Incansable devoción cofrade entre la juventud aracenense

La Hermandad de la Santa Cruz de la localidad serrana reune a jóvenes costaleros y capataces en torno a su pasol generaciones futuras Esta iniciativa tiene como fin fomentar la afición cofrade entre los jóvenes.

Incansable devoción cofrade entre la juventud aracenense
Incansable devoción cofrade entre la juventud aracenense
Javier Moya Rufino / Aracena

08 de junio 2011 - 01:00

La tradición cofrade en Aracena está asegurada. Además de la Semana Santa chica, celebrada recientemente y con más de veinte cinco años de historia, la localidad cuenta con otras manifestaciones propias en las que los jóvenes son los grandes protagonistas.

Una de las más antiguas la mantiene la Hermandad de la Santa Vera Cruz en torno a la procesión del paso de la Cruz cada mes de mayo alrededor del cerro del Castillo y que cuenta con jóvenes costaleros y capataces. Otra, mucho más reciente, se ha creado en la Hermandad de Nuestro Padre Jesús con la procesión de Santo Domingo de Guzmán a principios del mes de agosto, igualmente por jóvenes costaleros y capataces.

Y además la hermandad de la Reina de los Ángeles desarrolla en los últimos años a finales de mayo una procesión con el paso de la Cruz, creado expresamente para jóvenes, donde existen dos cuadrillas diferenciadas por edades entre los diez y diecisiete años.

Son iniciativas con un único objetivo: Fomentar la afición por la Semana Santa en Aracena y mantener el arraigo en el futuro desde pequeño. Las caras de ilusión, palabras, gestos y actos de cada uno de ellos eran dignos de ver. Por supuesto, siempre intentando hacer las cosas como los expertos en la Semana Mayor; costaleros fajándose previamente o colocándose las tablillas necesarias en las trabajaderas sin olvidarnos de las consignas de los capataces.

La procesión contó con la participación inestimable de la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Aracena para un privilegiado acompañamiento musical.

Pasadas las seis y media de la tarde se abrieron las puertas de la ermita de San Roque para ver un espectáculo cofrade con la inocencia propia de los niños. Asimismo, agolpados a las puertas del templo había un importante número de familiares, padres, vecinos, amigos y conocidos, entre los que predominaban igualmente muchos jóvenes.

Fue una salida cargada de emoción y tensión ya que debido a la estrechez de la puerta la cruz tuvo que salir ligeramente inclinada hacia atrás para después ser de nuevo subida para la procesión. Incluso el paso posee unas patas con la posibilidad de hacerlas más altas para la cuadrilla de más edad.

El paso bajó por la calle Cantarrana, pasando por Mesones, la esquina de la iglesia de El Carmen, dio la vuelta al Paseo, pasó por la calle Barberos, Julián Romero y José Nogales en dirección a Infante del Real y de nuevo regresó a la ermita de San Roque para entrar ya avanzada la noche.

El vecindario disfrutó también de esta particular procesión de la cruz de mayo, y espera su gran cita con la procesión de San Roque en el mes de agosto dentro de la velá del barrio.

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