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La CE pide resiliencia al sector agroalimentario

Crisis alimentaria por la Invasión de Ucrania

Se habilitan para el cultivo las tierras en barbecho. Los productores reclaman fondos extraordinarios. Las cooperativas temen distorsiones en los mercados. Crespo pide flexibilidad en los criterios de las ayudas. La PAC y nuestra alimentación

El ministro de Agricultura español, Luis Planas, durante las reuniones en Bruselas.
A. Estrella Yáñez

29 de marzo 2022 - 08:00

La Comisión Europea ha aceptado de forma extraordinaria el cultivo de las tierras en barbecho y autorizado el uso de la reserva de crisis, cuantificado en 500 millones de euros, dos medidas aplaudidas por el sector agroalimentario, que las había reclamado con insistencia desde que estalló el conflicto bélico con la invasión de Ucrania por Rusia, pero sobre todo pide resiliencia y se mantiene firme en su apuesta por las políticas verdes.

Quizás por ello, estas medidas han sabido a poco a algunos sectores que esperaban un aumento extraordinario de la dotación económica, como el de la cooperativas. Así Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía señala que “estas medidas no aportan un presupuesto comunitario extra, por lo que deben reforzarse con más recursos extraordinarios fuera de la PAC”.

Entienden que en este momento los productores y sus cooperativas, tras varios años de crisis, pandemias y ahora guerra necesitan liquidez en toda la UE, pero la Comisión propone que cada Estado miembro soporte su sector, “lo que -dicen- puede generar distorsiones de competencia en el mercado único, porque no todos tienen la misma capacidad de apoyo”.

De esos 500 millones de euros de la reserva de crisis habilitados por la Comisión Europea, España recibirá 64,5 millones de euros, lo que hace que España sea el segundo país comunitario que más ayudas recibe de este fondo.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha explicado que estas ayudas pueden complementarse con ayudas de Estado, “y España, al igual que otros países miembros de la Unión Europea (UE), aportará fondos nacionales para completar las ayudas”, prometió.

Promesa de consenso

Además se comprometió a trabajar con las comunidades autónomas y las organizaciones agrarias para definir cuáles son los sectores más afectados por las perturbaciones de mercado ocasionadas para determinar cómo se repartirán las ayudas.

Por su lado, la consejera andaluza de Agricultura, Carmen Crespo, que mantuvo la semana pasada en Bruselas una “amplía agenda de reuniones con altos representantes europeos” y en una de esas citas, mantenida con el director general de Agricultura de la Comisión Europea, Wolfgang Burtscher, planteó que “se flexibilicen los requisitos y se exima a los agricultores de que el 25% de sus ingresos proceda del campo”, para que no peligre el cobro de las ayudas de la Política Agraria Común en 2023.

Explicó que el agravamiento de las dificultades productivas como consecuencia del incremento de los costes, sobre todo de la energía a causa de la invasión rusa de Ucrania, incrementada por la sequía que padece la región “pueden provocar que el año que viene el agricultor activo andaluz, en muchos casos, no alcance el umbral mínimo para optar a las subvenciones europeas”.

Durante la reunión con el director general de Agricultura, Crespo ha asegurado que es “el momento idóneo para replantear la situación y garantizar la soberanía alimentaria”. En este sentido, ha agradecido la decisión de permitir que se cultive la superficie que se encuentra en barbecho por normativa de la UE. “En Andalucía, tenemos el 20% en barbecho; ahora podemos producir girasol o cereales para nuestros ganaderos, fundamentalmente”, ha añadido.

Agregó que la aplicación de la estrategia de la “Granja a la Mesa” va a restar un 10% de posibilidades al campo andaluz, de ahí que urgió su aplazamiento para no empeorar la situación. “Los agricultores andaluces -dijo- son los primeros en utilizar prácticas medioambientales. No olvidemos que Andalucía es la primera comunidad en agricultura ecológica con un 29,7% de superficie. Pero necesitan tiempo y dinero en estos momentos dificultosos”.

Pero la CE no está dispuesta a dar marcha atrás en su política verde y así lo ha dejado claro en la Comunicación sobre la salvaguarda de la seguridad alimentaria y el refuerzo de la resistencia de los sistemas alimentarios. De hecho comienza aseverando que “la sostenibilidad alimentaria es parte integrante de la seguridad alimentaria”. Y reitera que se aplicarán “las transiciones necesarias establecidas en la Estrategia «De la Granja a la Mesa» y en la Estrategia sobre Biodiversidad”, asegurando que “la Comisión velará para no perjudicar la productividad global de la agricultura de la UE”.

Más resilientes y sostenibles

De hecho, la CE reclama a la agricultura, la ganadería y las cadenas de suministro de alimentos de la UE que “sean más resilientes y sostenibles, en consonancia con la Estrategia «De la Granja a la Mesa», tras la invasión rusa de Ucrania”.

Y como alternativa para lograrlo propone “un mayor uso de la innovación para contribuir a aumentar los rendimientos de forma sostenible, por ejemplo, la agricultura de precisión, las nuevas técnicas genómicas, la mejora de la gestión de nutrientes, la gestión integrada de plagas o las alternativas biológicas a los plaguicidas químicos”.

La Comisión considera que la disponibilidad de alimentos no está actualmente en juego en la UE, ya que el continente es en gran medida autosuficiente para muchos productos agropecuarios. Sin embargo, es un importador neto de algunos productos, por ejemplo, las proteínas para piensos. “Esta vulnerabilidad, junto con los elevados costes de insumos como los fertilizantes y la energía procedentes de fuentes fósiles, está provocando problemas de producción y corre el riesgo de hacer subir los precios de los alimentos”.

Además de las dos medidas señaladas: permitir el cultivo en los barbechos y el fondo de emergencia de la PAC, la Comisión ha adoptado otras como la flexibilización temporal específica de los actuales requisitos de importación de piensos para “aliviar la presión sobre este mercado” y la posibilidad de optar a más anticipos de los pagos directos, y medidas de desarrollo rural relacionadas con la superficie y los animales, con destino a los agricultores y ganaderos a partir del 16 de octubre de 2022.

Porcino

También como medidas de seguridad del mercado para sostener el mercado de la carne de porcino, habida cuenta de la situación especialmente difícil del sector y se controlarán los precios de los fertilizantes y los suministros para los agricultores a fin de velar por no poner en peligro las perspectivas de las cosechas de la UE.

El comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, ha declarado que «no dejaremos a Ucrania quedarse sola frente a la agresión rusa. Nuestra prioridad es garantizar que los ucranianos dispongan de suficientes alimentos, combustible y agua. También los ayudaremos a seguir plantando y cultivando cereales y semillas oleaginosas y facilitaremos sus exportaciones. La UE es una superpotencia agropecuaria y velaremos porque nuestros agricultores y ganaderos cuenten con el pleno apoyo de la Comisión para responder a las necesidades mundiales en materia alimentaria. Lo haremos esforzándonos al mismo tiempo porque nuestras cadenas de suministro alimentario sean más sostenibles y resilientes frente a futuras crisis».

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