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EL Zitrus, liderado por el supermercado alemán Edeka y la organización de conservación de la naturaleza WWF, impulsa en Andalucía junto a la empresa sevillana Iberhanse un proyecto innovador de producción de naranjas y mandarinas.
Cultivar naranjas sostenibles de gran calidad y ambientalmente respetuosa es posible. Ese es el desafío en el que se embarcó en 2015 WWF junto a Edeka y al productor Iberhanse, y así es como nace el proyecto Zitrus, una alianza con productores del Valle del Guadalquivir y uno de los mayores consumidores de naranjas y mandarinas de Alemania.
El proyecto inicia su andadura en 2015 y ya hay a bordo del mismo quince productores con una superficie total de 1.132 hectáreas, repartidas entre Sevilla, Huelva y Córdoba.
Esta iniciativa da una vuelta de tuerca al enfoque con el que se trabajaba en agricultura anteriormente, y busca reducir los impactos ambientales negativos del cultivo intensivo. Somos testigos de que la agricultura en el valle del Guadalquivir está consumiendo un agua cada vez más escasa y no se está realizando en equilibrio con la biodiversidad.
Por ello, el proyecto promueve una transformación integral a través de cuatro ejes: asegurar un uso legal, sostenible y más responsable del agua optimizando los sistemas de riego, reducir drásticamente el uso de agroquímicos y eliminar los más tóxicos para la salud y la biodiversidad, recuperar la fertilidad del suelo, e integrar la biodiversidad en las plantaciones, contando para cada eje con un experto en la materia.
Gracias a estas medidas las fincas convencionales de cítricos del proyecto se han convertido en modelos de gestión ambiental, tal y como demandan los consumidores, y se ha minimizado su huella sobre el agua y los recursos naturales.
Uno de los ejes clave de esta transformación pasa por asegurar un uso legal del agua y conseguir un uso más responsable, trabajando tanto a nivel de finca, con sistemas innovadores de uso eficiente del agua, como a nivel de cuenca con medidas de custodia del agua. Aplicando estas medidas, hemos logrado que se riegue por debajo de la dotación autorizada y se consiga un importante ahorro de agua, siendo en la última campaña de 1.446 millones de litros de agua en las fincas del proyecto.
Gracias a estas prácticas, una de las fincas productoras del proyecto (Iberesparragal) ha sido la primera empresa europea en recibir la certificación AWS (Alianza para la Custodia del Agua), con el máximo nivel posible, “Oro”, que implica una gestión racional y sostenible del agua más allá de la finca, con un enfoque de cuenca y coordinando acciones individuales y colectivas.
El equipo de expertos del proyecto Zitrus, liderado por WWF y Edeka, también trabaja junto con los agricultores y los técnicos de cada una de las fincas participantes y desarrollan medidas de integración de la biodiversidad para fomentar el control biológico de plagas con el objetivo de reducir el uso de pesticidas.
Estos expertos, a su vez, transmiten a los agricultores y los técnicos los conocimientos y capacidades a través de formaciones y talleres específicos. Fomentando la biodiversidad en las plantación es de cítricos y respetando a los aliados naturales de la agricultura, como las mariquitas, se ha reducido hasta un 80% el uso de agroquímicos y se ha eliminado el uso de algunos tan tóxicos como el glifosato o el mancozeb.
Estas prácticas también han logrado que haya una mayor biodiversidad en las fincas, animales como la nutria o el chotacabras han regresado y tienen su hogar en ellas. Además, todas las fincas cuentan con corredores biológicos, se han plantado más de 2.200 árboles y arbustos y se han colocado 47 posaderos y 28 cajas nido para aves rapaces, con más de un 30% de ocupación.
Lo más importante es que el proyecto ha derribado el falso dilema de la sostenibilidad económica frente a la ambiental: se puede producir lo mismo, con igual o incluso mejor calidad, respetando la naturaleza y haciendo un uso legal, eficiente y sostenible de la escasa agua que tenemos.
Los resultados lo demuestran: los productores han logrado reducir los costes de producción al limitar tratamientos y usar de manera más responsable el agua. Y además aseguran la venta de sus producciones al principal mercado alemán, con unos consumidores que demandan la sostenibilidad de la producción. Y no podemos olvidar que gracias al proyecto se han creado 200 nuevos empleos en una planta manipuladora de naranjas, además de consolidar los más de 300 que ya había, y se ha creado un nuevo nicho de economía verde de técnicos, expertos y plagueros.
Por otro lado, el proyecto Zitrus cuenta con un plan de formación y capacitación en materia ambiental para todos integrantes del proyecto.
En Zitrus nos estamos adelantando a los requisitos futuros que nos marca la Unión Europea para el 2030 con el “Farm to Fork”. En Andalucía estamos preparados para adaptarnos ya a esos cambios en la agricultura. Si no superamos las presiones políticas y de lobbies, estaremos perdiendo una oportunidad histórica para posicionarnos.
Zitrus muestra que es posible abrirse camino en el mercado con un modelo de producción agroecológica sostenible y que, además, es rentable.
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