Zalamea inicia sus fiestas con el traslado del Patrón

La imagen saldrá de su ermita hacia la parroquia de la Asunción acompañada por la Agrupación Nuestro Padre Jesús Nazareno

La imagen de San Vicente Mártir, durante su salida procesional.
La imagen de San Vicente Mártir, durante su salida procesional.
José Miguel Jiménez Zalamea

09 de enero 2015 - 05:00

Zalamea la Real vive inmersa estos días en la celebración de sus fiestas patronales en honor de San Vicente Mártir, unos festejos en los que historia y religiosidad van de la mano. Con la traída del santo este domingo comienzan los actos en honor del Patrón de la localidad.

La mayordomía de 2015 corre a cargo de María Dolores Vázquez Zarza, que presidirá junto a la hermandad los actos que se iniciarán el día 11 con el traslado de la imagen desde su ermita hasta la parroquia de la Asunción. Sobre las 13:00 San Vicente, con el acompañamiento musical de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno de Zalamea, saldrá en procesión desde su templo mudéjar, para enfilar el camino de El Seto y entrar en la Calle de la Iglesia.

La Hermandad del Patrón San Vicente Mártir fue fundada en marzo de 1425 cuando un grupo de hermanos se dirigieron al párroco Bartolomé Martín para que les buscara un "abogado" o intercesor ante Dios, que pusiera fin a las calamidades y epidemias que recorrían este trozo del por entonces Reino de Sevilla.

Cuenta la tradición que reunidos los vecinos de Zalamea y sus aldeas en la Iglesia Parroquial, decidieron introducir en un recipiente los nombres de todos los santos conocidos con el fin de elegir un Patrón, y por "intercesión divina", al salir su nombre por tres veces, fue elegido el mártir aragonés San Vicente. El 25 de marzo de 1425 se fundó la hermandad, una de las más antiguas de la provincia y seguramente de Andalucía, y se encargó la construcción de la ermita y una imagen del santo.

El edificio de la ermita albergó la que posiblemente fuera la primera escuela de Zalamea, ya que en las ordenanzas municipales se hace referencia a que en 1532 el ermitaño de San Vicente -posiblemente un lego- impartía clases a los vecinos de la villa.

La extensa historia de la hermandad está repleta de hechos y anécdotas curiosas. En 1637, durante la visita de un enviado del Arzobispado de Sevilla con el encargo de visitar a hermandades y ermitas de la zona, se descubrió que las reglas de la hermandad, redactadas 200 años antes, no habían sido presentadas para su aprobación oficial, instando en ese momento a que se realizaran los trámites necesarios so pena de excomunión.

Un siglo más tarde, se subsanó otro "olvido" ya que los zalameños tenían a San Vicente como Patrón, pero sin haber realizado los trámites necesarios, para lo cual, se reunieron Cabildo Eclesiástico, Concejo y cabezas de familia de la villa para ratificar al santo como patrono de Zalamea y sus tierras. En el siglo XVIII sucedieron más eventos importantes para la hermandad, como la donación de una reliquia de San Vicente traída de Roma por el religioso zalameño Padre Gil, con una bula papal que acreditaba su autenticidad, dicha reliquia se daba a besar a los fieles en la festividad del Patrón.

En 1864 se estableció la práctica de la novena como ejercicio preparatorio para la Función Principal.

Durante 1929 se llevó a cabo una importante reforma en la ermita que le confirió el aspecto que prácticamente posee en la actualidad. Las obras fueran costeadas por Manuel Moreno. Se dotó a la ermita de una bella azulejería, a pesar de que como refiere Pastor Cornejo, que ha estudiado en profundidad la historia de la hermandad, "perdió su aire medieval como refugio de peregrinos y caminantes".

No se libró la ermita de los efectos de la contienda civil, siendo incendiado su interior, quedando totalmente destruidos el retablo y la imagen del santo, datada en 1793.

En la festividad del santo de 1939 fue bendecida la nueva imagen del Patrón realizada por Sánchez Cid, siendo ésta reformada durante los años sesenta por el imaginero zalameño Manuel Rodríguez, que diseñó el retablo actual que preside la ermita desde 1992.

Como hecho anecdótico, en 1997, Isabel Ballesteros fue la primera mayordoma en la historia de la casi seis veces centenaria hermandad.

El 12 de octubre de 2006, San Vicente fue nombrado Alcalde Honorario de Zalamea.

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