Las provincias entregan a María Jesús Montero sus apuestas para la nueva dirección del PSOE-A

Los líderes territoriales se reunieron anoche con la secretaria general para diseñar la Ejecutiva

María Márquez se perfila como uno de los nombres importantes de la cúpula andaluza

Grafitis y verde que te quiero verde

María Jesús Montero y el escritor Luis García Montero, ayer en Granada. / Miguel Molina/EFE

"Hace muchos años que estábamos esperando esto". Una militante del PSOE de Andalucía resume de este modo el ambiente con el que ha comenzado este viernes el Congreso Regional de Armilla. La nueva secretaria general, María Jesús Montero, ha conseguido añadir sonrisas al informe caritas del cónclave, todo el recinto se ha pintado del verde Andalucía, hay macetas con geranio, y no son de plásticos, y el tema de conversación no es ninguno de los casos judiciales que acechan a Pedro Sánchez, sino el de los papeles del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, las cuentas del PP. En las travesías del desierto, y los socialistas andaluces llevan en ella desde 2018, también se ven espejismos, pero la nueva líder les ha convencido de que, en efecto, no son ilusiones, sino agua.

Montero ha llegado hasta este congreso con el mayor sigilo. Los secretarios de las ocho provincias se reunieron con ella anoche para comenzar a negociar la nueva Ejecutiva regional, de la que no ha trascendido nada, pero hay gestos, movimientos, indicios de que la onubense María Márquez tendrá un papel importante en la dirección. Ha sido ella quien ha estado en los días previos en Granada y la que ha hablado en dos ruedas de prensa de este encuentro.

Varias militantes en el recinto del Congreso del PSOE en Armilla. / CD

Márquez dejó la dirección federal hace un año para ser la portavoz pero el organigrama de Juan Espadas ha sido un batiburrillo donde se mezclaban las voces y nada se escuchaba. Ahora parece que ha llegado el momento de esta militante de San Juan del Puerto, nacida en 1990, que se afilió muy pronto a Juventudes Socialistas.

Cuando hace tres meses Juan Espadas, el secretario saliente, anunció este congreso, aconsejó a los periodistas que fuéramos comprando palomitas. Sí, palomitas, porque se suponía que todo sería un continuo, un más de lo mismo, pero Espadas quedó sentenciado en aquel conclave federal de Sevilla donde no consiguió levantar de sus asientos ni a los militantes más hiperventilados. El PSOE de Andalucía ya no tenía dudas, su candidata era María Jesús Montero, y ése es el momento que ha llegado.

Montero tiene un problema para este cargo que, es a su vez, su ventaja: es vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda. Desde los primeros Gobiernos de Felipe González, el PSOE de Andalucía no tenía una representante así en el Gobierno de la nación, pero esa doble responsabilidad de Montero le pesa mucho, de ahí que la Ejecutiva que salga de Armilla tendrá que ser un equipo reforzado. Los nombres de María Márquez, del malagueño Josele Aguilar y del isleño Fernando López Gil están sobre la mesa, pero el puzle aún no se ha encajado.

Este es en cierto modo un congreso de transición, no significa que Montero no vaya a ser la definitiva, pero cuenta con poco tiempo para las próximas elecciones autonómicas. Como muy tarde, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, convocará elecciones en junio del próximo año, son escasos meses para conseguir darle un giro a los sondeos. El líder del PP andaluz no sufre ningún deterioro, casi todas las encuestas lo sitúan en la mayoría absoluta, pero la marca de su partido y la de Alberto Núñez Feijóo no es tan buena como la del presidente andaluz.

Si María Jesús Montero es la preferida, la fecha deseada por el PSOE de Andalucía sería un día de 2026 en el que coincidiesen las elecciones andaluzas y as generales. ¿Por qué, si Sánchez resta como restó a los alcaldes en mayo de 2023? Pues porque la doble cita tiraría de la participación, y los socialistas andaluces sostienen que Juanma Moreno podría perder la mayoría absoluta si la abstención se reduce en nueve o 10 puntos. "Con un parlamentario más por provincia, el PP pierde la mayoría absoluta y, a partir de ahí, podemos comenzar a soñar", explica uno de los secretarios generales.

Este congreso también aporta otra novedad, la de la reconciliación con Susana Díaz y lo que se ha llamado el susanismo. Montero ha hablado en las últimas semanas con varias personas, y una de ellas es la ex presidenta de la Junta. Sus más leales, los que siguieron con ella durante el mandato de Juan Espadas, se han incorporado a las mayorías que se están formando en varias provincias, siguiendo el modelo de Cádiz. Lo que en su día José Antonio Griñán llamó "Cádiz-Hezergovina", por su vocación balcánica para las guerras internas, ha servido en esta ocasión de contraejemplo. Por eso, destaca el nombre de Fernando López Gil, ex viceconsejero de Presidencia y uno de los colaboradores de la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada. Ella es otra de las regidoras que hay que seguir en la nueva etapa, aunque le tiene alergia al mundo orgánico de los partidos.

Susana Díaz estará en este congreso, como Manuel Chaves, que no sólo asiste, sino que intervendrá en uno de los ágoras. Es la primera vez que el ex presidente regresa con este protagonismo al cónclave de un partido que dirigió con notable éxito durante dos décadas.

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