Goleada para alimentar la ilusión
Xxxiv Trofeo Ciudad de motril · motril-Recreativo
De menos a más El Recre sufrió mucho en la primera mitad, para arrasar en la segunda Oficio El Motril trató de contrarrestar la diferencia de calidad con fútbol directo sin lograr conseguirlo
De menos a más, pero con solvencia y contundencia el Decano dio un paso más en su firme pretemporada, en la que aún no conoce la derrota. Los onubenses demostraron en Motril todas esas virtudes que han brillado durante su preparación, probando además que cuando le toca sufrir y le aprietan no se amedrenta y también es capaz de ir a la pelea.
Muy condicionado por el terreno de juego, su estado y condiciones, Manolo Zambrano dispuso un once marcado por su pareja atacante. Parece que la presencia de una dupla u otra en la punta del ataque es lo que definirá a este equipo. En este caso apostó por Javi Guerrero y Ersen Martin, con lo que fue decididamente a la lucha y la contención en un choque en el que sabía que iba a ser complicado disfrutar de la posesión del cuero y circular con la velocidad necesaria.
Consciente de la ventaja que le otorgaba su campo, el Motril se lanzó decididamente a por el Decano, con la intención de encerrarlo en su propia área a base de lanzamientos en largo. Lo consiguió en los minutos iniciales, aunque el Recre se recuperó a base de imprimir mayor velocidad y ritmo.
No obstante, la inconsistencia en el juego de ambos regaló una primera parte poco vistosa y aderezada por retazos de fútbol fruto de las individualidades. La dupla ofensiva recreativista se tuvo que buscar la vida por su cuenta en la mayoría de las ocasiones ya que Nayar estuvo excesivamente intermitente.
Los minutos acercaron más el choque a la realidad, dando el dominio del mismo a los albiazules. Coincidiendo con la mejor fase onubense, Ersen Martin creó un penalti en una acción de verdadero lujo que Sisi se encargó de materializar con frialdad (25´).
Apenas pudo disfrutar el Recre de lo que debió ser la tranquilidad esperada. El gol hizo daño al Motril. Sin embargo, los locales encontraron en su oponente al mejor aliado. Sin hacer nada y cuando se encontraban a merced del rival un error infantil les dio el empate. Jonathan Rey lanzó sin aparente peligro una falta que al no encontrar a la barrera en su sitio acabó en el fondo de la portería.
Los locales se crecieron. Vieron la vulnerabilidad recreativista y fueron mucho más descarados en ataque. No necesitaron hacer alardes para ello. Se limitaron a optar por la vía más fácil, la más directa, la que conduce de área a área sin pasar por el centro del campo.
La entrada de Javi Fuego en la segunda mitad dio otro aire. El Decano encontró en el asturiano el referente que tanto echó en falta en la primera. El mediocentro hizo verdaderos esfuerzos por acercar el cuero al césped y poco a poco fue capaz de amoldar al equipo.
A pesar de ello, el segundo tanto visitante no fue como consecuencia del mejor fútbol, sino en un error del meta Bacas, impecable hasta entonces. Despejó mal un balón en un córner con seis minutos de la segunda en el marcador y el rechace no lo desaprovechó Joselito para sumar su tercer tanto de la pretemporada. Un juguete en manos el onubenses, el Motril se entregó a la suficiencia recreativista, que aún amplió la cuenta por mediación de Alexis de falta y Javi Guerrero con una espectacular acción que permite alimentar las esperanzas en un equipo que sigue brillando en su preparación.
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