El parqué
Álvaro Romero
Subidas generalizadas
Entrevista al presidente de Insufese
Insufese, correduría de seguros nacida para atender las necesidades del agricultor y ganadero, acaba de cumplir 25 años de andadura, su presidente nos cuenta en esta entrevista las preocupaciones y necesidades del sector.
–Han celebrado el 25 aniversario de su fundación ¿qué piensa cuando mira atrás?
–Cuando echo la vista atrás pienso en la cantidad de trabajo y esfuerzo que el equipo que conforma Insufese ha venido realizando cada día para llegar hasta aquí, momento en el que damos servicio a más de 250 cooperativas agrícolas y ganaderas de Andalucía y Extremadura. También me acuerdo de cada una de las personas que han puesto su grano de arena para conseguirlo, especialmente de Javier Molina y José Jerónimo Enrile, precursores de la correduría, y en sus equipos de trabajo.
–¿Y cuándo mira adelante? ¿Qué retos se plantea?
–Estamos trabajando para mantener y consolidar los hitos alcanzados hasta el momento. De cara al futuro queremos seguir creciendo de manera sostenida, como lo hicimos el último ejercicio, cuando nuestro negocio repuntó en un 15%. Para ello apostamos por la formación, tanto del personal de la propia correduría, como de la red de 450 colaboradores, a quienes dotamos de las mejores herramientas tecnológicas disponibles en el sector. Igualmente, trataremos de seguir reinventándonos para adaptarnos a este mercado en constante evolución.
–¿Cómo es, a grandes rasgos, el agricultor andaluz, previsor; asegura sus riesgos, o no?
–Como en todos los sectores, y siendo además el agrario tan extenso, hay un poco de todo, los hay más previsores y otros que lo son menos. De cualquier forma, el crecimiento observado en la contratación de seguros, tanto en generales como en los seguros agrarios, en estos últimos años nos hace pensar que el agricultor y ganadero es cada vez más consciente de la necesidad de asegurar sus cultivos y explotaciones.
–¿Qué cultivos son los que más se aseguran?
–Lógicamente y debido a la zona donde proyectamos nuestros servicios, mayoritariamente en Andalucía, los cultivos que más se aseguran son los cereales, el olivar, los cítricos, la sequía en pastos y la retirada y destrucción de animales muertos.
–¿Cómo ha ido el año en cuanto a coberturas y riesgos?
–Como consecuencia de la alta siniestralidad que se viene produciendo en los últimos años, las pólizas han experimentado un encarecimiento generalizado, y ofrecen menos garantías. Tenemos que recordar que los años 2017 y 2018 han sido especialmente críticos en el sistema de Seguros Agrarios. El año 2017 fue el segundo peor de la serie histórica con 812 millones de euros en indemnizaciones, motivo por el que el Consorcio de Compensación de Seguros tuvo que reforzar el sistema con una aportación superior a los 100 millones de euros. No encontramos un año en la serie donde hubieran ocurrido tantos y tan diversos daños; sufrimos todo tipo de catástrofes: gran sequía, pedriscos, daños por viento huracanado, inundaciones. Y para no dejar de lado las inclemencias, en 2018 volvimos a encontrarnos con daños muy severos y de gran magnitud provocados otra vez por la sequía y grandes pedriscos que recorrieron toda la geografía española. Todas estas circunstancias han desequilibrado aún más las cuentas de la entidad Agroseguro, por lo que se han visto en la necesidad de reforzar el sistema avanzando medidas que coartan su capacidad aseguradora, en contra del interés de los agricultores, quienes han perdido el nivel de garantías de su producción, además de sufrir un encarecimiento del coste de las pólizas.
–¿Y en Andalucía?
–En nuestra comunidad los riesgos que más hemos sufrido en general han sido el de la sequía, que además de afectar a los cultivos de secano, ha dejado sin pastos nuestras dehesas, provocando daños de incalculable valor en nuestra ganadería. Tan sólo aquellos ganaderos que tenían seguro de pérdida de pastos han podido paliar parte de los daños. Por otro lado, la piedra afectó a grandes zonas de cultivos muy diversos como cereales, frutales, y cítricos entre otros, mientras que el viento y las inundaciones hicieron estragos en hortícolas. Por desgracia, no hubo provincia que se salvara de las incidencias de la climatología.
–¿Considera que se está haciendo una buena gestión?
–La posición que mantiene el Ministerio de Agricultura es reprochable, ya que desde 2012 se han ido aplicando continuos recortes a las subvenciones. No han sido capaces de aumentar de un modo racional la aportación al Sistema de Seguros. A tenor del volumen de capital garantizado en la actualidad, que son 14.000 millones, hoy debería de estar ese montante cerca de los 400 millones. Los agricultores han perdido porque las subvenciones se han quedado atrás, las primas han seguido aumentando y en algunos casos se han perdido coberturas para alguno de los riesgos amparados en las pólizas al pasar de un 10 a un 30% de franquicia o al disminuir vía corrección del sistema bonus-malus. Dicho esto, son múltiples las circunstancias que hacen necesaria la intervención de las Administraciones, genera y autonómica. Se quiere mantener el sistema como columna vertebral de la tranquilidad de los agricultores y para conseguir la estabilidad en el medio rural, pero para ello necesitamos actuaciones realistas.
–¿Cómo ha evolucionado en estos 25 años el volumen de seguros contratados?
–Los seguros agrarios tienen una dinámica errática. Como le decía con anterioridad, el agricultor no está totalmente concienciado de la importancia y necesidad de aseguramiento. Es posible que con el cambio climático se vaya poniendo más en valor. Si bien nuestra correduría fue creada para dar servicio a nuestros agricultores y ganaderos en cuanto a los seguros agrarios, no dejamos atrás la posibilidad de completar ese servicio con seguros generales. Al principio costó mucho trabajo introducirlo en nuestro sector, pero tras 25 años de trabajo, nuestro volumen de negocio en seguros generales es superior al que maneja la correduría en agrario. De hecho, en la actualidad contamos con un volumen de primas de 10 millones en seguros generales y de 2,5 millones en agrarios, por lo que entendemos que fue una elección muy acertada.
–¿Han aparecido nuevos productos de aseguramiento?
–Lo que conocemos como líneas de seguro no. Sin embargo, se han refundido líneas agrícolas ya existentes como puede ser alguna variedad de frutales, como el membrillo. De otro lado se plantea la posibilidad de incorporar en un futuro próximo alguna línea sobre la producción de la encina para el aprovechamiento del ganado porcino. Igualmente se están estudiando la trayectoria que pueden tener los seguros piscícolas.
–¿Qué valora el agricultor de la correduría?
–Lo que más valora es la proximidad, pues desde las propias cooperativas el agricultor o el ganadero obtiene los diferentes servicios, desde el asesoramiento y la contratación de los diferentes seguros, hasta la tramitación de los posibles siniestros; siempre bajo la supervisión profesional de la correduría, pasando por los trámites de coordinación con las diferentes entidades, ya sea Enesa, Agroseguros o la propia Consejería, incluyendo las posibles reclamaciones.
–¿Cómo ve el futuro del sector?
–Queremos ser optimistas pero todo pasa por la necesidad de que los productores tomemos conciencia de que el aseguramiento es la única herramienta para poder gestionar el riesgo.
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