Olga Guerrero / Chamero

Anécdotas, vecinos y nuevos tiempos

El Arengario

13 de febrero 2016 - 01:00

LA anécdota. Hace relativamente poco tiempo fue convocada una igualá en una plaza pública, hecho bastante normal en esta época. La congregación del número de costaleros, aspirantes, aficionados y curiosos en general, que se dieron cita era también la normal. Lo inusual aconteció cuando en mitad de la misma, aparecieron cuatro coches de la Policía Local que, de bastante malos modos, preguntaron ¿qué ocurría allí?, si aquello era un botellón y que había que disolver la concentración de personas que estaba ocupando la plaza. Llegando a amenazar con demandar los DNI de los presentes. Ante la sorpresa de todos, el capataz se hace cargo del asunto mientras se reclama la presencia de los miembros de la junta presentes, que intentan hacer entender a los agentes de policía que aquello es una igualá, en respuesta a sus preguntas les explican, que hasta la fecha no había sido necesario informar o solicitar permiso a las autoridades para estos actos, y que si había gente bebiendo, lo estaban haciendo en la puerta del bar con productos del mismo. Los agentes alegan que se había producido una denuncia por parte de unos de los vecinos. Al final todo terminó de manera razonable y pudo finalizarse la igualá sin mayores problemas, guardando el orden y el silencio exigido por la Policía.

Siguiente fase. Viendo que la concentración no había sido disuelta, el vecino autor de la denuncia, baja y conversa con los miembros de la junta exponiendo su problema. La raíz residía en que su padre estaba muy enfermo y el ruido le molestaba. Ante este hecho, igualaron al otro lado de la plaza. Contestación al vecino: ¿no era más lógico haber hecho esta petición antes de llamar a la Policía? Naturalmente de haberlo hecho de manera educada. ¿No piensan que se habrían trasladado a otro lugar cercano tal y como ocurrió? Era necesario llamar a la policía?.

Definitivamente, los tiempos están cambiando, nuevos e ingratos tiempos nos acechan, cuando hechos comunes en nuestra cuaresma son denunciados por los vecinos. ¿Tanto molesta el ruido producido por una igualá? Sobre todo cuando en la fila se suele pedir silencio, se escucha la voz del listero llamando para que estén alerta los costaleros o la conversación de acompañantes y de los ya igualados, bastante menos ruido creo que en un botellón o que en otro tipo de manifestaciones.

Lo que me temo es que detrás de esta anécdota, está una corriente laica, progresista que va en contra de nuestras costumbres, sobre todo las relacionadas con la creencia cristiana. Al final, me temo, se nos van a ir poniendo cada vez más trabas ante la manifestación pública de nuestra fe, y con ello me refiero a vía crucis, salidas de Corpus, rosarios, ensayos solidarios, etc. ¿Pondrán trabas también a la salida de los niños del colegio de María inmaculada? ¿O nos multarán por ser muchos a la salida de la iglesia tras los cultos y charlar en la puerta? Realmente creo que se está perdiendo la tolerancia y la convivencia entre vecinos. Estoy de acuerdo en la libertad de culto y respeto al agnóstico o no creyente. Sólo pido el mismo grado de aceptación, respeto y tolerancia.

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