Alto y claro
José Antonio Carrizosa
La confianza está rota
Los afanes
Tal vez nadie sepa en realidad por qué desaparecen los gorriones. Sólo en Europa más de un 63% de esas aves se han evaporado en los últimos 30 años y lo han hecho así, paulatinamente y sin hacer ruido. Es como si se fueran esfumando entre nosotros. Son diversas las causas que los especialistas achacan a este hecho: la contaminación, las especies invasoras, el cambio climático, las modernas construcciones y las ausencias de zonas verdes… Pienso que los gorriones se mueren de pena.
Las aves y la literatura han estado muy relacionados a lo largo de nuestra historia. Tanto, que tal vez los gorriones contemplen atónitos las barbaridades que los humanos cometemos sin sentido y sin mesura. Y si aquello que hacemos está relacionado con la literatura pues pocas ganas tienen los pobres animalitos de quedarse entre nosotros.
Hace unos días, la noche de Reyes, se falló el Premio Nadal, uno de los más importantes de narrativa de nuestras letras. El galardonado resultó ser Alejandro Palomas. Desde aquí quiero felicitar a Palomas a quien admiro y leo. Pero horas antes del fallo del jurado en Wikipedia ya se había anunciado quién era el ganador de este año. Sí, como lo escuchan. Aunque la web retiró pronto, ante los comentarios de muchos usuarios de redes sociales, la información, se conservan los pantallazos que indican que las cosas hay que hacerlas bien. Podían saber con antelación desde la editorial quién iba a resultar vencedor del prestigioso galardón, pero debían haber respetado los tiempos.
Otro de los aspectos que indica que gran parte de la literatura actual es una falsa ha ocurrido en Francia. Dos amigos, un tal Serge Volle y un escritor famoso cuyo nombre no ha trascendido, hicieron una apuesta. Volle envió las primeras 50 páginas del manuscrito de la novela El Palace a 19 editoriales. Resulta que el autor de las 50 páginas era nada más y nada menos que Claude Simon, gloria de las letras francesas y premio Nobel de Literatura en 1985. El resultado se lo pueden imaginar, siete editores no dieron respuesta y doce rechazaron el texto, algún editor incluso se atrevió a indicar: "Las frases no están acabadas, lo que hace que el lector pierda el hilo completamente" o que los personajes "no están bien diseñados". Interesa el consumo, sólo el consumo.
Y es que la rapidez y el sinsentido no han gustado nunca a las aves, y mucho menos a los gorriones. Allá donde estéis salud, seguro que disfrutaréis de una sociedad mucho menos falsa que esta.
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