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Alberto González Troyano
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CREO que hay dos intelectuales españoles por encima del resto. Dos personas coherentes en sus principios, ambos poseen una amplia cultura y una magnífica capacidad de expresión apta para casi todos los públicos. Es muy fácil poner el calificativo de intelectual a alguien que en realidad hace poco o nada. Los que digo aportan, y mucho: son el filósofo navarro Gregorio Luri y el escritor Pablo d'Ors.
El último libro de Luri es el fruto de muchos años de investigación, de trabajo y de pasión y constancia personal. El cielo prometido. Una mujer al servicio de Stalin, cuenta la historia de la familia Mercader. Recordemos que Ramón Mercader acabó con la vida de Trotsky. Es lo que se conoce, lo que la historia nos ha relatado. Pero en esta obra se traza un recorrido por una familia apasionante, comenzado -como eje central- por la madre de Ramón, Caridad Mercader, un personaje tan enigmático como fascinante.
Con Gregorio Luri me gusta hablar de Platón, de la situación sociológica del España en estos tiempos, y de la naturaleza. A pesar de sus viajes, conferencias y actos, espero que su pequeño huerto en El Masnou siga dando muchos frutos.
Pablo d'Ors es sacerdote y escritor. Comencé a leer sus narraciones El estreno y Las ideas puras, y a fascinarme por un universo sensible, culto, extraordinario. Gran conocedor de la literatura centroeuropea, hombre de gran talento literario, de pluma ágil y precisa.
Ambos escritores reflejan su pensamiento en sus escritos. Ambos autores enriquecen, que en estos tiempos que corren es mucho más que necesario.
Hace unos días Pablo d'Ors escribía una tercera de ABC titulada La cultura frente al misterio. La leí una y otra vez. Y otra. Pablo d'Ors nos indica al final: "La cultura no es algo meramente mental; también es esencialmente espiritual: cultura y culto deben ir unidos; ambos permiten ese cultivo al que todos estamos invitados para desplegarnos y crecer en humanidad". Y acaba la tercera: "La meta del ser y la senda de la simplicidad".
Voy a seguir leyendo a Platón. No me cabe otra. Voy a continuar disfrutando del ser y del no ser, por supuesto. Es la única manera de crecer, la única forma posible de enriquecimiento. Evitar la simplicidad que hoy día abunda en casi todos los planteamientos que nos rodean, y digo en casi todos porque aún nos quedan Gregorio Luri y Pablo d'Ors.
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