El mundo interior de Mari Luz
Los padres de la menor desaparecida definen a su hija como una niña inteligente, cariñosa, tímida a la vez que extrovertida con los suyos que pasaba el tiempo libre viendo dibujos animados, cantando y bailando
Mari Luz Cortés nació hace poco más de cinco años en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva. "Fue el 12 de diciembre de 2002, la única fecha de nacimiento que no se me olvida de mis hijos, porque Mari Luz fue para nosotros como un regalo caído del cielo", comentaba su padre, Juan José Cortés, a este periódico.
Sin embargo, la pequeña de los Cortés Suárez llegó sin avisar. "Mi mujer usaba un método anticonceptivo y nunca pensamos que se volvería a quedar embarazada, por eso siempre digo que mi niña fue un regalo que Dios nos hizo a los dos".
Al enterarse de la buena nueva, la moral del matrimonio cayó por los suelos: "Nos miramos y le dije a mi mujer que no íbamos a poder, que ya teníamos dos hijos y que mantener a otro iba a ser complicado; ella me miró y me dijo que no me preocupara, que si era una niña nos iba a llenar de alegría la casa, y así ha sido".
El nacimiento de la menor de la familia fue una fiesta. El padre asistió "al parto y fue la experiencia más hermosa que he vivido nunca, sabía que era algo especial y no quise perdérmelo; lamenté no haber ido también al de mis otros hijos, Daniel y Juan José". Cuando la recién nacida salió del hospital "llenó de felicidad nuestra casa y la trajo también al resto de nuestra familia", una familia muy numerosa en la que Mari, como la llamaban todos, venía a ser un soplo de aire fresco y femenino entre los ocho nietos varones.
Explica Juan José que "mi niña aprendió a bailar antes que a andar". Con la artista ayamontina María Isabel como referente, "desde que era muy pequeña se ponía delante de la televisión a aprenderse las coreografías de ella y a bailarlas con un arte...". Tanta era la admiración que Mari Luz le tenía a María Isabel que "un día la llevamos a un concierto a Ayamonte porque tenía locura por ella, y eso que nosotros no solemos ir a ese tipo de actos porque vivimos para nuestros hijos, nuestro negocio y para la Iglesia Evangélica". Dice su papá que "a ella le impresionó muchísimo verla en persona y ver a tanta gente junta en un mismo lugar, disfrutó como nadie".
Otra niña artista, la pequeña María Figueroa, era imitada por la menor desaparecida. La familia solía ver el programa de Canal Sur 'Menuda Noche', en el que sale la chiquilla de los pompones. "Una vez incluso llevamos a nuestra hija a un casting de niños para el programa que se celebró en el hotel Tartessos; como es tan lista, tan despabilada y tan extrovertida en casa, pensamos que era una buena idea". No fue así. Mari Luz, que es "muy asustadiza", se quedó a solas con las personas que seleccionaban a los chiquillos y "empezó a llorar y a gritar porque quería venir con nosotros. La tuvieron que sacar corriendo de allí y nos fuimos, decidimos que nunca más volveríamos a llevarla a un casting porque pasó un mal rato".
Así es Mari Luz, "una niña adorable y despierta que enseguida se echaba a bailar y a cantar si se lo pedías, pero si no estaba con nosotros lloraba enseguida e incluso le daban miedo la oscuridad o ir al servicio sola".
Tiene una personalidad fuerte y hasta "era algo marimandona". Juan José comentaba a este diario con la media sonrisa a la que daba tregua su inmenso dolor que "ella siempre quiere ser la primera en todo, para todo, e intenta imponer su personalidad y su modo de ver las cosas. Que echábamos una carrera, ella tenía que llegar en primer lugar; que nos sentábamos a ver la tele, quería poner su canal de dibujitos".
La niña de cinco años es también sociable - "no le costaba hacer amigos"- y muy cariñosa. Asegura su progenitor que "le encantaba que le diésemos cariño, a cada momento nos daba besos y nos preguntaba cuánto la queríamos".
La inteligencia es otra de la virtudes de Mari Luz Cortés. Hasta sabe de memoria uno de los números de teléfono en los que podía localizar a su padre cuando le viniera en gana. "Ella echaba mano del móvil cuando tenía ganas de hablar conmigo, lo marcaba solita y ya está".
En el colegio es una chica aplicada. Según su maestra de Educación Infantil en el colegio Diocesano de Huelva, "Mari Luz es alegre, llena de vida, muy cariñosa, trabajadora y muy inteligente y tiene mucha habilidad para dibujar", aprende rápido. Dice su padre que la educación "ha sido siempre la base de la pirámide de la formación de una persona y siempre hemos insistido mucho en esto con nuestros hijos".
Ya es capaz de escribir su nombre, "sabe los números y nos preguntaba cómo se escribían los nuestros". A Juan José le pedía que "la ayudara a hacer sus tareas, pero nunca tuve demasiado tiempo para ella", comenta apesadumbrado.
Según sus padres, es también una niña independiente, sabía bañarse solita y le gustaba ayudar a su madre en todas las tareas domésticas. Siempre dispuesta a agradar a sus familiares, la menor "corría a la cocina para traer los platos y los vasos a la mesa, nos preguntaba si necesitábamos algo e incluso era feliz ayudando a su madre a fregar".
El agua era una de las grandes pasiones de la pequeña de El Torrejón. El pasado verano la familia Cortés Suárez visitó el Algarve (Portugal) para pasar tres días que disfrutaron todos como enanos. "Yo nunca me he podido ir de vacaciones porque no me lo han permitido las circunstancias de la vida y este verano quise pasar tres días con mi familia en el parque acuático y en el Zoo Marine de Albufeira". El mejor recuerdo que guarda Juan José Cortés de aquellos inolvidables momentos "es la carita de mi hija jugando en el agua, nunca se quería salir, como le pasaba en la playa".
En sus ratos de ocio, se pasaba "hora reviendo la película de Cenicienta en dvd o viendo dibujos animados en su canal preferido de la tele, que no había quien le quitara si lo ponía".
Cada vez que no tenía colegio, Mari Luz pasaba horas acompañando a su madre en el mercadillo o con su padre en los entrenamientos del Pinzón o del Recreativo. "En la mañana del domingo, la última que pudimos disfrutar junto a nuestra hija, estuvimos todos en el mercadillo de El Portil", comentaba entre suspiros Juan José mientras las lágrimas de la desesperanza asomaban a sus ojos.
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