El Garbanzo de Escacena recupera en 2024 su capacidad de atender la demanda tras superar los efectos de la sequía
Contenido ofrecido por Garbanzo de Escacena
La producción de garbanzos en el territorio de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ ha logrado recuperar en 2024 su capacidad de atender la demanda del mercado, tras superar los duros efectos que la sequía provocó en 2023, cuando la cosecha se redujo de forma considerable al alcanzar solo los 240.710 kilogramos.
Frente a esta cifra, la producción de garbanzos en los municipios que están integrados en la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ se ha cerrado en este año 2024 con un aumento del 231,64 por ciento, respecto a la cifra de 2023, al situarse en los 798.298 kilogramos.
Este destacado incremento no solo se debe a una mejora de las condiciones que inciden sobre el cultivo del garbanzo, como ha sido la presencia de lluvia en la fase de plantación y en las semanas de desarrollo de la legumbre. También se ha apoyado en un aumento de la superficie cultivada que ha alcanzado las 772,23 hectárea, la cifra más alta desde la creación y puesta en marcha del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’.
Gracias a estos datos el Garbanzo de Escacena ha conseguido en 2024 ocupar de nuevo un lugar destacado entre los garbanzos con más demanda de la variedad blanco lechoso de categoría extra, ya que el aumento de la producción ha permitido garantizar las necesidades de comercialización de las empresas que venden este tipo de garbanzo (Campo de Tejada SCA, Legumbres Luengo y Legumbres Pedro).
El reto: aumentar el consumo
Además de seguir aumentando los datos de superficie cultivada y la producción, el reto que tiene por delante la IGP ‘Garbanzo de Escacena’ es que aumente el consumo de esta legumbre certificada con el sello de calidad y origen de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’, teniendo en cuenta que los consumidores cada vez más demandan productos de calidad garantizada y de proximidad.
En este objetivo es clave el plan que impulsa la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía para la promoción en el mercado interior de productos agroalimentarios amparados por un régimen de calidad en el marco del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020. Este plan está subvencionado por la Unión Europea, a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, y en el también participa el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La IGP ‘Garbanzo de Escacena’ es la única Indicación Geográfica Protegida de legumbres que existe en Andalucía; un sello de especial valor ya que es la forma que tiene la Unión Europea de identificar a un producto alimentario que es originario de un lugar determinado; que tiene una alta calidad, una reputación y características que lo hacen diferente. De hecho, en España solo hay dos indicaciones geográficas protegidas de garbanzos: ‘Garbanzo de Escacena’ y Garbanzo de Fuentesaúco.
La Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ certifica desde el año 2014 la calidad superior y el origen del garbanzo blanco lechoso, de categoría Extra que se cultiva en el territorio de campiña situado entre las provincias de Huelva y Sevilla, a las puertas del Parque Nacional de Doñana y del Océano Atlántico. Gracias a este certificado de calidad, la IGP ‘Garbanzo garantiza al consumidos que está comprando uno de los mejores garbanzos del mercado.
Los secretos del ‘Garbanzo de Escacena’
En el caso del ‘Garbanzo de Escacena’ destaca por su tamaño y por un sabor exquisito que lo hacen diferente al resto. Solo se seleccionan aquellos garbanzos que tengan un calibre mínimo de 8 milímetros. Una vez puestos en remojo y pasan a la fase de cocina el ‘Garbanzo de Escacena’ muestra todas sus ventajas en tamaño y capacidad especial para atrapar los sabores. Así podemos disfrutar de un garbanzo tierno, esponjoso, cremoso y fino que se deshace en la boca nada más masticarlo. Su piel blanda y fina se mantiene adherida al grano durante todo su cocinado. Por ello estos garbanzos se mantienen siempre enteros y no presentan grumos de almidón.
Pero como en todo, la calidad siempre marca las diferencias entre un garbanzo y otro. Y esta calidad tiene algunos secretos propios del territorio que compone la Indicación Geográfica Protegida Garbanzo de Escacena. Los suelos especiales de esta zona, con tierras arcillosas aportan una notable ventaja en la fase de cultivo gracias a su alta capacidad para retener el agua y su elevado nivel de potasio. A esto se unen las especiales condiciones climáticas de este espacio ya que los vientos de sur-suroeste y la humedad relativa de la brisa marina del Océano Atlántico en la época de maduración del garbanzo hace que este proceso sea mucho más lento, obteniéndose así un garbanzo de excepcional calidad gastronómica.
Los municipios de esta IGP que concentran más tierras de cultivo dedicadas al garbanzo son Escacena del Campo y Paterna del Campo, donde existe una tradición especial vinculada a esta actividad y a la cocina del garbanzo con recetas propias que dan valor a este cultivo. No obstante, la zona de producción está formada también por los municipios de Manzanilla, Villalba del Alcor, La Palma del Condado y Villarrasa en la provincia de Huelva; y Castilleja del Campo, Aznalcóllar, Sanlúcar la Mayor, Albaida del Aljarafe y Olivares.
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