Agonía africana

MIENTRAS, en España, unos y otros mienten. Sí, ¿les sorprende algo este comentario? Los políticos en España mienten todos. Es su naturaleza, sin la mentira y el engaño la política dejaría de ser política y se convertiría en sensatez.

Decía que, mientras esto ocurre en nuestro país, África agoniza. El continente africano sufre la peor sequía de muchas décadas. Amplias zonas de Somalia, Zambia, Malaui, Etiopía o Mozambique han sido declaradas por sus gobiernos respectivos en estado absoluto de emergencia. Pero, como ocurre siempre, Occidente mira a otro lado.

De este desastre no se puede hablar, ni acapara las noticias de los informativos, es un hecho prohibido. Con los problemas que tienen las sociedades civilizadas cómo van a publicitar unos hechos así. Dicen en Etiopía que la sequía de este año es mucho peor que la de 1985, y ese año murieron más de un millón de personas en ese país de hambre.

Contra las catástrofes naturales no cabe otra que ser solidarios. Esto no es no dar un palo al agua y alojarse de okupa en un banco abandonado. Esto es un desastre natural que precisa de ayuda, de solidaridad, de conocimiento.

Sin conocimiento poca o ninguna ayuda llega a los lugares más necesitados. Y en África, según Naciones Unidas, hay más de 50 millones de personas amenazadas por el hambre. Un hambre que este año multiplica esta cifra por la grave sequía que padecen.

Si estamos viviendo la crisis de los refugiados por motivo de la guerra en Siria, no nos sorprendamos si dentro de unos años tenemos (cuando aún no hemos solucionado esta por la inutilidad de la Unión Europea) otra importante crisis de refugiados procedentes de África. Y vendrán simplemente a ciudades donde haya agua y comida. Tan simple como esto: agua y comida.

Escribía Calderón de la Barca: "Sueña el rico en su riqueza, / que más cuidados le ofrece; / sueña el pobre que padece / su miseria y su pobreza; / sueña el que a medrar empieza, / sueña el que afana y pretende, / sueña el que agravia y ofende, / y en el mundo, en conclusión, / todos sueñan lo que son, / aunque ninguno lo entiende". Soñemos, pero por favor, no olvidemos nunca a quien nos necesita, aquí o en África, da igual. Y entendamos, de una vez por todas, quiénes somos. Nosotros sí somos personas; los políticos, al fin y al cabo, seguirán mintiendo.