solidaridad para el arreglo de una carretera
encinasola | más allá de la fronteras
Encinasola recibe el apoyo de Barrancos (Portugal) y Oliva (Badajoz) en su reivindicación de mejora de la vía de comunicación Los marochos denuncian el olvido de la Diputación y la marginación a que somete al pueblo
Solidaridad ejemplificada que se remonta al menos a los años treinta del siglo pasado. Solidaridad de gente sencilla, que toma fuerza y emociona en algunos momentos cuando se recogen testimonios orales, la que hace historia cotidiana, aunque pase desapercibida. Solidaridad que viene dada por las similitudes de un lado y otro de las fronteras, que han conformado lazos de parentesco, amistad y apoyo. Influencias, desencuentros bélicos o la misma práctica del contrabando se han traducido en la unión de las poblaciones de Encinasola, Barrancos y Oliva de la Frontera a lo largo del tiempo, al margen de la política socioeconómica de los estados y los gobiernos autonómicos.
Esos lazos de ayuda mutua y de compenetración se muestra ahora de nuevo de la forma más sencilla y rememoran movimientos y actitudes de antaño. Esta vez no están relacionados con el exilio masivo de refugiados españoles al territorio portugués durante la Guerra Civil sino con una simple carretera: la HU-9103, que algunos denominan ya la de parto.
Es la vía de comunicación que conecta Encinasola con el resto de la provincia onubense, la salida "natural", la más directa y la que tiene el recorrido más corto al hospital de referencia: el de Riotinto. Sin embargo, el mal estado en que se encuentra uno de los tramos la hacen intransitable, por lo que al día de hoy sus habitantes, los morochos, si quieren estar mejor conectados con las otras comarcas de Huelva deben hacerlo a través de la carretera de Extremadura.
La HU-9103 es una carretera comarcal dependiente de la Diputación Provincial en pésimas condiciones y que sitúa a los habitantes de Encinasola como caso más perentorio a una hora y media del centro hospitalario. La población cuenta con un número elevado de personas, de ahí la necesidad de tener una salida rápida en caso de una urgencia sanitaria. Este motivo, principalmente, y otros han llevado a los morocho a solicitar en varias el arreglo de la carretera, una reivindicación que cuenta con el respaldo de los pueblos vecinos de Barrancos (Portugal) y Oliva de la Frontera (Badajoz).
"Lo que reinvindica Encinasola es correcto y es necesario hacerlo lo antes posible", asegura Juan García, alcalde de Oliva, que alude al hermanamiento de los pueblos y las relaciones comerciales que siempre han mantenido, para ponerse del lado de los marochos. "Lo que piden es de ley, lo mínimo que se despacha porque diez o veinte minutos pueden suponer la muerte de una persona", asevera.
Los lazos de Encinasola con Barrancos, y viceversa, no entienden de fronteras. La historia así lo indica. La raya, más que una división, es un medio de comunicación entre ambas poblaciones. De ahí que el presidente de la Cámara Municipal de Barrancos (el alcalde), Antonio Tereno, de viva voz y en representación de todos sus vecinos, respalde la petición de los marochos. El arreglo de la carretera "es una cuestión de primera necesidad y de justicia que tienen que entender los poderes políticos de Huelva", afirma Tereno, que considera que "no es lógico" que los habitantes de Encinasola para llegar los antes posible a muchos puntos de la provincia onubense tengan que utilizar las vías de comunicación de Badajoz. En su opinión, parece una broma que la administración ponga trabas al arreglo y no atiende la petición de los vecinos.
El alcalde de Encinasola, Ángel Méndez, denuncia el aislamiento y al agravio al que está sometida la población por la negativa de las autoridades provinciales a reparar la carretera, en la que no se invierte ni un euro desde hace años.
La HU-9103 (une Encinasola al cruce con la N-435, a la altura de la Nava) tiene una longitud de 24 kilómetros. La mitad están asfaltados y acondicionados, el estado de los otros 12 corresponde a la década de los años 50.
Méndez detalla que no están pidiendo que se arregle el tramo de carretera que discurre por su término municipal sino los kilómetros del trayecto por Cumbres de San Bartolomé y La Nava, porque es imprescindible para la comunicación de Encinasola.
El regidor advierte que una persona en grave estado de salud tarda noventa minutos en llegar al centro sanitario más cercano debido al mal estado de la calzada y a la lejanía del Hospital Comarcal de Riotinto, ubicado a 100 kilómetros de la localidad fronteriza con Portugal.
Méndez exige una vez más a la Diputación que cumpla con el compromiso aprobado hace ya dos años en la Cámara provincial y arregle la carretera HU-9103. El último compromiso lo adquirió el organismo supramunicipal el pasado 5 de noviembre cuando el Pleno aprobó por unanimidad dos mociones presentadas por PP e IU para condicionar y mejorar la carretera.
"No se trata de una reivindicación de carácter político de cara a las próximas elecciones municipales, ni un capricho, sino de una necesidad, una emergencia", señala el primer edil que cree "injusto e indignante" que se mantenga esta situación, mientras "siguen muriendo enfermos en este trayecto". "Que se apunte el tanto el partido político que sea pero que se repare la carretera", sentencia.
El estado de la vía es tal que las ambulancias en caso de urgencia tampoco transitan por ella, porque el protocolo y el reglamento se lo impide. Para llegar al centro hospitalario toman la que une Encinasola con Higuera la Real (Badajoz) para enlazar con la N-435, por lo que el recorrido se alarga.
Para algunas personas la situación actual les resulta un verdadero suplicio. Los enfermos que requieren diálisis tienen que soportar tres horas de viaje (recorrido de ida y vuelta) y cuatro de tratamiento en la máquina, lo que resulta algo "inhumano".
En más de una ocasión se ha dado el caso que una mujer de parto ha tenido su bebé en el vehículo que la transportaba al hospital.
Una "auténtica odisea" fue la campaña de recogida de sangre que se desarrolló en la localidad serrana. Voluntarios hubo de sobra pero la ambulancia tardó más de lo previsto en llegar y tuvo que adelantar su momento de partida para estar a la hora en otra localidad por lo que finalmente muchas personas no pudieron realizar la donación.
Los vecinos destacan que las comunicaciones no contribuyen a acabar con el aislamiento de la población por su situación geográfica: 18 kilómetros a Cumbres de San Bartolomé, por una carretera imposible, 40 a Aroche, 35 a Cumbres Mayores, 60 a Aracena, 50 a Cortegana y 90 a Riotinto, y critican que la administración provincial no haya nada por mejorarlas. Un ostracismo que les impide también desarrollar el turismo rural como lo hacen otros municipios de la Sierra onubense.
Los marochos habitualmente se desplazan hasta una localidad pacense para pasar la ITV a sus vehículos, otro ejemplo de su "destierro". Algunos miran con envidia a sus vecinos pacenses y comienzan a pensar que tendrían más beneficios y el pueblo sería más próspero si perteneciera a la comunidad extremeña, de la que en buena parte dependen ya.
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