Hay 'otro fútbol' más allá del césped

Numerosos jóvenes de la Sierra disfrutan cada semana de una intensa jornada dedicada al 'deporte rey', que va desde el primer día de entrenamiento hasta la vuelta a casa después de un partidol clave Los jugadores siempre esperan con mucha expectación la convocatoria previa al día del partido.

Hay 'otro fútbol' más allá del césped
Hay 'otro fútbol' más allá del césped
Javier Moya Rufino / Aracena

23 de enero 2011 - 01:00

No todo en el fútbol se juega sobre el terreno de juego. Así lo dice una máxima sabida pero poco conocida para muchos en el deporte rey y que cuenta con el mayor número de aficionados del planeta.

De hecho, el balompié contiene una gran cantidad de vivencias, elementos, historias, curiosidades, ambientes y convivencia, merecidas de ser vividas alguna vez en la vida. Así se entendería mucho mejor el realismo, la sencillez y la grandeza del fútbol. Si esto lo extrapolamos a los jóvenes, los sentimientos y el humanismo afloran a raudales.

En la Sierra, como ocurre en cualquier otra comarca de la provincia, de Andalucía y del país en general, miles de jóvenes se disponen a jugar un partido de fútbol cada fin de semana. Es el caso, por ejemplo, del equipo Cadete de la UD Medina Arsena. Y se lo toman con una profesionalidad, respeto y seriedad digna de admiración, y que muchos jugadores de elite ya quisieran.

Cada sábado y domingo, tras conocer la convocatoria previa el día antes, y desde horas muy tempranas, los chavales se aproximan con puntualidad al campo de fútbol o lugar de partida. Los minutos antes son de ligera espera del autobús y de buen rollo entre todos. A veces, coinciden varias secciones dentro de los distintos clubes. Una vez llega el medio de transporte se acaban las bromas, por lo pronto, y tras dejar los macutos atrás, cada uno entra en el interior y se sienta en parejas. Los mejores amigos siempre van juntos. El viaje es un buen momento para las bromas, escuchar música, meterse el uno con el otro y hacer compañerismo de verdad.

Pero todo tiene su fin al llegar al campo de fútbol. La seriedad regresa a las caras en dirección a la zona de vestuarios. Dentro del mismo son momentos de cambiarse de ropa; colocarse con mimo las calcetas, espinilleras y botas, y ajustarse bien las camisetas y las calzonas.

El entrenador da las necesarias instrucciones, indicaciones y exhorta para que los jugadores salgan concentrados y lo den todo en el campo. Por supuesto, el momento de dar la alineación es esperado por unos y temido por otros. Por suerte, en las categorías inferiores, hasta la cadete, se pueden hacer todos los cambios deseados y la participación de todos gana por goleada a la competitividad.

Antes del partido es momento del calentamiento. Es habitual que los jugadores siempre quieran el balón antes de realizar cualquier ejercicio. Pero tanto el ejercicio físico como el contacto con el esférico son fundamentales para la dureza del juego posterior.

Escasos momentos antes del partido, de nuevo, el equipo vuelve al vestuario y todo está ya listo para jugar. El entrenador exclama y alienta a sus pupilos. El visitante siempre sale antes y educadamente saluda a la afición presente. Con el pitido inicial empieza lo visible para muchos. Y con el pitido final los vencedores se abrazan y los perdedores se marchan cabizbajos.

Comentarios, moviola, recuerdos, dudas y más cuestiones se indican entre todos. Entonces el entrenador intenta no comentar mucho al haber pasado el encuentro para analizarlo mejor en otro momento con la cabeza fría. El árbitro redacta el acta del encuentro y lo entrega a los delegados de equipo. Tras la ducha y minutos de relax, algunos escuchan música, otros conversan y la mayoría toman algo para retomar fuerzas de cara a la vuelta en el autobús. La plantilla desea llegar cuanto antes al destino, donde les espera toda una semana dura de entrenamientos con el sueño de que el siguiente viernes vuelvan a ser convocados.

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