El Parque Natural Sierra de Aracena trabaja en la reintroducción del lince
w especies animales
Restos óseos de este felino se encontraron en las excavaciones en el recinto del castillo
El Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche trabaja en la reintroducción del lince ibérico en la Sierra. Un propósito que puede parecer extraño, aunque el lince ha estado presente en la comarca serrana hasta finales de los años noventa e incluso ha existido desde siglos atrás. Precisamente, estos días se ha conocido la existencia del lince ibérico en la Edad Media en Aracena a través de los trabajos arqueológicos realizados en el recinto fortificado del Castillo de Aracena, en los que han aparecido restos óseos de lince, además de osos o lobos, cuya existencia, en último lugar, también era conocida y su presencia casi desaparecida en la actualidad.
El Parque Natural realiza acciones concretas para la reintroducción y recuperación del animal en la zona norte de la provincia de Huelva. Para ello es necesario la abundancia de conejos, su principal alimento, en la Sierra. El objetivo es que sea a corto y medio plazo. De hecho se han ubicado tres puntos para su presencia y asegurar la reproducción de conejos; por un lado, dos alas extremas de la Sierra como son Aroche y Santa Olalla del Cala, y otra en la parte central de la comarca en el término municipal de Puerto Moral. Se trata de puntos específicos donde los conejos pueden entrar y salir de una cerca delimitada sin que entren posibles depredadores, y asegurar así su rápida reproducción como de hecho se está produciendo. Una acción directa del Parque Natural que también recibe la ayuda de diferentes programas de voluntariado ambiental.
En los últimos años hubo un lince por la Sierra llamado Caribú, que falleció en 2010 y visitó la comarca en dos ocasiones, unos años antes, y hasta estuvo en la vecina Portugal.
Entre Moros y Cristianos. Primeros datos sobre la zooarqueología del Castillo de Aracena (Huelva, España),un estudio de fauna basado en los restos óseos documentados en las dos intervenciones arqueológicas realizadas en el recinto fortificado del Castillo de Aracena, que se presentó en el IX Encuentro de Arqueología del Suroeste Peninsular celebrado en las localidades portuguesas de Troia y Setúbal, recoge la existencia de restos de fauna en diferentes periodos de la Edad Media, desde la época islámica (presente en el Alcázar) hasta el siglo XVI.
Además de arrojar luz de actividades de ganadería doméstica (cabras, ovejas o cerdos, y curiosamente en este último caso hasta en época andalusí), lo más sorprendente es la aparición de fauna tan llamativa como especies ya extinguidas en la zona como el oso. O incluso especies desaparecidas, aunque no hace muchos años, como el lince ibérico o el lobo. También se encontraron restos de especies cinegéticas como cérvidos y jabalíes.
El estudio fue realizado por la profesora María Joao Valente de la Universidad del Algarve y los arqueólogos Eduardo Romero, Timoteo Rivera y Omar Romero de la Osa, investigadores de las universidades de Huelva y Sevilla.
La intención es continuar con las excavaciones. En la última, en el flanco norte de la muralla, apareció la puerta original del recinto y se ha demostrado que la muralla realizada en los años setenta del pasado siglo XX no se hizo con mucho rigor histórico. En esta zona aparecieron también algunas viviendas de una época anterior más moderna que la del Alcázar, donde se demostró la existencia de una importante ciudadela islámica (anterior a la etapa cristina) en Aracena, y por lo tanto, en la Sierra. En el Alcázar se hallaron muchos restos, aunque la la joya de la corona fueron siete dinares acuñados en la Taifa de Sevilla bajo el reinado de Al-Mutadid, en los años 441-450 de la Hégira (1049-1058 de la Era cristiana). Incluso hubo una exposición en la sala de exposiciones del Teatro Sierra de Aracena y más recientemente otra, el pasado mes de marzo, durante las Jornadas del Patrimonio de la Sierra celebradas en Aracena.
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