Juanma Moreno lo admite todo
El Debate del estado de la Comunidad ha sido tan desesperante como conseguir una cita con el médico de familia
El presidente llevaba preparado las decenas de respuestas que Juan Espadas no terminó por formular en modo de preguntas
Moreno promete dar cita en Atención Primaria en 72 horas
Al contrario que Joaquín Sabina, que lo niega todo, Juanma Moreno lo admite todo, que la sanidad pública no está como él quisiera, que "a veces es desesperante" conseguir cita con el médico de cabecera, que hay que ser más innovadores y que, en definitiva, seis años de su Gobierno y tres consejeros de Salud no han sido suficientes para arreglar lo que parecía tan fácil en la oposición. Juanma Moreno lo admite todo. Todo menos si quien se lo dice está en la oposición, entonces sea Juan Espadas (PSOE), Manuel Gavira (Vox), Inmaculada Nieto (Por Andalucía) o José Ignacio García (AA) lo que hacen es catastrofismo. Admitir todo como estrategia de defensa es un buen ardid emocional que funciona si, finalmente, la gestión comienza a aliviar.
Como la búsqueda de las citas del médico, el Debate del estado de la Comunidad ha sido desesperante, una y otra vez, otra vez y una se repiten los mismos argumentos, sin que ninguno de los portavoces de los grupos ni el propio presidente de la Junta sean capaces de expresar qué será de Andalucía, digamos, que en el año 2030. ¿Cuál es su proyecto de país?, que diríamos si esto fuese Cataluña. Debe ser el peso espesante de la estabilidad y de la mayoría absoluta. Es verdad que hay una forma andaluza de hacer política, más sosegada, nada bélica, que Moreno no es Ayuso ni Espadas es Sánchez, pero la moderación no debería ser enemiga de la brillantez, y ni Juanma Moreno ni Juan Espadas se han lucido en este debate.
Moreno parecía aburrido con la cita, como si estuviese cansado del Parlamento y Juan Espadas siempre ha sido tan correcto como poco estimulante. Este ha sido el peor debate de la comunidad en lustros. Como el socialista no apretó en lo que pudo ser su último toro, el presidente se relajó, le faltó tirar la mueta al aire en señal de desahogo.
Pero Juanma Moreno encaja muy mal las críticas, sobre todo las de Inmaculada Nieto. Por suave que sea la intervención de la algecireña, siempre hay un resorte que se activa en malagueño moderado. "Yo me parto los cuernos todos los días trabajando", le respondió a la portavoz de Por Andalucía cuando ésta le recriminó que por salir en Canal Sur, salió hasta en la retransmisión de la Magna con una entrevista hecha sobre la calle.
El presidente de la Junta sí hizo un anuncio que puede resultar de interés, pero que después de tantos otros necesita de tiempo para comprobar si resultará tan ineficaz como lo de los 35 pacientes por médico. El SAS se compromete a atender en 72 horas al usuario de Atención Primaria si la aplicación, como viene siendo habitual hasta ahora, sólo logra darle cita para dentro de una semana. O de dos.
Lo que la Consejería de Salud ha detectado es que los médicos se reservan hasta, según el presidente, un 50% de sus citas por imprevistos, y lo que se les ha pedido es que ese colchón de previsión se rebaje sustancialmente. Faltan médicos, argumenta Juanma Moreno, y es cierto, pero tanto que los facultativos emigran a otras comunidades porque lo que se les ofrece son contratos de un mes. Esto lo saben todos, podemos dar más datos, observar estadísticas, hacer comparaciones, pero cada andaluz es un usuario del SAS y, como tal, sólo tienen que comprobar la aplicación telefónica para conocer si esto mejora, empeora o sigue igual.
La gestión de la sanidad es principal problema del Gobierno de Juanma Moreno. Después de casi dos legislaturas, lo mismo necesita un ingeniero de sistemas al frente del SAS o un teniente general como el que Mazón ha puesto al frente de la reconstrucción, porque la receta de Espadas tampoco convence. La tesis socialista es que Moreno deriva muchos fondos para la sanidad privada, pero la realidad es que la Junta de Andalucía es la que menos conciertos tiene. Cataluña, que es líder, dedica más de un tercio de su presupuesto a los conciertos, y la aceptación de la sanidad pública allí es mucho mayor que en Andalucía.
El SAS sólo dedica el 3,7% de su presupuesto a los conciertos, mucho menos que en Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid. Ahí no radica el problema, sino puede que la solución, pero es necesario aplicarla con transparencia y valentía. Manuel Gavira, el portavoz de Vox, es el azote del Gobierno, no es Espadas ni Inmaculada Nieto, que ayer se contaminó del ambiente soporífero del debate, aunque logró sacar a Moreno de su casilla de moderación. La tesis de Gavira es que Moreno es un criptosocialista que, desde el PP, prosigue con las políticas de los Gobiernos socialistas, y de ahí sus temores a innovar en sanidad.
Moreno llevaba preparado el debate, a pesar del sopor, sabía que éste podía ser el último pleno de Juan Espadas y que, por tanto, el socialista saldría a darlo todo, puerta grande o enfermería, pero ni lo uno ni lo otro. Plano. El presidente de la Junta se quedó con todas las respuestas posibles en el bolsillo.
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