Casi 16.000 parados onubenses no cobran ya ni un solo euro

Sólo cuatro de cada diez parados cobran la prestación contributiva (alrededor de 800 euros), dos de cada diez reciben un subsidio o ayuda de 400 euros al mes, para dejar al resto sin ingreso alguno

Casi 16.000 parados onubenses no cobran ya ni un solo euro
Casi 16.000 parados onubenses no cobran ya ni un solo euro
Ana Vives Casas / Huelva

01 de febrero 2009 - 01:00

El drama del paro sigue haciendo mella en los hogares de los onubenses. El año ha terminado con 42.419 parados, los mismos que no están trabajando, pero no los mismos que están cobrando el desempleo. De todos ellos, sólo 26.655 reciben algún tipo de prestación; el resto, 15.764 personas, además de no tener trabajo no recibe ingreso alguno al inicio de cada mes.

La cruda realidad del paro se traduce en Huelva en que dos de cada cinco parados no cobra ni un euro del Estado y de los otros tres restantes sólo dos reciben la prestación contributiva (lo que popularmente se entiende como 'el paro'), que supone una cantidad mínima de 482 euros al mes y una máxima de 1.357 euros al mes. El resto está sujeto a una ayuda cuyo importe no supera los 413 euros al mes.

Según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Empleo (Inem), el mes de diciembre se cerró en Huelva con 25.237 prestaciones correspondientes al régimen general (todas para desempleados) y 16.222 para el régimen general agrario, de las que sólo 1.418 corresponden a personas inscritas como paradas en las diferentes oficinas de Empleo de la provincia.

De ahí se deduce que los 42.419 parados sólo el 63% cobra algún tipo de prestación, para dejar al 37% restante sin ingreso alguno. Pero no todos reciben la misma cantidad. La mayor parte de las prestaciones corresponde a las denominadas prestaciones contributivas (17.610), que reciben los que han estado trabajando un determinado tiempo (la cuantía media ronda los 800 euros al mes), pero la realidad demuestra que la crisis deja fuera de ese paquete a multitud de onubenses. Casi 25.000, si bien una parte de ellos sí cuenta con el subsidio del Inem, una prestación asistencial que otorga el Estado en determinadas situaciones, como es el caso de los desempleados que han agotado la prestación y tienen responsabilidades familiares, o de aquéllos que no tienen derecho a prestación y tienen más de 45 años o personas a su cargo. En esta situación están 7.622 personas en nuestra provincia, que no reciben más de 400 euros al mes. Aunque se presupone que esta cifra irá aumentando con forme pasen los meses. Porque cada vez, según se apunta desde los sindicatos, serán más los que agoten el plazo del cobro de la prestación. Y porque en este grupo se incluyen a todos los que han estado sujetos a contratos temporales o por horas, que son los primeros que han ido a las listas de desempleados. Pero además, la situación para este colectivo que se agarra a esa ayuda de 400 euros mensuales no pinta con optimismo, porque incluye también a parados de larga duración, que ya han consumido su paro o que no tienen derecho a cobrarlo y además tienen más de 45 años.

A ellos se les suman los que reciben la denominada Renta Activa de Inserción, por el mismo importe, que ingresan 1.423 personas en Huelva; todas con más de 45 años.

De todas las prestaciones que paga el Inem a los parados en la provincia, 2.058 corresponden a extranjeros, de los que 1.057 son no comunitarios. La mayor parte de ellos recibe la prestación contributiva (1.662), a los que le siguen los que reciben el subsidio por desempleo (351) y los que ingresan mensualmente la Renta Activa de Inserción (45).

La situación ya es grave, pero todo apunta a que la cifra de desprotegidos irá aumentando de forma paulatina porque cada vez es mayor el tiempo que los parados necesitan para reincorporarse al mercado de trabajo. Actualmente son casi 16.000. Los mismos que dispararán la cifra de impagos (que se ha disparado casi un 80% en nuestra provincia) y muchos de los que diariamente temerán que llegue una carta de embargo o desahucio (se han multiplicado entre noviembre y enero) ante la imposibilidad ya no de vivir, sino de subsistir.

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