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Política Hidráulica
Las Comunidades de Regantes van a hacer un esfuerzo en respuesta a la petición formulada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que ha solicitado la colaboración de los regantes del Sistema de Regulación General, para que reduzcan sus consumos con vistas a la segunda quincena de septiembre y hasta finalizar la campaña de riego, el próximo día 30.
El caso es que de seguir la situación de falta de precipitaciones, a final de mes las Cuencas dependientes de la CHG van a entrar en estado de emergencia, pues el sistema se encuentra al 25,6%. Así lo ha confirmado el secretario general de la Asociación de comunidades de regantes de Andalucía Feragua,Pedro Parias, quien asegura que todos los regantes están por debajo de las dotaciones previstas.
Feragua exige a la CHG, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), que respete la decisión adoptada por la Comisión de Desembalse del 5 de mayo, por la que prometió 40 hectómetros cúbicos para la arboleda.
La CHG pretende retrasar la situación de emergencia y para ello, la Dirección Técnica ha mantenido diversas reuniones con los representantes de las principales zonas regables de la cuenca. En ellas, se informó de la situación hídrica actual y la evolución de la campaña de riego que, debido al retraso en su inicio, ha requerido de grandes consumos durante los meses de julio, agosto y septiembre. Si bien, en ningún caso se había alcanzado la dotación aprobada pues los desembalses que se han estado realizando ya se encontraban próximos al volumen autorizado.
Ahora, ante la demanda de cara al tramo final de campaña, la CHG ha apelado a la colaboración de los regantes para que ajusten al máximo sus solicitudes y así reduzcan los volúmenes a desembalsar hasta final de mes. En la actualidad, el volumen almacenado en los 48 embalses de regulación se encuentra al 32% con 2.596 hm³ embalsados, 334 hm³ menos que hace un año. A pesar de ello, la CHG asegura que está garantizado el abastecimiento de la población para tres años.
El secretario general de Feragua explica que la arboleda como olivos y almendros entre otros, además de cultivos como los cítricos y las hortícolas de invierno aún no han acabado su ciclo y por ello precisan la dotación prometida. “Necesitaríamos -dice- tener un otoño y un invierno húmedos para conseguir una campaña normal y en las cuencas del Guadalquivir, Guadalete, Barbate y Tinto-Odiel-Piedras la situación está muy mal, peor que en el año 2017, que ya fue malo”.
“Como ya se sabía, y a pesar de la austera planificación de cultivos realizada por los regantes y su compromiso con el ahorro, la situación al final de la campaña será preocupante en toda Andalucía”, añade Pedro Parias, quien precisa que a inicios de septiembre, los embalses se encuentran en nuestra Comunidad al 35%, 5 puntos porcentuales por debajo de hace un año: en el sistema Tinto-Odiel-Piedras, al 39%, 13 puntos por debajo de hace un año; en el Mediterráneo al 47%, 5 puntos por debajo de hace un año; en el Guadalquivir al 32%, 3 puntos por debajo de hace un año; en el Guadalete-Barbate, al 39%, 9 puntos por debajo de hace un año.
Especialmente preocupante es la situación de los sistemas de Regulación General del Guadalquivir, al 27% y de la Cuenca del Barbate al 28%, ambos en situación de alerta, que obligara a tomar decisiones de mayor control en el gasto del recurso hídrico.
En previsión de otoños secos, como el que podría avecinarse, Parias propone que se acuda a recursos alternativos, como el uso de las aguas subterráneas y el aprovechamiento de las escorrentías “para lo es necesario que se apruebe la construcción de balsas para acumular agua en los periodos de lluvia, que es lo que va a salvaguardar la agricultura y su valor”. Recuerda que en Andalucía hay prevista la construcción de cuatro embalses en los Planes Hidrológicos, “pero en 10 años no se ha hecho nada, sólo algo en Alcolea (Huelva) y eso ahora está parado”.
También la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) reprocha al Gobierno que las medidas destinadas a la atención de las demandas de agua apenas han recibido un 19% de la inversión prevista en los planes hidrológicos, tal y como ha destacado en la segunda alegación a los Esquemas Provisionales de Temas Importantes del tercer Ciclo de Planificación, presentada el pasado 14 de septiembre en el registro electrónico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd) y de todos los organismos de cuenca.
Los regantes critican que aún haya casi un millón de hectáreas pendientes de modernizar y que un porcentaje elevado de las obras de regulación y de infraestructuras hidráulicas de interés general no se hayan ejecutado, pese a haberse recogido en los sucesivos planes hidrológicos.
En concreto, Fenacore señala que los 25 Planes Hidrológicos revisados en el segundo ciclo (2015-2021) incluyen 11.224 medidas y una inversión prevista de 22.332 millones de euros. Sin embargo, según los últimos datos disponibles, hasta diciembre de 2018, únicamente se habían finalizado el 7% de las medidas, con una inversión ejecutada de 3.650 millones de euros, aproximadamente el 16%, cuando el periodo transcurrido superaba el ecuador temporal del plan.
Por ello, los regantes denuncian que la planificación hidrológica “carece de credibilidad” al haberse incumplido por las sucesivas administraciones, durante varias legislaturas, los acuerdos alcanzados con el regadío. De ahí que insistan en el necesario cumplimiento de los planes vigentes, con sus programas de medidas, para recuperar la confianza en la planificación hidrológica y en las administraciones responsables.
Y es que, anteriormente, en la primera de las alegaciones que formularon, los regantes también se opusieron a los nuevos Planes Hidrológicos debido a la desconfianza “hacia una Administración que en los últimos tiempos parece amparar posiciones beligerantes y contrarias a los regadíos, obviando la importancia de disponer de agua garantizada en las correspondientes cuencas hidrográficas y su papel a la hora de asegurar la alimentación y el suministro, así como su contribución en la lucha contra el cambio climático y la despoblación de las zonas rurales”.
En cualquier caso, la Federación asegura que va a continuar mostrando su predisposición a colaborar en este nuevo ciclo de planificación, siguiendo el talante que permitió llegar a acuerdos tan significativos con los gobiernos de turno como los alcanzados con la Ley de Aguas de 1985 y sus Reglamentos de 1986 y 1987 y los ciclos de planificación hidrológica de 1998, 2014 y 2016; que incluían el establecimiento de caudales ecológicos.
En este marco, como usuarios de algo menos del 70% del agua en España, los regantes abogan por un consenso para que se den unas condiciones mínimas para apoyar los nuevos Planes Hidrológicos.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “solicitamos que el conjunto de Administraciones den un impulso al cumplimiento de los programas de medidas comprometidas con los regadíos para ahorrar agua y facilitar el acuerdo del regadío español al nuevo ciclo de planificación”.
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