"Todo lo que haga a partir de ahora es un homenaje a mi padre"

Rosa lópez

Rosa López es una mujer de palabra y, por eso mismo, cuando le avanzó a su padre que, algún día, grabaría un disco con versiones del pop-rock internacional, sabía que, tarde o temprano, llevaría a buen puerto aquel proyecto

Ricardo Castillejo

09 de octubre 2008 - 05:00

Si hay algo que, desde el principio, enamora de Rosa López es su verdad. En un mundo de tanta hipocresía como éste en el que nos encontramos inmersos, su inocencia llama la atención desde el primer instante. Cariñosa y sensible, la cantante se muestra feliz con su regreso al mercado musical a pesar de que no deje de reconocer cuánto le ha marcado el fallecimiento de su padre, hace tan sólo seis meses, y cómo ha cambiado esta desaparición su propia visión de la vida. No obstante, hay que seguir adelante y Promesas, su nueva apuesta es una buena razón para estrenar imagen, más guapa y delgada que nunca, e ilusiones por reconquistar a un público que no la olvida.

-¿Qué tal está resultando este esperado reencuentro? ¿Vuelve plena de facultades?

-Por la hora que es [las once de la mañana] me ves mañanera (risas), pero estupenda. En este último periodo he aprendido igual que llevo haciendo desde hace siete años. Debo cuidarme y comer sano porque el cuerpo también es un instrumento. En realidad, es un todo unido: físico, mente, moral…

-Desde el principio de su carrera, su estilo ha sufrido una clara evolución aunque, quizás, todo el mundo ha coincidido siempre en que, estos temas que acaba de grabar, son los que mejor le van. ¿Está de acuerdo?

-A mí me gusta la música. Todo lo que tenga armonía. En los sentimientos no existen estilos. Hemos cogido diez clásicos de toda la vida y los hemos adaptado al castellano. Lo mismo a algunos críticos no les gusta, pero también era consciente de esto. Era una promesa que me hice a mí misma y a mis padres porque, mi padre en concreto, afirmaba que las canciones antiguas son las que más le gustan a la gente. Espero que me de fuerzas desde donde esté.

-¿Le dedica a él este trabajo?

-Todo lo que haga a partir de ahora es un homenaje a mi padre pero, este álbum, es para mi madre, Francisca. Nosotros la llamamos Pacota y es una mujer excepcional. Tenemos que cuidarla…

-Lo que pasa es que, según creo, usted ha trasladado su residencia a Madrid, ¿no?

-Nunca lo sé. Para cuestiones laborales sí me quedo más en Madrid pero, en cuanto puedo, bajo a Granada para ver a mis sobrinos, a los que quiero mucho y me dan mucha vida.

-¿En qué ha cambiado Rosa después de los sucesos acaecidos a su alrededor en los últimos tiempos?

-Se supone que todo sigue igual pero todo ha cambiado. Intento corregir lo que me hace sufrir y no me gusta. Antes del éxito vivía feliz y no tenía que conseguir nada. Me ponía lo que quería, cantaba lo que me apetecía… Mi vida profesional no era tan compleja. Vas evolucionando sobre la marcha y, subirme al escenario, es mi regalo. La promoción es la tarjeta de visita y luego vienen las actuaciones.

-Y ahí se dará cuenta, en el contacto directo con el público, de que Rosa es una figura muy querida…

-Hay de todo pero lo que sí percibo es que, desde hace siete años, me ha tocado la lotería. Sigo provocando un efecto impermeable para saber, con las rodillas en el suelo, de dónde vengo y a dónde voy.

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