Un hotel también puede ser un aula

Salmón en sus más diversas variedades: a la plancha, al horno, pastel de salmón, brochetas de salmón o salmón marinado son sólo algunos de los platos que con este pescado están aprendiendo a elaborar los 15 alumnos que forman parte de la novedosa iniciativa de convertir el hotel Cartaya Garden en el primer hotel-escuela de la parte occidental de Andalucía, y en el segundo de nuestra comunidad Autónoma después del ya existente en la localidad malagueña de Archidona.

Y es que este grupo de personas desempleadas de entre 20 y 46 años forman parte del alumnado del primer curso de formación profesional que con tal finalidad ha iniciado hace tan sólo unas semanas la dirección del hotel. Se trata de un curso de ayudante de cocina y el objetivo, según Manuel Valencia, director del Cartaya Garden, no es otro que "conseguir la homologación de este hotel como hotel-escuela por parte de la Junta de Andalucía para hacer de sus instalaciones un gran aula en la que formar a los jóvenes de la zona no sólo en esta materia sino en todas aquellas otras inherentes a la actividad hotelera como mantenimiento, piso, cocina, restaurante, bar, recepción, o jardinería, entre otras".

De esta forma, según Valencia, se conseguirían varios objetivos importantes como una mejor calidad de la enseñanza ya que los alumnos vivirían en el hotel poniendo en práctica sus conocimientos con clientes reales; un mayor aprovechamiento de la instalación hotelera en invierno, cuando menos movimiento turístico se registra, ya que la fuerte estacionalidad sigue siendo aún una lacra para el turismo de nuestra provincia, y finalmente se dispondría de una amplia cantera de personas cualificadas en toda la comarca, reforzando la posición de destino turístico de calidad por la que viene apostando el sector.

Por su parte, los alumnos de este primer curso se muestran "encantados" ya que, según Adrián Ruiz, de 23 años, "estoy aprendiendo muchas cosas nuevas que me van a ser de mucha utilidad a la hora de encontrar trabajo en el futuro". En los mismos términos se posiciona la más veterana del curso, Remedios Abreu, que "ante la mala situación para encontrar un empleo, lo mejor es aprovechar el tiempo formándose para cuando la cosa se ponga mejor". Por su parte, la joven bartolina de tan sólo 20 años Ana Mª Martín, que coincide con sus compañeros en lo "positivo" de la iniciativa, también manifiesta que se animó a matricularse en el curso "por tratarse de algo innovador que nos puede abrir muchas puertas".

Y es que según confiesa el monitor del curso, que a sus 36 años es jefe de cocina de este hotel cartayero desde hace ya 5 años, Alberto Fernández, "lo que más me llama la atención de los alumnos son las ganas, el empeño, el esfuerzo y la ilusión por aprender y trabajar que ponen todos diariamente en el curso".

A Fernández su profesión le viene de tradición familiar por regentar sus padres un conocido restaurante en Cartaya, se formó en la Escuela de Hostelería de Islantilla y tras trabajar varios años en Madrid lleva ya más de 10 como jefe de cocina en varios hoteles de la provincia onubense. Para él, la formación "es fundamental para trabajar ya que estas personas cuando iniciaron el curso hace ahora dos semanas, no tenían ni idea de cómo se trabajaba en una cocina industrial como la de un hotel en la que un ayudante de cocina tiene que ser capaz de cortar 20 kilos de cebollas en menos de 10 minutos".

En este sentido, Fernández está enseñando a los alumnos distintas técnicas de corte, métodos de cocción, formas de deshuesar carne, tipos de salsas, platos y postres, útiles de una cocina industrial, y sobre todo vocabulario y habilidad "para que cuando lleguen a cualquier restaurante u hotel a solicitar trabajo, lleven una formación básica que a buen seguro les va a poner las cosas más fáciles a la hora de acceder al mismo frente a aquellos otros que piensan que trabajar aquí es como hacerlo en la cocina de casa".