 2007 en la Onubense ese matrimonio deseado entre la investigación y la sociedad. La apuesta de las empresas, en este caso de la industria, por la Universidad, en busca del desarrollo y la innovación. "Durante años se habla de divorcio, pero en vez de eso hay que ponerse a trabajar, con la Universidad como compañero de trabajo insustituible", apuntó el presidente de la asociación, Miguel Palacio.

El acto en la Facultad de Ciencias Experimentales fue también para reconocimiento del apoyo de las industrias onubenses, "sin fisuras, incluso en los años de recesión", a los grupos de trabajo de la Universidad de Huelva, que apuntó el vicerrector de Investigación y Política Científica, Pedro J. Pérez Romero. También lo mencionó indirectamente Bolívar en su intervención anterior, parafraseando esta vez a Albert Einstein: "Si un país quiere tener ciencia de alto nivel, debe también disponer de un importante sector industrial". La relación entre ambos debe ser estrecha y facilitar la transferencia de conocimiento desde la Universidad. Es la esencia de la colaboración destacada ayer por todos.

La Cátedra Aiqbe repartió catorce premios, aunque el protagonismo se lo llevaron los dos galardonados por su trayectoria investigadora. Por un lado, el catedrático en Física Aplicada Juan Pedro Bolívar, por su contribución al área de los radionucleicos y a la valoración de residuos inorgánicos, que le convierte en un reconocido experto mundial, "dando visibilidad internacional a la Universidad de Huelva y la transferencia de conocimiento al entorno". El otro, el catedrático en Educación José Ignacio Aguaded, distinguido en el área humanístico-social por sus trabajos en materia de comunicación, que han logrado un gran prestigio.

Ambos profesores encarnan la evolución experimentada por la UHU en investigación. Bolívar aportó un dato: el número de publicaciones científicas de los investigadores de la Onubense, multiplicado por 30 en veinte años. "En 1995 eran 15 y el año pasado casi llegaron a 500". Una muestra, dijo, de la necesidad de contar con apoyo financiero para potenciar el trabajo de muchos doctorandos y jóvenes que se han ido incorporando estos años.

No hay que quedarse con ese paso dado, insistió. Hay que avanzar hasta colocar a Huelva entre los primeros puestos de España por su tarea investigadora.

Juan Ignacio Aguaded apunta también a esa línea, aunque con un sentido más crítico. Al margen de lecturas triunfalistas, a desterrar, la Onubense se encuentra en "la encrucijada, el punto crítico".

La visión de una Universidad "joven, pequeña y periférica" debe cambiar en Huelva, a un paso de cumplir el cuarto de siglo, según Aguaded. Es la necesidad de aprovechar todos los factores para avanzar. "Es posible y es necesario convertir nuestras supuestas debilidades en fortalezas". Entre ellas, el tamaño pequeño, el alejamiento de los centros de poder, y también la historia de la provincia: su conexión con Latinoamérica, por la "orfandad" ante España denunciada en las universidades al otro lado del Atlántico.

"Nuestro potencial de crecimiento es inmenso. Todavía no hemos sabido descubrir las inmensas posibilidades de cooperación que tenemos ante nosotros", afirmó Aguaded tras recoger su premio. Y para ello, soltó ante el rector, hay que poner en marcha "una política estratégica de Universidad de excelencia", un "plan institucional sólido y consensuado". Un Plan Integral de Investigación urgente, reclamó expresamente, "que estimule y potencie la formación, los necesarios incentivos, la infraestructura, los apoyos administrativos reales".

Y Francisco Ruiz respondió a sus palabras anunciando ese proyecto reclamado. En los próximos días, dijo, estará plasmado en un documento que se presentará a exposición pública. La Universidad de Huelva va a poner en marcha un Plan Integral de Investigación para los dos próximos años, que recogerá "una política decidida de ayuda a grupos y centros de investigación y también a la captación de talento, algo muy importante, así como la conexión con el tejido empresarial, que debe dar lugar a una mayor productividad", explicó el rector.

Las palabras de Stefan Hell planearon todo el acto. "La historia de la humanidad es en un sentido amplio la historia de los hallazgos científicos", dijo. Y esa fiesta de la Cátedra Aiqbe se convirtió en una encendida defensa de la ciencia, la investigación y la universidad.

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