La abogada Ángeles Carmona: "No todo justifica la libertad de expresión. Debe prevalecer la protección a las víctimas"

Sevilla/El intento de publicación de la novela "El odio", que relata el asesinato en Córdoba de los niños Ruth y José, defendido por la editorial Anagrama, ha levantando la indigación ciudadana, y ha provocado que alcen la voz los expertos que permanecen al lado de las víctimas cuando se cometen estos atroces crímenes.

Está por ver la resolución por parte del equipo jurídico. La versión de la editorial es que "la Constitución ampara la libertad de expresión", cuando la realidad confirma que la protección a las víctimas debe estar por encima, según reza el reciente Pacto de Estado contra la violencia machista, y en especial, cuando se trata de menores.

La abogada y experta en igualdad Ángeles Carmona Vergara, quien estuviera al frente del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejero General del Poder Judicial durante décadas, letrada en el Juzgado de la Mujer n1º 3 de Sevilla, también ha mostrado su total desacuerdo ante la publicación.

"Un mensaje pernicioso"

Carmona subraya que el libro revictimiza a la madre de los menores asesinados y contiene pasajes que han sido filtardos y que, en su valoración, "pueden intentar justificar el crimen, insinuando que lo hizo porque no quería que los niños estuvieran con la madre".

Asimismo, la experta advierte que este tipo de publicaciones transmiten un mensaje "pernicioso y completamente erróneo" sobre la violencia de género, y sobre "la violencia vicaria, a la que se pudo poner nombre a raíz de aquella condena".

Un crimen que impulsó cambios legislativos

La abogada recuerda que el asesinato de los hijos de Bretón marcó un antes y un después en la legislación española.

En palabras de Ángeles, "este crimen provocó medidas y modificaciones legislativas. Desde entonces se estudia el impacto en los menores y empezamos a hacer estudios específicos sobre estos casos", indica, "antes de 2015, delitos de este tipo no se instruían en los Juzgados de Violencia sobre la Mujer," detalla Carmona.

La dimensión de la revictimización

Según Carmona, la publicación del libro no solo "da voz a un asesino en busca de su minuto de gloria y trascendencia mediática", sino que además "da alas a colectivos que niegan la violencia de género, justificando lo injustificable y culpabilizando a la madre".

La experta en igualdad sostiene que "no se puede hacer objeto de una obra artística a un asesino que cometió uno de los crímenes más atroces imaginables".

Además, recuerda que la reciente revisión del Pacto de Estado contra la violencia machista establece un claro estatuto marco que indica que no se puede revictimizar a quienes han pasado por esto, incluyendo medidas dirigidas a los medios de comunicación y todo tipo de creaciones artísticas.

Carmona explica que "no todo justifica la libertad de expresión. El Tribunal Constitucional ha dictado muchas sentencias que ponderan la colisión entre la libertad de expresión y el derecho a la intimidad, el honor y la no revictimización", afirmó.

"Lo hizo con plena consciencia"

José Bretón fue condenado a 40 años de prisión, aunque, según la legislación vigente, cumplirá un máximo de 25 años. "No fue condenado a prisión permanente revisable (PPR), sino a 25 años de cumplimiento efectivo", aclara Carmona. "Si hubiera sido condenado a PPR, a los 25 años tendría que haberse evaluado su situación antes de cualquier posibilidad de liberación. Pero en este caso, no hay arrepentimiento ni garantías de reinserción", añade.

Según la abogada, en los estudios de sentencias que se han realizado, apenas el 0,1% de los condenados por delitos similares ven reducida su pena por enfermedad mental. "No están locos. Bretón no necesitaba tratamiento. Lo hizo con plena consciencia, con la máxima crueldad posible. Es la maldad por antonomasia, sin atenuantes", sostiene Carmona.

El papel de los medios

"Los crímenes se pueden contar bien, sin caer en justificaciones ni culpar a las víctimas", sentencia. También recuerda el caso de Marta del Castillo y el dolor causado a su familia por la exposición mediática.

Con todo, y a posteriori se realizó un documental con el consentimiento de la familia expreso, y su participación, donde Carmona además recuerda, el papel de las personas alrededor de la pieza audiovisual, que ponían nuevamente en cuestión a la víctima: "Los comentarios que se oían era por qué Marta había salido de su casa, cuando la culpa es de su asesino y de nadie más", detalla.

De este modo, Carmona insiste en que "no se debe dar voz a los culpables en documentales o en cualquier otro formato que les permita justificarse. La sociedad debe ser consciente y responsable al respecto", defiende.

Carmona concluye que "una sociedad madura y concienciada no debería permitir que se difundan estos mensajes ni que se revictimice a las familias. Es terrible para la madre de los niños y no se puede permitir que algo así ocurrar".