El Cartaya, pletórico tras el último triunfo, visita a un Sevilla C especialmente irregular
Un triunfo de los de Limón sellaría medio billete para la permanencia
La plantilla cartayera es un ejemplo de superación
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Cartaya/Todos los equipos de la Liga ponen como ejemplo de compromiso al Cartaya. Ensalzan la figura de Manuel Juan Limón y siembran el camino de flores a una plantilla cuyo comportamiento es digno de estudio. Con todo en contra, con un plantel cogido con alfileres porque el presupuesto y la carga económica del pasado no dan para más, está con 30 puntos en la tabla y con la sensación de heroicidad escrita en la frente. Además, sin poder utilizar su campo en los últimos tiempos, por lo que tiene que sumar su adaptación camaleónica al nuevo escenario.
Visita al Sevilla C en un partido en el que puede pasar cualquier cosa, incluida una victoria rojinegra y no es por presumir antes de la cita. Los sevillistas no caminan por la competición con la regularidad que se le presupone a su potencial. El pasado año, en ese escenario, ocurrieron muchas cosas desagradables para el Cartaya y todo lo que rodea al partido es altamente motivador para los muchachos de Limón. Además, sumar una victoria es ponerse media orla para la graduación, con todo lo que ello comporta.
Ni que decir tiene, así lo atestiguan los números, que el centro del campo del Cartaya, en la persecución del objetivo, es crucial para el desenlace soñado. En el último partido volvió a marcar Lolo, en la mejor temporada anotadora del mediocampista desde hace mucho tiempo, y cuando no es él es otro de la línea media. Es cierto que el trabajo colectivo es fundamental. Pero el aspecto diferencial lo que está poniendo el centro del campo.
El filial hispalense tiene exactamente los mismos goles a favor que el Cartaya, 22, pero encaja más, 26 por 20 de los rojinegros, por lo que se detecta una carencia sustancial en su retaguardia y tampoco es lógico que lleven tan pocos goles a favor tratándose de un equipo que juega desinhibido, esencialmente para formarse.
Así que como en cada batalla, Limón planteará el partido para cerrar las ventanas y poder, de esta manera, contar con opciones de correr como demonios a la contra. Todo lo que sea permanecer en el empate a cero, será como ir dando pasos adelante. No hay equipo en la Liga que se sienta más cómodo en la igualdad. Nunca pierde la paciencia y esa virtud acaba con la calma de cualquiera que se ponga delante.
Tiene dos premios el partido. Enterrar el pasado de forma definitiva, que los recuerdos suelen activarse con un simple detalle y aspirar, en caso de triunfo, a sellar medio billete para el objetivo. Más motivación, imposible.
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