Parar, templar y... faltar
pleno en el parlamento
Los jefes de los partidos sobreactúan para regocijo de sus parroquias. La última sesión de control del año en el Parlamento estuvo llena de 'desconsideraciones' con los adversarios.
Sevilla/Ajustes en la sanidad pública ha habido en todas partes. No hubo excepción andaluza y se acabó notando. Esta fue la cantinela de casi todos los adversarios de Díaz en sus enfrentamientos dialécticos con la presidenta en el pleno de ayer del Parlamento. Una sesión que parecía influida por una cursilería del presidente aragonés, dicha el pasado viernes en un acto socialista en Umbrete. [Se arrancó el buen hombre con una sentencia mitológica: "Susana es una trianera tocada por los dioses del socialismo y la política". Y remató con una profecía taurina: "Vas a ser requerida para parar, templar y mandar... acabarás mandando"].
Parecía que las palabras de Javier Lambán sobrevolaban sobre Las Cinco Llagas, porque Díaz empezó parando. Parando las fusiones hospitalarias. Todas quedan en suspenso, las de Granada, las de Huelva... Se lo dijo a Maillo clarito: "No hay problema en frenar y negociar un nuevo sistema". Se lo repitió a Teresa Rodríguez, que la atacó por el mismo flanco, esgrimiendo los miles de manifestantes. Y añadió como contraataque que 15.000 trabajadores sanitarios eventuales pasarán a la categoría de interinos.
En el capítulo de templar, Díaz intentó sin éxito calmar los ánimos de Juan Marín, el jefe de Ciudadanos, harto de que le tomen el pelo e ignoren a su partido en el Consejo de la RTVA, el Consejo Audiovisual... O en la Cámara de Cuentas, que era su paño de lágrimas de ayer. La presidenta no estuvo convincente en esta faena de templar. Llegó a decir que la Cámara de Cuentas no es un órgano político, cuando PSOE y PP pactaron en enero de 2015 repartirse los sillones de la Cámara y entre las personas colocadas había diputados de ambos que no irían en las listas de marzo, a los que daban "una salida" conjunta.
Además de repartirse la institución, los dos viejos partidos dejaban a los nuevos fuera de una eventual renovación. Marín se lamentó de su suerte. "No esperaba esto", dijo desconsolado. Su conclusión es que la buena voluntad hace que lo tomen por iluso. ¡El día que este hombre se rebele se va a ver un número! De momento, opta por la melancolía. Tímidamente propuso una reducción de puestos en las instituciones en las que quiere entrar Ciudadanos, que haya uno por partido y todos tengan voto ponderado. "Menos grasa y más democracia", soltó. Frases hechas con más y menos hubo varias, e ingeniosas. Maillo le dijo a Susana que menos llamadas a los barones del PSOE y más a los gestores del SAS. La socialista se quejó de que lleve a los debates menos latín y más insultos. Él la había calificado de arrogante y ella le contestó que era el sparring y telonero de su matriz (por Podemos). Muy navideño todo... Con Moreno también hubo frasecita de este estilo, que podrán leer más abajo.
Y mandar, exactamente mandar, no es un verbo que haya que conjugar en futuro con Susana Díaz. Ella ya manda muchísimo en su partido. Tanto, que fue un empeño suyo el que llevó a Pedro Sánchez a la Secretaría general del PSOE. De no haber sido porque Pdro Snchz fue tocado por la trianera tocada por los dioses, Madina habría sido el elegido de las bases. Ayer en el Parlamento Susana lo que sí hizo fue entrar en un cuerpo a cuerpo de alto voltaje con sus adversarios. En vez de mandar, faltar, en la novena acepción de la RAE: tratar con desconsideración o sin el debido respeto a alguien. Se dijeron de todo. En estas sesiones de control, los jefes de los partidos sobreactúan para regocijo de sus parroquias. Y en el último pleno del año hubo quizá demasiadas desconsideraciones.
Los duelos de más revoluciones suelen ser con Teresa Rodríguez. El de ayer no fue una excepción. La jefa de Podemos acusó a la presidenta, para empezar, de "impericia tremenda" en la gestión sanitaria. Otras lindezas fueron que odiaba a su izquierda, faltaba el respeto a los profesionales de la sanidad y regalaba al PP esa bandera. Contraatacó Díaz, sin cortarse un pelo. Acusó a su antagonista de mentir, difamar y manipular, de no escuchar, de dedicarse al follón y al espectáculo. En estas se perdió una pregunta de Teresa sobre si el Gobierno andaluz se comprometía a blindar la sanidad asegurándole el 6,5% del PIB andaluz. Susana evitó la respuesta, pero no eludió la oportunidad de hacer un poco de propaganda: Andalucía es líder en patentes, tiene la mayor cartera de servicios y un índice de satisfacción de más del 80% de los usuarios.
Juanma y Susana despidieron el año con más bronca que de costumbre. El jefe del PP hizo una miscelánea: empezó por el "bochorno" de la sentencia del Tribunal Constitucional, enmendando el "pucherazo" que dieron los socialistas en la composición de la Mesa del Parlamento. Y mostró su irritación porque no se haya cumplido de inmediato la inclusión de una diputada popular en la Mesa. Curiosa pelea, en la que inicialmente tiene razón el PP, ninguneado por el PSOE. Pero habría que añadir un par de cosas. Primero, pecaron de pardillos, por no pactar con el resto de grupos de la oposición una Mesa presidida por un partido distinto al del Gobierno. Y en segundo lugar, el profesor Ruiz Robledo llamó la atención en abril de 2015 sobre el hecho de que el Bundestag tiene una Mesa de siete miembros para 631 diputados. El catedrático de Derecho Constitucional de Granada sostiene que nuestro parlamento regional iría muy bien con tres miembros en su Mesa. Al fin y al cabo, la Junta de portavoces gobierna la institución con voto ponderado. Díaz le contestó que se cumplirá la sentencia cuando se publique en el BOE.
Continuó Moreno criticando los recortes en Sanidad. En ocasiones, con estos discursos reivindicativos, Bonilla parece más de Tsipras que de Merkel. En este punto, Díaz le dio un susto, con un más/menos como los que hemos visto antes. Le dijo que el dinero malgastado en las autopistas radiales, "un caprichito de Aznar", habría sido estupendo para la sanidad. "Menos radiales y más hospitales", concluyó.
Al líder del PP todavía le quedaba un capítulo: el demoledor informe PISA de este año. Le sacó una carta del director de un colegio público de Sevilla a los padres de sus alumnos pidiéndoles papel higiénico y papel de cocina. Ella le acusó de gamberrismo institucional. "Hay 4.500 centros, 90.000 profesores y dos millones de alumnos y usted me saca un papelito..." Como de tacón introdujo que los directores tienen prohibido hacer estas cosas. Veremos qué le ocurre a este. Y se defendió con dos argumentos. Que el informe PISA es un estímulo y que la tasa de reposición fue imposición del Gobierno central.
Moreno le preguntó por las prioridades de la Junta para 2017. La presidenta puso el acento en el empleo y la financiación. Y aquí se adornó. "Usted me ha seguido a Londres y a Bruselas, puede venir también a Madrid [a la conferencia de presidentes en enero] y le pide a Rajoy que arregle la financiación de Andalucía". Las parroquias respectivas, encantadas.
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