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Opinión
Nos lo confesó con honestidad Ignacio de Cepeda, protagonista de la Coronación de la Virgen del Rocío en 1919, al arrancar su Crónica de la Coronación de Ntra. Sra. del Rocío, autoeditada en Sevilla en 1923: "La coronación canónica de la Virgen del Rocío (…) adoleció de graves defectos de organización. De aquel importantísimo acontecimiento, único en los fastos rocieros, no se levantó ni siquiera un simple acta que pudiera, a través del tiempo que todo lo borra, conservar íntegro y vivo, para así transmitirlo a las generaciones futuras, el feliz recuerdo de tan memorable efeméride…..". Y en efecto, su propio relato manifiesta importantes lagunas que corroboran esa afirmación, como igualmente los archivos diocesanos de Sevilla, a la que pertenecíamos en aquellas fechas, el diocesano de Huelva, o el de la Hermandad Matriz, que hasta ahora sólo conservaba el rescripto con el que se otorgó por el capítulo correspondiente de la Santa y Patriarcal Basílica del Príncipe de los Apóstoles de Roma. A su archivo capitular acudíamos hace algo más de un año por mediación del Obispado de Huelva, para recabar la información existente que en fecha relativamente reciente hemos podido incorporar, en forma de copias, al archivo de la Hermandad Matriz de Almonte, constituyendo un hito para su historia particular.
Del escaso caudal documental que lo forma se deduce, como novedad, el papel logístico desconocido que juega en su tramitación el Pontificio Colegio Español de San José, en el que iniciamos ahora investigaciones adicionales. Desde allí se escribió al referido capítulo romano el día 17 de julio, adjuntando la carta de solicitud manuscrita en latín del cardenal arzobispo, S.E.R. Enrique Almaraz y Santos, fechada el día 5 del mismo mes, dirigida al Beatísimo Padre, a la que se acompañaba un documento de ocho páginas mecanografiado en castellano y sin firma, estampillado con el sello del Arzobispado Hispalense, de fundamentación de la misma. Ello nos confirma que fue este escrito, el utilizado con tal fin, que apareció publicado en las páginas del Boletín Oficial de la Archidiócesis de Sevilla en julio de 1919, ya coronada la Virgen del Rocío, firmado por el presbítero José Sebastián y Bandarán. Un hecho que sólo Infante Galán había sido capaz de situar correctamente.
Ese papel logístico del Colegio Pontificio Español puede estar explicado en las indagaciones preliminares que hemos podido realizar porque en él confluían, en su joven historia y en su espacio sentimental, las biografías de tres de sus grandes protagonistas: el propio cardenal sevillano, su patrono entre 1907 y 1920; el papa Benedicto XV, amigo personal de Almaraz y secretario que había sido del Nuncio en España, que tanto amparo le había ofrecido al colegio en su etapa inicial y en especial, el cardenal español Rafael Merry del Val, otro reconocido protector de la casa que era el que encabezaba el capítulo que lo concedía y por tanto, el rescripto de concesión como arcipreste de la Santa y Patriarcal Basílica de San Pedro.
Se completa el contenido del expediente localizado en Roma en su Archivo Capitular, descrito así: "8 Septem 1918. Coronatio B. Virg. Maria vulgo dicta "Nuestra Señora del Rocío" prope Almonte Archidioec. Hispalensis in Hispania", con el borrador manuscrito del referido rescripto en latín, con sus oportunas correcciones, que ya aparece fechado el día 8 de septiembre de 1918, la fecha que encabeza lo encabeza, festividad de la Natividad de la Virgen María, signado por Joseph Cascioli, canciller, instructor del mismo.
Además de su brevedad, el expediente romano nos confirma la celeridad y rotundidad con la que se obtuvo el plácet de la curia vaticana de Roma, pues recordemos que el famoso artículo La pelota está en el tejado del canónigo Muñoz y Pabón, su promotor, se publicó en la prensa sevillana el día 25 de junio de 1918, quedando resuelto en septiembre de aquel mismo año. Con él acabamos de recuperar un trocito más de la memoria y avanzamos en el conocimiento de los pormenores de este relevante momento de la historia rociera, cuando enfilamos la celebración de su primer centenario.
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