Más murciélagos para acabar con la procesionaria en Andalucía

La de la Thaumetopoea pityocampa es una de las plagas más importantes en los pinares andaluces. Su ciclo, que va desde la larva a la mariposa, atraviesa entre el invierno y la primavera la forma de oruga, bajando de las copas por los troncos en una ordenada hilera, en procesión, antes de sepultarse en el suelo para construir el capullo del que se saldrá la mariposa.

La procesionaria, que se llama así por ese modo tan característico de articularse en busca del suelo, no sólo puede llegar a ser perjudicial para los pinos si hay una plaga sino que puede provocar graves reacciones alérgicas entre los humanos que rozan sus pelos urticantes. Para impedir estos perjuicios, las administraciones idean métodos de control.

El murciélago es un depredador natural de la procesionaria. Con el fin de controlar las plagas, cada vez más frecuentes, la Junta de Andalucía ha anunciado una nueva medida: la instalación de 340 cajas-refugios para estos mamíferos voladores nocturnos. Estas cajas, informa la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente en una nota, se distribuirán en el Parque de Doñana, en la Sierra de Grazalema y en la Sierra de las Nieves.

Menos uso de insecticidas

El fomento de las poblaciones del murciélago en estos entornos naturales buscará también otros efectos beneficiosos, aparte de la mencionada reducción de las plagas de procesionaria: combatir la plaga de la lagarta peluda y disminuir el uso de insecticidas, productos que pueden comportar igualmente riesgos para la salud y para el medio ambiente.

Además de la contribución de los murciélagos y de medidas como el empleo de insecticidas, las administraciones están tratando de limitar las poblaciones de procesionaria con métodos como la captura de los machos o la eliminación manual de los nidos en los pinos.

El aumento de las temperaturas

La procesionaria del pino es una plaga de relevancia medioambiental y social en Andalucía que requiere un control integral y sostenible para proteger los pinares. Son varios las investigaciones que asocian el aumento progresivo de las temperaturas en ciertas regiones del planeta a su migración a zonas originariamente más frías.

Además de las acciones adoptadas para impedir las sobrepoblaciones de este insecto, las administraciones están llevando a cabo políticas preventivas. Algunos ejemplos son la plantación de especies de árboles menos susceptibles diferentes al pino, acometer campañas de vigilancia para detectar la presencia de la plaga en sus primeras fases e informar a la población sobre los riesgos, evitando el contacto con las orugas.