Sin poder apartar la mirada de los móviles
El Pleno del Parlamento que debate los Presupuestos de la Junta para 2025 estuvo marcada por la preocupación por la DANA
El Gobierno andaluz defiende sus cuentas: un 5,2% más de gasto y menos deuda pública
El patio principal del Parlamento, el del Recibimiento, está vallado por temor a que los fuertes vientos tiren las hojas de las características palmeras del recinto y se produzca una desgracia. Ayer era una metáfora de la situación de una buena parte de Andalucía por la nueva DANA que ocupaba las principales preocupaciones de los diputados andaluces. El debate de totalidad del Presupuesto es un rito anual en la Cámara; todos los partidos se preparan un debate que siempre, sobre todo cuando hay mayoría absoluta, gana el Gobierno. Pero que también es un buen momento para confrontar modelos políticos y poder sacar los colores a la consejera de Hacienda.
Y los diferentes portavoces se habían preparado bien el exámen. Todo el mundo habló de datos, los grupos de la oposición presentaron propuestas alternativas, y la consejera Carolina España trataba de defender unas cuentas “pensadas para los andaluces”.
Pero la verdadera preocupación estaba en cómo iban avanzando las aguas por las diferentes provincias andaluzas. El escaño de Antonio Sanz, consejero de Presidencia, estaba vacío y nadie preguntó por qué. Era evidente. El presidente ya había dicho que estaba dispuesto a llamar a la UME desde el “minuto uno” y todos los consejeros estaban pendientes de cómo se iban anegando sus diferentes parcelas: el Metro de Málaga, los colegios, o los centros de salud y los hospitales.
Y durante toda la jornada, Moreno no se apartó del teléfono móvil, primero en el escaño, luego en el despacho que tiene en el Antiguo Hospital de las Cinco Llagas desde donde se oía de fondo el debate del presupuesto. Y cambió la agenda del Parlamento para poder estar hoy en Málaga, en la sala de coordinación del 112 donde están trabajando todas las administraciones.
Nada más que el presidente del Parlamento, Jesús Aguirre, anunció que las preguntas al presidente y al Consejero de la Presidencia se posponían al pleno siguiente, el portavoz de Vox, Manuel Gavira, dijo que estaba de acuerdo con esa visita, “siempre y cuando no vaya a hacer turismo de catástrofe”, una frase que repitió en dos ocasiones ante las protestas de los diputados. Inmediatamente, sonaba su teléfono. “Me está llamando Antonio Sanz, nada más que termine, lo llamo”.
También los diputados de la oposición recibían información de sus provincias casi en tiempo real. Mientras en el Congreso se pelean por ver quién tiene la culpa, en el Parlamento se compartía información. Al menos no se podía decir que sus señorías no estaban en los problemas reales.
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