Historia, tradición y naturaleza viva
Aroche
Aroche combina su patrimonio, naturaleza, gastronomía y fiestas haciendo única la estancia del visitante
Una escapada a Aroche supone pasear por su historia. Tal y como podemos observar en el museo arqueológico de la localidad, desde el neolítico hasta nuestros días, este pueblo serrano cuenta con siglos de historia, hoy viva a través de su patrimonio. Desde la ciudad romana de Arucci Turobriga, la ermita de repoblación mudéjar de San Mamés, su castillo almohade del siglo XII o su iglesia parroquial, mandada a construir por los Reyes Católicos, hasta el museo del Rosario, único en el mundo, Aroche es uno de los municipios elegidos para escapar de lo ordinario y desconectar en el remanso de paz que ofrecen sus calles rodeadas por la muralla artillera que, en el siglo XVII, defendía la ciudad.
Jardines, fuentes y miradores, desde donde acabar el día contemplando una puesta de sol, forman también parte de su atractivo entramado.
Asimismo, la riqueza arochena se complementa con la vibrante naturaleza de tierras idílicas que rodea la localidad. Dehesas de encinas, alcornoques y quejigos dibujan el paisaje de una sierra pintoresca, hábitat de buitres, milanos y águilas, que sobrevuelan los Parajes Naturales de Sierra Pelada, Ribera del Aserrador y Las Peñas, así como ciervos, jabalíes, zorros y meloncillos.
Diversidad
Aroche encuentra una excelente posición en cuanto al turismo rural, cultural y gastronómico
Gastronomía
En los fogones de las cocinas arochenas, los platos continúan saliendo tal y como lo hacían hace siglos, con productos caseros, con deliciosas recetas que cuentan con una sencilla elaboración. Así, además de las carnes y embutidos, imprescindibles en este pueblo en el que prima la calidad del cerdo ibérico, la sopa de peso se convierte en la reina de las ollas. Dependiendo de la época del año, setas como las tanas, níscalos, boletus o gurumelo, se añaden a guisos, tortillas y revueltos, ofreciendo un plus de sabor en cada cucharada. Otro de los aportes culinarios al recetario local es la salchicha arochena, cuyo aliño, por extraño que parezca, se elabora a base de aguardiente. Los postres completan la lista de exquisiteces en la mesa con los típicos pestiños y los buñuelos, endulzados con miel cosechada de forma artesanal por vecinos del pueblo, además del arroz con leche, los huevos “nevaos” y las puchas.
Tradiciones y fiestas
Otro de los atrayentes de Aroche son sus fiestas, seña de identidad indiscutible de la localidad. Aderezadas con la tradición perdurable hoy día y con la hospitalidad y alegría que caracteriza a los vecinos y vecinas, acontecimientos anuales como la centenaria Romería de San Mamés, la colorida Feria de Agosto o la recuperada procesión de San Isidro, se unen al carnaval, o la Semana Santa, siendo esta última de rasgos muy singulares debido a la historia de la rica imaginería que procesiona o a la particularidad de los actos que continúan realizándose durante la Semana de Pasión, tales como el Sermón de Pilatos y el de las Siete Palabras. También el mundo del caballo y la ganadería tiene tradición en Aroche, elevándose a otro nivel durante FEGAR, que ofrece al público talleres y espectáculos únicos.
Tradición
En las cocinas arochenas, los platos continúan saliendo tal y como lo hacían hace siglos
Con todo ello, Aroche encuentra una excelente posición en cuanto al turismo rural, cultural y gastronómico se refiere, aportando una perspectiva diferente al viajero, en la que resalta, por encima de todo, la calidez de este pueblo lleno de historia.
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