El futuro del camping, en jaque
El ladrillo y una supuesta mayor rentabilidad social de los hoteles cuestionan la supervivencia de estos establecimientos turísticos · La controversia rodea actualmente a La Bota de Punta Umbría
Se quiera o no ocultar, lo cierto es que el turismo de camping aún arrastra una ristra de prejuicios por parte de la sociedad que deriva en que no reciban el mismo trato o mimo institucional que el sector hotelero. Basta sólo con sondear las opiniones de los usuarios de estas instalaciones para constatar que no están precisamente quemados por el sol que en estos días luce en la provincia, sino por las "agresiones" que aseguran percibir de las instituciones que tienen en continuo jaque a estas instalaciones y su futuro.
Si el camping de Cartaya ponía fin a sus días en pleno apogeo y expansión del boom inmobiliario, los de Matalascañas y Mazagón sólo logran sobrevivir gracias a amainar la presión urbanística, mientras que ahora es La Bota en Punta Umbría el que parece tener sus días contados, al menos a tenor del Plan General de Ordenación Urbana que ha cocinado el Ayuntamiento. Precisamente el punto que más controversia está suscitando es la intención de convertir las actuales instalaciones del camping en un complejo hotelero de gran lujo.
La pugna se presume larga y de momento, el reloj para frenar este macroproyecto parecen ser los tres años que aún restan para que expire la concesión administrativa. El gerente del camping, Carmelo Ferrara, ya ha mostrado su voluntad de pleitear hasta las últimas consecuencias y asegura disponer de elementos jurídicos a su favor para, al menos, frenar el cambio de uso de suelo, dado que argumenta que la parcela se encuentra blindada legalmente por normas de protección de rango superior al PGOU: el Plan del Litoral Occidental y el de la Aglomeración Urbana de Huelva.
No obstante, la postura institucional es firme y se pretende sortear lo que estiman como 'contratiempos' de origen burocrático, para cuyo objeto ya se han reservado 50.000 metros cuadrados para hoteles en el polémico SAPU 5. De forma escueta fuentes municipales aseguraron a este periódico que el objetivo es posicionar a Punta como líder en la provincia en el turismo de alto poder adquisitivo, dado que produce enormes sinergias económicas de las que posteriormente puedan beneficiarse todos los sectores económicos del municipio. En concreto se habla de crear 754 plazas y generar unos 50 empleos en verano.
Precisamente los fines sociales conforman uno de los argumentos que esgrimen los regentes de los campings a la hora de defender su negocio, dado que muy posiblemente los futuros macroproyectos hoteleros generarán un menor número de puestos de trabajo. En efecto, La Bota mantiene en plantilla a unas 20 o 25 personas todo el año, mientras que en temporada alta asciende hasta las 50, cifras que quizás no se logren alcanzar con los hoteles que se proyectan. Otro punto a favor en términos sociales, es el hecho de que el camping mantiene abiertas sus instalaciones todo el año. mientras que la mayor parte de los hoteles del litoral onubenses cierra en invierno.
En Mazagón la larga sombra del ladrillo también sobrevoló la posibilidad de desmantelar la actividad en pos de un supuesto turismo más 'elitista'. Por el contrario, la crisis ha amainado las ansias de promotoras e inmobiliarias y nada hace presagiar un cambio de infraestructuras a corto plazo. Es más, el director del Camping Playa Mazagón, Paco Gallinato, subraya en contra de lo que ocurre en Matalascañas o Punta Umbría, que la concesión administrativa se renueva con una periodicidad anual, lo que genera una gran incertidumbre en términos económicos, tanto a la hora de alquilar las instalaciones como en lo que respecta a la contratación de trabajadores. Para más inri, las inversiones en la mejora de las infraestructuras suponen poco menos que una temeridad cuando la continuidad queda al libre albedrio de la Corporación de turno. Es por ello que ya se está negociando con el Ayuntamiento de Moguer la posibilidad de renovar por cuatro años la concesión.
El concejal de Playa moguereño, José Antonio Capelo, considera perfectamente compatible la coexistencia de oferta de camping con la hotelera, al ser modelos turísticos diametralmente opuestos y captar un perfil de cliente diferente. El edil considera que la apuesta por perpetuar estas instalaciones queda refrendada en el hecho de que se renueva sin mayores obstáculos la concesión administrativa, si bien reconoce que ahora se negocia la posibilidad de ampliarlo por cuatro años.
Puede parecer contradictorio que los campings de la Costa se encuentren ubicados en privilegiados entornos naturales y que precisamente eso sea su peor enemigo. La belleza natural se ha convertido en objeto de deseo de promotores, constructoras e incluso ayuntamientos. Al hilo de esta realidad, UPyD ha pedido a los ayuntamientos que brinden la máxima seguridad jurídica para que las empresas que explotan este tipo de instalaciones tengan garantizado su modelo de negocio y puedan a su vez, acometer las inversiones que hagan a nuestra provincia líder en su sector. En este sentido Patricia Pelegrín, delegada de UPyD en Huelva, indicó que bien por "acción directa o inacción las Administraciones no han sido capaces de poner coto a los desmanes del ladrillo, lo que pone en jaque a un modelo turístico con enorme potencial y compatible con otros sectores como el hotelero con el que puede convivir en perfecta armonía.
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