La Academia de Isla Cristina, un proyecto hecho realidad
Más de 300 niños y niñas comparten la práctica del fútbol con la educación
La Academia de Fútbol Base Isla Cristina empezó a gestarse en mayo de este año y se ha convertido ya en una realidad; se trata de un modelo de escuela de fútbol donde además de practicar el deporte rey, todos sus integrantes tienen la posibilidad de mejorar en sus estudios con clases de refuerzo educativo.
La idea surge por parte de Rafa Martínez y Francis Acosta, dos isleños ligados siempre al mundo futbolístico en la localidad. "Sabíamos que las escuelas deportivas municipales se privatizarían; por ello Francis y yo presentamos nuestro proyecto a concurso y salió elegido frente a otros dos más".
"Gestionamos el club de forma privada, aunque el Servicio Municipal de Deportes colabora con nosotros en la cesión de las instalaciones", comenta Rafa Martínez, coordinador de la Academia.
El mal momento económico que afecta a la población no ha sido impedimento para que haya cerca de 300 niños y niñas inscritos. "En un principio estimamos unos 150 inscritos como mucho, pero la fuerte captación que realizamos, unido a nuestro programa de actividades y las clases de refuerzo educativo han hecho que nos hayamos visto desbordados. Esto ha provocado que hayamos dado trabajo a un total de doce monitores-educadores de la localidad", añaden.
Además de los tres entrenamientos semanales de una hora cada uno y las dos horas de refuerzo educativo, los chavales también realizan varias actividades durante los fines de semana. "Tenemos una liga interna, realizamos jornadas de convivencia con escuelas de fútbol vecinas, torneos de fútbol reducido por lugares de la localidad, torneos benéficos, y queremos involucrar a los padres en el proceso educativo ofreciéndoles charlas impartidas por profesionales ligados al mundo deportivo".
Destaca también una fuerte labor por la ciudadanía en general, ya que la AFB Isla Cristina tiene firmados convenios de colaboración con los Servicios Sociales de la localidad, donde los niños y niñas con pocos recursos económicos entran a formar parte de la Academia y donde los adolescentes en situación social de riesgo son tutelados por los monitores-educadores y ayudan en el desarrollo de las sesiones como técnicos auxiliares.
Un proyecto que nació de una bella idea y que en la actualidad es una bonita realidad.
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