El apoyo de IU al PP de Almonte dinamita la política de pactos
resaca electoral
El PSOE pide a la coalición que ponga orden en las asambleas locales para permitir alianzas de gobierno progresistas · El candidato popular promete una auditoría económica y urbanística si es elegido alcalde
Almonte se ha convertido en el polvorín de los pactos postelectorales. La dirección provincial del PSOE ha pedido a IU que ponga orden en las asambleas locales de la coalición para permitir alianzas de gobierno progresista como apuntó el coordinador regional, Diego Valderas, en el consejo provincial de la federación de izquierdas celebrado en Trigueros, donde aseguró que su formación no dejará paso a gobierno del PP en Andalucía. En las filas socialistas no ha sentado nada bien que IU de Almonte haya aprobado apoyar la investidura del PP para desbancar de la Alcaldía a Francisco Bella del PSOE, la lista más votada en las elecciones del 22-M.
El secretario de Organización de los socialistas, Ignacio Caraballo, mostró ayer su preocupación por lo que considera falta de autoridad de la dirección de IU, pero expresó su confianza en "la palabra de Valderas y del coordinador provincial, Pedro Jiménez, en su compromiso con el PSOE de pactar donde haga falta". "El PSOE va a cumplir su palabra y vamos a favorecer en todos los sitios un gobierno de progreso" reiteró Caraballo que calificó de "maquiavélico" la estrategia de IU en Almonte por su intención de pactar con la "derecha más dura, más retrógrada y radical de toda la provincia Huelva".
El secretario de organización socialista señaló que si ese acuerdo se alcanza definitivamente IU "perderá toda su credibilidad" por lo que pide a los dirigentes de la coalición que no permitan la llegada a la Alcaldía de Almonte del PP.
Caraballo aseguró que ni los votantes del PSOE ni los de IU quieren gobiernos de derecha en sus localidades, y se mostró convencido que al final darán "marcha atrás".
Además, insistió que en caso de que IU necesite el apoyo del PSOE "lo va a tener", pero exigió al mismo tiempo que "garantice el mismo apoyo". La coalición de izquierda podría gobernar con el apoyo de los socialistas en cinco municipios de la provincia donde ha sido la fuerza política más votada, pero no ha logrado la mayoría absoluta.
El secretario provincial del PSOE de Huelva, Mario Jiménez, considera que un apoyo de IU al PP para que gobierne en el Ayuntamiento de Almonte supondrá un cuestionamiento "muy importante del crédito político" de Izquierda Unida y estima que este asunto tiene un "alcance federal".
Los socialistas confían también que en Gibraleón apoye al PSOE para dejar fuera al gobierno al PP, la lista más votada y consideran que la propuesta de IU en Nerva de formar un gobierno con los cuatro partido no se sostiene. Los socialistas mantienen en la actualidad contactos con IU a nivel local y provincial.
Por contra, el presidente del PP de Huelva, Manuel Andrés González, aseguró ayer que no entiende "el revuelo que se ha organizado" y señaló que "la ciudadanía ha dicho claramente que no quiere el modelo de gestión del PSOE", y si en Almonte mantiene el gobierno local "va en contra de la voluntad transmitida a través de las urnas".
Aunque el alcaldable popular almonteño, José Antonio Domínguez, no tiene aún garantizada su investidura, el anuncio de la asamblea local de IU de prestarle su apoyo le ha hecho comenzar a diseñar un programa de trabajo que pivotará sobre un premisa capital: poner en práctica un ambicioso programa económico que revitalice el tejido empresarial y, a la par, garantice la solvencia institucional, a efectos de evitar que el Ayuntamiento continúe siendo la segunda institución local más endeudada de la provincia.
Sobre estas bases y previo a este decálogo el edil ha avanzado su intención de poner en práctica una auditoría económico-financiera que ponga luz y taquígrafos a la deuda municipal con entidades de crédito y acreedores, lo que se hará extensible a las empresas municipales a las que hasta ahora no habían tenido acceso a información de primera mano. Domínguez quiere disponer de estos datos al objeto de llevar a cabo su apuesta de "disminuir la presión fiscal a los ciudadanos sin menoscabo de cumplir con la austeridad para contrarrestar el agujero económico" que asegura ser consciente de que heredará.
De otro lado, los populares consideran que la izquierda almonteña hace un ejercicio de responsabilidad al dar pie a la alternancia política como higiene democrática. El PP asegura que los ediles "van a recibir todo tipo de presiones dada la importancia que Almonte tiene en toda España", si bien estima que antes de la constitución orgánica de los ayuntamientos tratarán de cerrar un acuerdo de gobierno para sacar adelante medidas perentorias para el municipio.
De momento, la Asamblea Local de Izquierda Unida ya ha anunciado que antepondrá "la necesidad" de un cambio político en Almonte por encima de consignas de veto a otras fuerzas políticas. Esta fue la conclusión de las bases tras sopesar la posibilidad de gobernar en coalición o simplemente apoyar la investidura del socialista Francisco Bella, cuya lista fue la más votada.
Así las cosas, la militancia quiebra la disciplina de partido por cuanto que ensalzará un gobierno de derechas, aun cuando la dirección provincial abogó por no apuntalar gobiernos del PP por acción u omisión. La decisión puede ser el detonante de un nuevo cisma en el seno de la formación parecido al acaecido hace tres años en Bollullos, cuando cinco de sus ediles optaron por presentar conjuntamente una moción de censura contra el entonces alcalde socialista Carlos Sánchez.
La maniobra llevó aparejada la expulsión inmediata de los díscolos, aun a pesar de que ello suponía descabezar al partido y una quiebra social en el seno de la formación. En efecto, la candidatura independiente liderada por Francisco Díaz, prácticamente calcada a la de IU, obtuvo mayor respaldo que bajos las siglas primigenias y, según los independientes, demostró que "el pueblo prefiere gobernar con personas honestas, aunque de derechas, que con imputados que militan bajo siglas de izquierdas". En concreto, en Bollullos se da por hecho la reedición del pacto IB-PP, aunque aún reste una negociación que se presume ardua. Los socialistas almonteños, por el momento, no han lanzado ningún tipo de comunicado y esperan acontecimientos.
En municipios como Hinojos, los tres concejales del PP tienen la llave de la gobernabilidad tras perder IU dos concejales (se queda con cuatro) en favor del PSOE, quien a la postre fue la lista más votada por cerca de 80 papeletas. El alcaldable popular, José Antonio Vázquez, reconoció que han existido contactos con sendos partidos políticos si bien de momento la opción que cobra más fuerza es dejar gobernar en minoría a los socialistas, si bien matiza que restan diez días para la configuración plenaria y, hasta entonces, existe posibilidades de sellar alianzas. El futuro edil subraya que la dirección provincial no les ha marcado ningún tipo de directriz al respecto, por lo que se encuentran con las manos libres para elegir la mejor opción de futuro para el municipio.
En Rociana la situación tampoco reviste novedades y las primeras tomas de contacto se han sucedido sin nada concreto, lo que acrecienta las posibilidades de que los socialistas gobiernen en minoría, dado que las negociaciones con el edil de Rocianeros por Rociana, que inclinaría la balanza a uno u otro lado, siguen en compás de espera y sin avances.
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