Bombonas de cloro: en tierra de nadie
Ninguna administración abre una investigación por su aparición en Aracena y Aroche Giahsa se lanza a la busca y captura de los recipientes antiguos pero no denuncia
Saber qué administración o empresa es la responsable de abrir o impulsar una investigación por la extraña -que no casual- aparición de dos antiguas bombonas de cloro gaseoso en las localidades de Aroche y Aracena a finales del mes pasado es casi tan complicado como conocer la identidad del autor o autores de los hechos. En un intento por aclarar quién había tomado las riendas de un misterioso caso por el que se llegó a evacuar la localidad arochena el pasado 19 de junio, Huelva Información ha ido dando saltos de aquí y allá sin que nadie concretara nada: la Guardia Civil indicó que, al no haber indicios de delito, no abrirá una investigación de oficio sin existir una denuncia; la Junta de Andalucía precisó que sólo había coordinado el dispositivo de emergencias a través del 112, puro apoyo operativo para una situación de aparente emergencia ante la fuga de gas de una de las vetustas botellas en la localidad arochena, "pero no tenemos competencia en esa materia".
Tirando del hilo, este diario contactó con el alcalde de Aroche, Antonio Muñiz. Él señaló que "es a la Guardia Civil, a la Policía Judicial, a quien corresponde hacer este tipo de investigación; yo sólo estimé oportuna la evacuación para que mis vecinos no corrieran riesgos". Y de vuelta a la Benemérita, ésta matiza al respecto que, "en todo caso y al ser un tema de seguridad civil, el asunto debe estar en manos de Protección Civil".
Una fuente acreditada, pero que prefiere permanecer en el anonimato, subrayó en este punto que "Protección Civil no tiene entidad jurídica para investigar ni esto ni otras cuestiones; no olvidemos que está constituida por una agrupación de voluntarios".
Volvemos, pues, al punto de partida. La misma fuente detalla que la responsable no sólo de las botellas para clorar el agua que están en uso sino también de las que ya no lo están es "la empresa que suministra y gestiona el agua y la que las revisa". En este caso, Giahsa.
Tratamos de encontrar la salida del laberinto hablando con la propia empresa pública de agua. Un portavoz de Giahsa indicó que "no está claro a quién corresponden esas bombonas, la mayoría abandonadas en instalaciones desde tiempos inmemoriales". Quizá, agregó, "alguien debería habérnoslas entregado cuando se dejaron de usar". Los ayuntamientos, por ejemplo. Por este motivo, Giahsa remitirá una serie de cartas a los municipios para que los consistorios le informen sobre las instalaciones que existen, muchas de ellas desconocidas para la empresa suministradora del agua.
El portavoz aclaró que no se ha abierto ninguna investigación al respecto, "pero sospechamos de alguien que esté buscando chatarra". Otras fuentes consultadas por este diario indicaron que el responsable de "sembrar" botellas de cloro gaseoso por la Sierra "puede ser algún trabajador descontento", algo que desmintió rotundamente el portavoz de Giahsa, quien remarca que "aquí no hay problemas laborales". En todo caso, lo cierto es que alguien colocó allí las botellas de Aroche y Aracena: la primera, con una fuga tóxica; la segunda, arrojada desde lo alto del castillo ladera abajo.
Después han sido halladas otras dos, una en Cumbres de San Bartolomé y otra en Niebla, pero "éstas no han aparecido, las hemos encontrado" y son fruto de la campaña de busca y captura que Giahsa ha emprendido para que no vuelva a darse un episodio similar. La iliplense fue localizada en el depósito de agua antiguo; la de Cumbres, en una caseta que existe junto a la misma infraestructura, ya en desuso.
Giahsa no ha interpuesto una denuncia "porque no sabemos quiénes son los responsables" y confía en que las autoridades competentes estén investigando el asunto". Parece que no es así. A ver cómo acaba esta canción.
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