Un pregón basado en la historia de Huelva y San Sebastián

Huelva/Un viaje por la historia de Huelva en la época de San Sebastián y la biografía del Santo enmarcada en una pincelada catequista, fueron las claves de Francisco Galván en el pregón del Patrón onubense.

El escenario evocaba a las condiciones propias de un pregón de estas características. Una decoración sobria que ensalzaba la magnitud para la realización del acto. El atril dispuesto a la derecha del escenario y un cuadro de San Sebastián a la izquierda con las correspondientes flores que acompañaron el momento. Por otro lado y en un segundo plano, el Guión y el Estandarte de la Hermandad flanqueaban cinco sillas en las que estuvieron sentados el propio pregonero, Francisco Ramón Galván García-Vaquero; el presentador, José Luis Barranca Muñoz; el alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz que presidía el acto; y el Hermano Mayor de la Hermadad de Los Estudiantes, Francisco Jiménez Mier.

La Banda Municipal de Huelva situada en el foso del Gran Teatro dio comienzo al Pregón de San Sebastián con la interpretación de El Adagio de Albinoni, muy aplaudida por el respetable que ocupaba el patio de butacas. A continuación, el presentador del pregonero, José Luis Barranca Muñoz, encauzó piropos a Huelva "milenaria de Tartessos y Fenicios, Descubridora y Evangelizadora de Nuevos Mundos", mientras que definía con gusto el Conquero, la Ría, el Cielo Choquero hasta terminar en la "devoción Mariana" de los que buscan a la Blanca Paloma. Posteriormente presentó con todos los galones a Francisco Ramón Galván García-Vaquero en unos minutos en los que recogió aspectos de su vida personal y profesional antes de dale el testigo tras el atril: "Querido amigo, intuyo que tu Pregón será una clase magistral sobre Sebastián y San Sebastián".

Y sonó Cavalleria Rusticana de Mascagni como telón previo a las palabras del pregonero. Galván comenzó, como mandan los cánones, con la salutación correspondiente que continuó con el sincero agradecimiento a Barranca por sus palabras previas. Y con todo, la iluminación menguó para centrarse únicamente en el verdadero protagonista del día, el pregonero Francisco Ramón Galván García-Vaquero.

Un comienzo cargado de sentimientos en los que explicó los dos motivos por los que se encontraba tras el atril. Uno, la "obediencia debida a la Junta de Gobierno de mi Hermandad, y dos "no quiero negarme como creyente, a dar testimonio público de la fe que, por la gracia de Dios, profeso".

26 años de profesor de Historia en la Universidad Nacional de Educación a Distancia y su experiencia como catequista en la Parroquia de la Merced, fueron los pilares con los que compuso el grueso del pregón, como así comentó sobre las tablas del Gran Teatro. Una primera parte tejida y encauzada en la historia romana durante cuatro apartados delimitados, y una segunda y última parte en la que explicó el testimonio de San Sebastián a los cristianos de hoy envuelta en pinceladas catequistas.

Galván puso en contexto las diferentes circunstancias que existieron en el siglo III, época romana en la que vivió San Sebastián, para a su vez ver los paralelismos que hay con el actual siglo XXI. Tras la introducción, viajó en el tiempo y planteó de una forma descriptiva cómo sería la fisonomía de Huelva en el siglo que vivió el Patrón onubense. Reseñó un paisaje e hizo vislumbrar la tierra choquera con una pluma exquisita cargada de emoción. El pregonero tomó como principal reclamo a los cabezos de Huelva en una exposición escrita y recitada del paisaje de la ciudad.

El pregón navegó por las primeras comunidades cristianas en Huelva y una aproximación de la biografía de San Sebastián, para terminar con un relato catequista en busca del significado del testimonia del Patrón. El lazo al pregón fue una despedida en forma de oración al Santo onubense.

Coro de Peregrinos de la ópera Tannhäuser puso sonido al cierre del pregón al que siguieron los himnos de Huelva, Andalucía y España.