Sin fomento y con basura

Pensaba que Podemos iba a llenar su famoso autobús de libros, y los iba a repartir por todas partes. Pero no. Lo cierto es que lo llenó de pancartas y se dispuso a recorrer las calles. Se le olvidó pasar por delante de las embajadas de Venezuela e Irán. Se olvidó de repartir libros. En España la atención a la Cultura está muy mal, la pérdida de fondos se degrada año a año. Fíjense, en 2007 el presupuesto para bibliotecas era de algo más de 116 millones de euros. En 2017 de 43 millones y pico. En 2007 se destinaba a promoción del libro más de 21 millones de euros, y en 2017 solo 8 millones y algo.

Anuncian a bombo y platillo que en mayo van a hacer público un plan de fomento de la lectura. ¿Tendrá fondos? La lectura se fomenta con libros señores de cultura, y a la industria cultural de este país hay que apoyarla con recursos. Hablamos de la incultura de España, pero en Andalucía nos quedamos más que cortos. El Centro Andaluz de las Letras aún no conoce su presupuesto de 2017, y estamos en el mes de abril. La Junta de Andalucía lleva años paralizada en iniciativas e inversiones culturales. ¿Alguien se acuerda del Observatorio Andaluz de la Lectura? Desde 2011 no se actualizan los datos sobre hábitos de lectura.

Vamos mal señores, vamos muy mal. La auténtica cultura no importa. Ya hemos dicho que nos quieren tontos. Y si a esto le sumamos la poca capacidad de nuestros gobernantes a la hora de organizar las ferias de libros que comienzan en estos días, pues imagínense, nos quieren tontos de remate. Una Feria del Libro debe ser un referente local de altura, debe traer a autores de altura, debe acercar la cultura a los habitantes de su ciudad. Pero se han empeñado las editoriales multinacionales, con la complicidad de los organizadores, en acercar basura a las ciudades. Basura literaria. Hay autores que escriben tan sólo para las ferias de libros, y están presentes en todas. España se está quedando sin fomento de la lectura y se está llenando de basura literaria.

Una Feria del Libro debe traer a autores de calado, aquellos que realmente aportan a la sociedad, aunque no hayan escrito un libro en los últimos años, aquellos que nos hacen pensar, que nos enriquecen, que nos educan en la bondad y la belleza, que crean cultura a diferencia de los que hacen basura. Y sin cultura la educación también acaba mal, pero ese es otro tema que requiere otro momento.