Cartaya y La Palma se citan en el derbi de la necesidad

Los locales presumen de defensa y los visitantes de pegada

El mal estado del terreno de juego puede alterar los patrones de comportamiento

Carolina Marín ya está en la final de las BWF World Tour Finals

Entrenamiento del Cartaya.
Entrenamiento del Cartaya. / Ad Cartaya
Manolo Camacho

16 de diciembre 2023 - 16:53

Cartaya/En primer lugar vamos con los detalles que envuelven el partido, que pueden ser esclarecedores de cara al resultado final, aunque se trata de un derbi y eso lo puede condicionar todo, o casi todo. Porque no es un derbi al uso, ya que la distancia es considerable y nunca se declararon enemigos íntimos.

La situación del Cartaya se torna dramática según el cristal con que se mire. Es uno de los equipos menos goleados, lo que habla bien de su sistema defensivo. El contrapunto se posa en el ataque, de números un tanto ridículos. Siete goles a favor, ni a medio gol por partido. Eso tiene al conjunto de Limón penúltimo con solo once puntos.

En el otro rincón no están precisamente para bailarse nada. La Palma sigue están en sensaciones por encima de los resultados. En el último partido ante el Cabecense lanzó 22 saques de esquina, para solo empatar ante un rival que llegó dos veces a portería. 23 goles a favor por 26 en contra, para un total de 16 puntos y menos tres en su casillero particular. Como pueden ver, el conjunto de Nacho Molina sufre de desajustes y hasta de estrés a veces. Uno de los máximos goleadores de la categoría y no halla el equilibrio entre el cielo y el infierno. Así está siendo su vida, un tobogán de sensaciones que no acaba de arrancarle la sonrisa definitiva.

El escenario otrora majestuoso, convertido en calamidad por el deplorable estado del terreno de juego, marcará pautas. El Cartaya, como decimos, se caracteriza por defender francamente bien. La Palma, por el contrario, ataca de cine pero tiene pesadillas en defensa. Son, por consiguiente, es esos aspectos, la noche y el día.

Así la cuestión, se espera un partido en el que los protagonistas pueden cambiar su identificativo patrón de juego. Dado el estado del campo y la imperiosa necesidad de ganar que tienen ambos, no se espera que La Palma se lance a tumba abierta triangulando ni que el Cartaya se encierre buscando al flautista. Se prevé que la batalla se presente en el centro del campo, porque en las áreas puede ocurrir cualquier cosa, incluso lo impensable.

El Cartaya mira a la cita como la ocasión idónea para sacudirse penas. La Palma piensa exactamente lo mismo porque hace semanas que no gana y, a pesar de las sensaciones, solo aventaja a los locales en cinco puntos. Como pueden deducir, el mundo es un pañuelo y la diferencia no es tan abismal como puede deducirse.

Da la impresión que los condales tienen más fondo de armario, luego si el partido alcanza la madurez en la igualdad, será otro de los factores a tener en cuenta para el desequilibrio. Todos los detalles cuentan y en situaciones de agobio más todavía.

Diseñen el partido en sus cabezas y todo lo que imaginen puede ocurrir en cualquier instante. Es lo que tiene cuando uno sale al escenario dispuesto a dejarse el alma. Y en eso sí que no hay duda alguna.

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