Almonte: un crimen sin móvil ni detenidos

Hace casi un año, los cuerpos de Miguel Ángel Domínguez y de su hija, María Domínguez Olmedo, aparecían muertos por heridas de arma blanca en su domicilio de Almonte. El doble asesinato conmovía a la sociedad almonteña, que reclamaba el esclarecimiento de un crimen sin un móvil aparente. A punto de cumplirse el primer aniversario de las muertes, las incógnitas siguen abiertas y la investigación, en marcha.

Así lo ha querido destacar la familia de los dos asesinados. A través de un comunicado, los allegados de los dos fallecidos muestran su "más firme confianza" en que la investigación que vienen desarrollando las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dé sus frutos y permita esclarecer en breve el doble crimen. La familia se pronuncia por primera vez públicamente para descartar los rumores que circulan entre la población y que indican que la investigación se encuentre encallada.

En un escrito firmado por los abuelos paternos, el tío y hermano de las víctimas reclaman a la ciudadanía que colabore con la Benemérita, a la par que la invitan a "dejar de lado comentarios e incitaciones que puedan resultar perjudiciales, a fin de no recaer en el error mayúsculo que se cometió en las primeras 24 horas desde el descubrimiento de los hechos, cuando se hizo un daño tremendamente irreparable a esta familia".

En el documento, al que ha tenido acceso este periódico, insisten en que se trata de "una investigación científica, responsable y seria, desempeñada por un equipo de la Guardia Civil con una extensa experiencia en estos casos, por lo que la actitud de esta familia ha sido siempre la del más escrupuloso respeto a la misma, sin intención de interferir o producir la más mínima contaminación" que pudiera convertirse en una rémora para la labor de investigación.

En cualquier caso, mostraron su agradecimiento a los vecinos por "las muestras de afecto, preocupación y condolencias recibidas a lo largo de este tiempo… Resulta tremendamente doloroso y penosos lidiar con unos hechos" luctuosos que se unen al "vacío que produce la pérdida de los seres más queridos y al desconcierto por lo ocurrido".

Precisamente, al hilo de ello demandan "comprensión absoluta hacía las circunstancias que vivimos, ya que no se nos escapan algunos comentarios que, a través de las redes sociales, se vertieron acerca del por qué estos sucesos no son notorios en los medios informativos" y las razones por las que no se han promovido o incentivado.

En este sentido, subrayan que "el sigilo y la prudencia se tornan como los más adecuados consejeros. Hemos tenido que escuchar conspiraciones nada adecuadas" que tratan de trazar paralelismos "con otros episodios que están de actualidad… Repetimos que en este caso no se trata de indagar y dar con el paradero de un cuerpo (en alusión al caso de Marta del Castillo), sino de encontrar al autor o autores de unos hechos criminales".

En una línea similar se ha pronunciado el alcalde, José Antonio Domínguez, quien reiteró su confianza en el trabajo de los grupos de la Benemérita encargados de desarrollar una investigación que se está dilatando "más de lo deseable", si bien matizó que los tiempos son directamente proporcionales a la complejidad y celo profesional con los que se están llevado a cabo las pesquisas. En consonancia, el edil destacó que el "hermetismo y sigilo no implican la ausencia de avances", sino que conforman la garantía de que "las cosas se están haciendo bien".

Fuentes de la Guardia Civil destacaron por su parte a Huelva Información el riguroso trabajo desarrollado por la Unidad Central Operativa de Madrid a la hora de peinar cada palmo del piso donde se perpetró el doble crimen, sabedores desde un primer momento que en el pormenorizado trabajo de campo radica el éxito de la investigación. La unidad de Madrid continúa trabajando en la provincia.

Mientras tanto, el secreto de sumario decretado por la juez ha cumplido su cometido y ningún dato ha trascendido sobre los pormenores y dirección de la investigación.

El subdelegado del Gobierno, Enrique Pérez Viguera, lamentó no poder ofrecer nuevos datos en tanto en cuanto la investigación sigue su curso y el secreto de sumario impide ofrecer información sobre en qué líneas de investigación se trabaja. En cualquier caso, Viguera mostró su "confianza" en que existan avances que permitan poner a disposición de la justicia al autor material de estas trágicas muertes.

El caso se mantiene en un halo de misterio forzado en el que no ha transcendido detalle alguno sobre las muertes. Tras un primer error en el que se habló de un supuesto filicidio, descartado nada más constatarse heridas de arma blanca en la espalda del padre, a las dos de la madrugada del día siguiente a aparecer los cuerpos la unidad Criminalística de Madrid llegó a la escena del crimen a efectos de completar las pruebas periciales y rastrear cada palmo de metro cuadrado del piso de la avenida de los Reyes, donde se había hallado a las víctimas.

Aunque ambas víctimas fallecieron el sábado 27 de abril de 2013, los cuerpos no fueron hallados hasta el lunes, día en que el abuelo materno de la menor alertó a la Policía Local preocupado de que su nieta no hubiera acudido al colegio ni su padre al supermercado.

Uno de los pocos datos que transcendieron a los medios de comunicación fue el aportado por el Instituto Anatómico Forense de Huelva, en el que se les practicaron las autopsias, las cuales confirmaron la evidencia ocular: que padre e hija habían fallecido por heridas de arma blanca. Se desconocen el resto de elementos a la hora de tratar de completar el rompecabezas: ¿se encontraban las puertas del piso forzadas o fue el propio Miguel quien invitó a su verdugo a pasar al interior?; ¿presentaban los cadáveres signos de violencia física?; ¿se trasladó sus cuerpos ya sin vida a sus respectivos dormitorios? (en ellos fueron hallados en la tarde del lunes sobre las dos y media de la tarde). Se trata de interrogantes que se presumen cruciales para esclarecer los hechos.

En un primer momentos los agentes barajaron la posibilidad de que el asesinato pudiera obedecer a una venganza de algún ladrón tras pillarlo Miguel Ángel hurtando productos en la cadena de supermercados para la que trabajaba. Rápidamente esta hipótesis perdió fuerza y ante lo improbable de que alguien pudiera acabar con la vida de una hombre y su hija por frustrar el robo de productos de alimentación. Otro hilo que aparentemente se ha seguido fue el móvil pasional.

Miguel Ángel Domínguez era. según los que le conocían, una persona muy afable y querida en el municipio, de ahí que su asesinato y el de su pequeña llenara de dolor y consternación un municipio que le brindó un masivo adiós en el Tanatorio Municipal de Almonte, donde acudieron más de medio millar de almonteños.