Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

Las entradas y salidas en el Coto

HABÍA allí un marcado ambiente de militancia, pero poco pueblo, poca calle esperando a que pasara el presidente Zapatero por Almonte. Y habiendo como había mucho partido y mucha oficialidad, también se dejaba notar que Zapatero no es Felipe ni sus bajadas al Coto son las de González.

Cuando Felipe, que fue quien descubrió los descansos presidenciales en Doñana, bajaba al Coto, la gente de la influencia provincial en su partido peregrinaba a verlo, a conspirar contra el camarada lugareño mientras caía un buen Cohíba. Pero Zapatero no es del ambiente, viene de la parte norte y además fuma LM ligth, que es una cosa suave de medio pelo.

Almonte sólo se echa a la calle para ir a la Romería, pero aún en la visita de la presidenta de Filipinas había más gente del común por las aceras que ahora con Zapatero. Estaba lloviznando, pero faltaba calor con tanto partido y tanto cargo empujándose para la foto... Faltaba calor.

Las visitas de Felipe eran distintas. Felipe era de por aquí, llamaba al amigo del barco para ir a pescar, se encontraban en el chiringuito aquel, después tomaba café con los de la cuerda para que le contaran qué hacían los contrarios del propio partido y hacia dónde iba la barca del secretario provincial. Y Paco Bella no tenía que pedirle que visitara Almonte para que la gente viera que Doñana es del pueblo porque esto de entrar por la otra puerta ha sido cosa de Aznar y Zapatero, que han presentado Doñana como algo relacionado con los langostinos de Sanlúcar. Felipe entraba por arriba, y además quién iba a ser capaz de irle a él con un lince de peluche...

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