Borrasca Martinho: del susto de la inundación a dejar 16 pantanos desembalsando y la mejor temporada de riegos desde 2020

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir temió el martes por la operatividad de algunas presas

"Las previsiones eran muy malas", asegura el presidente del organismo de cuenca, Joaquín Páez

¿Por qué se está inundando la AP-4?

La vía férrea entre Sevilla a Cádiz, al paso por la zona agrícola de las marismas del Guadalquivir.
La vía férrea entre Sevilla a Cádiz, al paso por la zona agrícola de las marismas del Guadalquivir. / Juan Carlos Muñoz

"Las previsiones de la borrasca 'Martinho' eran muy malas". Joaquín Páez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, es así de tajante cuando describe la situación del martes pasado. Las presas de la cuenca llevaban horas desembalsando, la borrasca Laurence había dejado llenos muchos pantanos y la nueva perturbación se anunciaba con previsiones de hasta 120 litros por metro cuadrado. Existía un riesgo de perder la operatividad de las presas, y fue entonces cuando Páez llamó al consejero de Presidencia de la Junta, Antonio Sanz, quien convocó una reunión en la sede del 112 al día siguiente. A ella asistió Juanma Moreno.

Joaquín Páez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Joaquín Páez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. / José Ángel García

Y Martinho pasó dejando mucha agua, pero no llegó a ser tan grave como anunciaban los dos modelos matemáticos que pronostican el tiempo, el ECMWF y el GFS, el europeo y el americano. El resultado, por el contrario, es magnífico para la comunidad autónoma, ha llovido bastante en las provincias de Huelva, Cádiz, Sevilla y Córdoba, en parte de Jaén y en muchas comarcas de Málaga, pero no lo suficiente en Granada, que en su mayor parte es tributaria del Guadalquivir, y en Almería. Desde el 7 de marzo, día en el que los embalses comenzaron a llenarse del todo, se han recogido 1.668 hectómetros cúbicos en la cuenca del Guadalquivir, de los cuales 900 corresponden a los pantanos del llamado sistema de regulación general, una sucesión de pantanos que están interconectados desde Jaén hacia Sevilla y que son los que nutren de riego a las 360.000 hectáreas de la demarcación.

Sala de control del SAIH de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Sala de control del SAIH de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. / CD

Aunque todavía hay que apurar los cálculos, Joaquín Páez adelanta que en esta campaña agrícola estará disponible entre el 66% y 75% de la dotación total de los riegos. En 2024, año que ya supuso un alivio para muchos regantes, se dio el 66% y 2025 será mucho mejor, pero para llegar al 100% tendría que llover más en la provincia de Granada. El consumo humano está plenamente garantizado y la situación en las cuencas de la Junta de Andalucía también ha mejorado de modo notable. En el caso del Guadalquivir, será la mejor campaña de riego desde 2020.

La Confederación tiene la competencia de todo el Guadalquivir, mientras que la Junta gestiona las cuencas interiores, que son las del Odiel, Tinto y Piedras en Huelva, Barbate y Guadalete en Cádiz y las mediterráneas, que van desde el Campo de Gibraltar hacia Almería. Huelva, Cádiz y parte de Málaga están en un nivel más que óptimo, aunque la situación no es tan buena en comarcas como la Axarquía malagueña y en Almería. Aun así, las previsiones de la Aemet es que lloverá más hasta Semana Santa.

El centro de control de los caudales y embalses del Guadalquivir está en una gran sala de la plaza de España de Sevilla, es el sistema automático de información hidrológica (SAIH), cuyos técnicos han estado siguiendo la situación durante las 24 horas durante los primeros días de esta semana. Es una información abierta que se puede consultar en la web en tiempo real. El riesgo de Martinho residía en la pérdida de la operatividad de las presas. Todos los embalses deben contar con un resguardo de llenado para hacer frente a nuevas avenidas, pero muchos de éstos llegaron al tope el lunes pasado. Mediante las maniobras de desembalses y aliviaderos se controlan de un modo muy eficaz los niveles requisito, pero los ríos ya soportaban caudales muy altos y algunos de ellos inundaban los terrenos colindantes.

Sólo el martes los embalses del Guadalquivir tuvieron que soltar 234 hectómetros cúbicos, un volumen similar al pantano de Melonares, de los más grandes de Sevilla. Aun el viernes tiraban 77 hectómetros cúbicos. La situación más grave se daba en los municipios sevillanos de Cantillana y El Palmar de Troya. La Consejería de Presidencia, de la que depende el 112, instaló un mando operativo en este pueblo donde no hay policías locales. En la propia ciudad de Sevilla hubo que cerrar las compuertas del parque de Triana ante el riesgo de una gran subida del nivel y en Lora, aguas arriba, se anegaron algunas viviendas.

Los siguientes días de la semana fueron de lluvias intensas, pero no peligrosas. La Aemet pronostica que la atmósfera mantendrá esta misma evolución hasta la Semana Santa, por lo que es posible que el tren de borrascas se reanude en los próximos días. Una de las ventajas de las precipitaciones del mes de abril es que dejan en unas condiciones magníficas los incipientes cultivos de regadío, son las semanas decisivas del crecimiento de las raíces. Si hay agua suficiente en el suelo, no habrá que regar hasta mayo. En 2024 se pudo volver a sembrar arroz en las marismas del Guadalquivir, y ahora ya está garantizada, al menos, la misma cantidad de agua disponible.

Las lluvias han permitido salvar la situación angustiosa en la que vivía la Costa del Sol y parte de Málaga. El consejero de Agricultura, Ramón Fernández Pacheco, inauguró la semana pasada una conexión entre el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol para derivar agua potable de una comarca a otra, un primer paso para unir las cuencas mediterráneas andaluzas. Días después, Martinho dejaba el embalse del Guadarranque, el mayor del Campo, al 87% por su capacidad. Y la Viñuela, el pantano de la Axarquía, al 40%, y aún puede llover más.

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