Si llueve tanto, ¿por qué seguimos en sequía?
No hay tanta agua como parece; las presas de riego del Guadalquivir están en alerta, como la Axarquía y en Almería sigue la emergencia
De la sequía a las danas: Andalucía cierra 2024 con un 71% más de agua en sus embalses

La sucesión de tormentas y borrascas de las últimas semanas están provocando una sensación de hartazgo en la ciudadanía, poco acostumbrada a un clima tan húmedo y que choca directamente con la manera de vivir en el Sur. El nuevo año hidrológico ha traído buenas noticias: dos danas en otoño y una sucesión de días de lluvia desde finales de febrero y que se prevén al menos una semana más. Si el año pasado las lluvias de Semana Santa, sólo una semana, resolvieron los problemas graves de restricciones para todo el verano, ¿cómo es posible que ahora, con tantas jornadas de lluvia seguidas sigamos en sequía?
Sobre todo teniendo en cuenta que llevamos siete años con restricciones de agua de consumo humano en algunos municipios andaluces por falta de recursos o por problemas graves (como la contaminación del embalse de La Colada en Córdoba en 2023) y en el campo andaluz.
La Junta de Andalucía y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir mantienen oficialmente esta declaración de sequía para Andalucía, si bien en ambos casos se está a la espera de que termine el mes de marzo para reunir a los correspondientes órganos técnicos y tomar medidas de alivio.
Técnicamente no hay establecidos unos parámetros objetivos que determinen una situación de sequía ya que se tienen en cuenta varios factores complejos que dependen además de la situación concreta del año y de las diferentes cuencas. En términos generales, se considera una situación de normalidad cuando hay agua almacenada para cubrir las necesidades de tres años, en pre alerta cuando ese agua duraría dos años, y en alerta cuando los hectómetros cúbicos sólo alcanzarían para un año o menos. El caso más extremo es la emergencia cuando apenas hay agua disponible, como sucede hoy en Almería.
Al tener en cuenta el agua disponible se mide primero el agua para el consumo humano, que es la prioritaria, seguida del agua para el regadío y finalmente, la que se necesita para usos industriales y turísticos (como la apertura de parques acuáticos, por ejemplo).
A finales de mes se decide si hay medidas de alivio
La situación real de las cuencas andaluzas no se va a conocer hasta que no terminen de llegar las escorrentías a los embalses. Por eso el consejero de Agricultura y Agua, Ramón Fernández-Pacheco, ha pospuesto hasta finales de este mes la reunión de las comisiones de la sequía en las cuencas que son de su competencia. Su objetivo es aliviar las medidas de restricción de los regadíos de cada una de ellas, aunque habrá que esperar a tener datos más consoliadados tras un marzo muy lluvioso y que, además, está empapando las tierras por lo que las necesidades de agua de los cultivos son menores que en los siete años anteriores, lo que supone una noticia positiva.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir celebró la pasada semana la comisión de desembalse que se cerró con una previsión de restricciones del 60% para la mayor parte de los regantes del Guadalquivir, los que beben de la Regulación General, aunque los de otros sistemas tendrían dotaciones completas. Pero se trata sólo de una primera estimación ya que la previsión de que entre más agua en los embalses con las últimas lluvias y de que puedan producirse nuevas precipitaciones hasta el inicio de la próxima campaña hace al organismo de cuenca estimar que quizás pueda igualarse la dotación de la última campaña, de 4.000 m/ha, con una restricciones del 34%.
Los datos concretos de agua embalsada cambian todos los días pero los últimos oficiales de referencia son claros. El Sistema de Regulación General del Guadalquivir, el principal de la cuenca que suministra agua a más del 80% del regadío, está en alerta. Y con previsión de restricciones en las dotaciones de riego para esta campaña y sin perspectivas de salir porque los grandes embalses están en niveles bastante bajos: Tranco de Beas (34%), Negratín (34 %), Giribaile (22 %), Guadalmena (29 %) Jándula (37 %), Iznájar (26%) o La Breña (23%).
Las cuencas que son competencia de la Junta también tienen una situación complicada. El Campo Gibraltar está en pre alerta, igual de Málaga, mientras que la Axarquía está en alerta y Almería en situacion de emergencia. En parámetros de normalidad sólo están, ahora mismo, la Costa del Sol Occidental y Granada.
Hay un dato importante a tener en cuenta. El agua embalsada es sólo una parte de los recursos porque hay que tener en cuenta las aguas regeneradas y desaladas que también aportan a todo el sistema. Y los acuíferos que tan importantes son y que estaban prácticamente secos. Algunos, ahora comienzan a recuperarse.
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